Consejo de Dios

Pero si toda actividad de la religión vale más la voluntad humana que la divina no acerca de ningún modo a Dios. Así pasó en los tiempos de Jesús, cuando los religiosos buscaban cómo matar a Jesús por predicar la palabra de verdad.

La religión no salva, solo Cristo salva y la forma de acercarse a Él es por medio de la fe, por medio de la obediencia a su palabra. Por arrepentirse de los pecados y pedirle perdón a Dios. Por vivir para él, orando en todo tiempo y siendo un hijo fiel. La religión sin Dios es muerte, pero la relación personal que tengamos con el Señor nos salvará.

b) De la tradición (Hechos 9:23)

Pablo y los primeros cristianos predicaban el mensaje de salvación. Esto incomodaba mucho a los gobernantes de ese entonces. Esto debido a que estaban cómodos como las cosas iban pasando, estaban cómodos con la religión, con el tener al pueblo sometido bajo engaños. Pero cuando la verdad fue predicada esto los incomodó. 

La tradición es fuerte en las personas y muchas veces esto impide que se conviertan a Dios. Pero quienes se rebelan contra las tradiciones del ser humano y obedezcan la voz del Señor recibirán su recompensa. Así es que el consejo que tomamos no debe venir ni de la religión ni de las tradiciones.

c) De las generaciones (1 Reyes 12:8)

En el pasaje de 1 Reyes 12 leemos cómo el pueblo vino delante del rey con una petición, el rey pidió consejo con los ancianos y posteriormente con los jóvenes. El consejo puede venir de las generaciones. Muchas veces confiamos en la experiencia de los ancianos o en la fortaleza de los jóvenes. Pero ninguno de esos consejos servirá si no vienen de Dios. 

El Señor no se limita a usar a las generaciones, puede usar a un anciano o puede usar a un jóven, pero la persona que Dios usa es apegada a su palabra. Veamos a Jesús que aún era muy joven cuando se encontraba en el templo hablando de la palabra de Dios.

Así que no debemos tomar el consejo de una generación solo por pertenecer a ella, sino que debemos analizar si la persona o personas que nos aconsejan están basados en Dios y no en su opinión personal.

d) De los malos (Salmos 1:1)

También podemos recibir consejos de los malvados. Ya vimos que ellos son los que se alejan de Dios, entonces no podemos esperar que de ellos venga un consejo conforme al Señor. Todo lo contrario, de los malos solo podemos esperar consejo lejos de Dios. 

El mundo escucha a los malvados, se van tras sus consejos a lugares que no convienen. pero si queremos de verdad ser agradables ante Dios debemos alejarnos del consejo del malo. Así es como Dios nos bendice y nos llama bienaventurados, cuando no escuchamos mentiras del mundo si no que preferimos escuchar las verdades de Dios y seguir sus consejos.

e) De Dios (Job 12:13)

Porque de Dios es la sabiduría, con Él está. Si necesitamos entonces consejo debemos acudir a aquel que tiene toda la inteligencia consigo. Si buscamos sabiduría no podemos acudir con los malos que nos llevarán lejos de Dios. Tampoco podemos acudir a la experiencia porque no vale si Dios no está con ella.

No podemos pensar que la tradición o la religión nos darán consejo. Dios es el único dueño de la sabiduría y Él puede darla a quienes se lo pidamos. 

Busquemos a Dios, en su palabra encontramos la sabiduría para caminar por el camino recto, por el camino que nos lleva a la salvación de nuestra alma. Cerremos nuestros oídos a las palabras, a los consejos del mundo y abramos nuestro corazón para recibir el consejo del Señor que es bueno para nuestra vida.

3) Cubrirse de su Espíritu

El mundo tiene un velo que cubre el entendimiento de los seguidores de la maldad. El mundo da consejo carente de sabiduría, sin sentido para los que se salvan. El mundo tiene cegado al mundo pero Dios ofrece el librarnos de esa esclavitud, de esa ceguera y nos da la luz de la palabra. 

El Espíritu Santo hace que la palabra de Dios venga a nuestro corazón y nos habla amorosamente con toda la sabiduría de Dios para darnos vida, darnos luz, quitarnos la venda de los ojos y que veamos a Dios. Con Dios está la salvación, con Dios está la sabiduría, con Él está el consejo para nuestra vida. 

Conclusión

No importa donde busquemos el consejo, si no es de Dios estamos perdidos. Solo el consejo de Dios nos salva, solo el consejo de Dios nos da vida eterna. Por lo tanto debemos buscarle, seguir lo que su palabra nos indica para que no perezcamos sino que alcancemos la gloria del Señor. 

Toda sabiduría es de Dios, que nos ama, nos quiere ver con Él en el paraíso y gozar de su presencia para siempre. Desechemos todo consejo que no sea de Dios y busquemos escuchar sus palabras cada día en oración, con lectura de su palabra, buscándole de todo corazón. Entonces encontraremos el verdadero consejo, la sabiduría eterna.

© José R. Hernández. Todos los derechos reservados.

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José R. Hernández
Pastor jubilado de la iglesia El Nuevo Pacto, en Hialeah, FL. Graduado de Summit Bible College. Licenciatura en Estudios Pastorales, y Maestría en Teología.

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