¿No está Jehová en Sión?

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Predicas Cristianas Predica de Hoy: ¿No está Jehová en Sión?

Predicas Cristianas Texto Bíblico: Salmo 65:1-4 “Tuya es la alabanza en Sión, oh Dios, y a ti se te pagarán los votos. Tu oyes la oración; a ti vendrá toda carne. Las iniquidades prevalecen contra mí; mas nuestras rebeliones tú las perdonarás. Bienaventurado el que tú escogieres y atrajeres a ti. Para que habite en tus atrios; seremos saciados del bien de tu casa, de tu santo templo”.

Introducción

¿No está Jehová en Sión? pregunta la Escritura en Jeremías 8:19, ella misma nos brinda la respuesta afirmativa en varios versículos. Sería bueno preguntarse dónde está Sión pues si allí está Dios, al menos a mí me gustaría estar junto a Él y de esa forma mantener una relación más íntima y permanente, además de recibir sus bendiciones.

Como verdaderos cristianos, nuestro mayor anhelo debe ser estar el mayor tiempo posible y mantener una relación lo más estrecha posible con Nuestro Señor. Si nosotros quisiéramos mantener un contacto de éstas características con alguna persona, lo primero que debemos saber es dónde vive para estar lo más cerca posible de ella.

Si hablamos de Dios veamos algo respecto de dónde habita, respecto de donde vive

Las escrituras nos dicen: “Cantad a Jehová que habita en Sión” (Salmo 9:11). Hemos avanzado bastante ya que ahora sabemos que vive en Sión. Seguramente que estarán pensando, y con razón, que Él está en todas partes, esto es así.

Cada uno de nosotros podemos estar o visitar muchos sitios, o tener algunos lugares para realizar algunas actividades específicas. Aí tenemos nuestro domicilio de trabajo aquellos que trabajan, o nuestro domicilio de estudio aquellos que estudian, o en cualquier otra actividad. Respecto del Señor, nos dice la Palabra que “En Salem está su tabernáculo, y su habitación en Sión” (Salmo 76:2). Podemos afirmar que Él habita en Sión, allí vive Dios.

Dios habita en Sión

¿Podríamos imaginar cómo es la casa que Él tiene allí? Sigamos escudriñando las Escrituras: “El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, siendo Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos por manos humanas” (Hechos 17:24).

Conforme a éste texto podemos asegurar que la casa de Dios no es un edificio construido por el hombre, ya sea una iglesia, un palacio o lo que fuere. Pr mas bello, rico o delicado que este sea, Dios no habitaría allí.

Hemos dado un nuevo paso. Sabemos ahora que Dios habita en Sión y que su casa no ha sido construida por el hombre. En un pensamiento limitado como es el humano no cabe algo que no fuera construido por sus manos. Veamos conforme a la Palabra, si es posible la existencia de alguna cosa que no haya sido construida por manos humanas.

Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente” (Génesis 2:7). Efectivamente, el hombre no fue construido por manos humanas sino que fue formado por Dios.

¿Se da cuenta de lo que estamos hablando?

¿Está tomando conciencia de lo que nos dice la Escritura? Usted y yo reunimos todas las condiciones para ser la habitación de Dios. Recibimos a Cristo en nuestro corazón como nuestro Señor y Salvador personal y la Escritura nos confirma: “Vosotros sois el templo del Dios viviente” (2 Corintios 6:16). Ya dejamos entonces de ser lo que éramos, y debemos comportarnos como lo que verdaderamente somos ahora.

Debe existir un verdadero crecimiento espiritual en cada uno

Es necesario que maduremos para poder asumir la responsabilidad que ahora tenemos, y que no es cualquier cosa. Es nada mas y nada menos que servir de morada para el Señor. Cada uno “Va creciendo para ser un templo santo en el Señor; en quien vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios” (Efesios 2:21-22).

Crecimiento y edificación espiritual, elementos imprescindibles para ser una habitación digna del Dios viviente. Si no creces no podrás contener a este Dios tan grande, “Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la deidad” (Colosenses 2:9).

Somos habitación de Dios, cada uno de nosotros somos Sión

Porque Jehová ha elegido a Sión; la quiso por habitación para sí. Este es para siempre el lugar de mi reposo; aquí habitaré, porque la he querido” (Salmo 132:13-14). Somos Sión, somos habitación de Dios. Estamos permanentemente junto a Él, solamente el pecado puede separarnos.

Desde su habitación Él puede escuchar cada cosa que decimos, puede ver cada cosa que hacemos, puede apreciar cada intención o actitud de nuestro corazón. Nada escapa al conocimiento del Dios de gloria. Y es por ello que así como su oído está atento a nuestras oraciones (Salmo 34:15).

Así también está para oír nuestra alabanza. La alabanza que brota desde el corazón y fluye por nuestros labios como una extensión, como un balcón de su habitación lleno de flores fragantes pues Él habita en medio de las alabanzas de su pueblo (Salmo 22:3).

En medio de las pruebas

En medio de las luchas, en medio de las pruebas lleguemos a Él con alabanzas (Salmo 95:2). Junto a nuestras peticiones y ruegos, hagamos sacrificio de alabanzas (Salmo 50:14). Pues tenemos en nuestro ser la seguridad de que nos dará todo lo que le pedimos. “Os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendráMarcos 11:24.

Sin importar cuán grande sea nuestro pedido el Señor nos dará aún más (Efesios 3:20). O cambiará su respuesta para darnos lo mejor o lo más conveniente. El Señor no mira nuestras faltas porque está siempre dispuesto a perdonarlas.

Somos bienaventurados

Somos bienaventurados pues Él nos escogió un día (vers. 4), y nos atrajo a sus caminos para vivir junto a nosotros, para vivir en nosotros. Para que permanezcamos junto a Él, en comunión, conversando con Él como nuestro ser más amado.

Viviendo en sus atrios como lo hacían los sacerdotes y levitas que servían a Dios permanentemente, en santidad y consagración.  ¿Entiendes ahora que eres importante para Dios? Quizás para los hombres, y aún para ti mismo, consideras que no vales nada. Pero para Dios eres precioso (Proverbios 31:10). Y porque eres valioso para Él, quiere bendecirte y prosperarte, quiere sanar la tierra en donde está su habitación.

Dios está esperando que su pueblo se humille

Si se humillare mi pueblo, …, y oraren, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, …, y sanaré su tierra” (2 Crónicas 7:14). ¿Escucharon? Dios está esperando que su pueblo se humille buscando su rostro, que verdaderamente den la espalda al pecado para tomar la buena senda con los ojos puestos en Jesús.

El Señor nos está diciendo que sus ojos están abiertos y sus oídos atentos a lo que tu hagas, a lo que tu digas y a lo que tu sientas o pienses en tu corazón. Pues Él te ha escogido por habitación para siempre y sanará la tierra que ha escogido.

Tu eres Sión

Eres tierra del Señor adquirida a precio de sangre (1 Corintios 6:20). Él compró tu vida y por lo tanto ya no te pertenece a ti, solo debes hacer lo que tu Señor te mande. Leamos en Deuteronomio 28: verss. 1Acontecerá que si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, para guardar y poner por obra sus mandamientos”. Vers. 2vendrán sobre ti todas estas bendiciones, y te alcanzarán”. Vers. 9 “Te confirmará Jehová por pueblo santo suyo, …, cuando guardares los mandamientos de Jehová tu Dios, y anduvieres en sus caminos”. Vers. 11Y te hará sobre abundar en bienes”. Vers. 12Te abrirá Jehová su buen tesoro. El cielo, para enviar la lluvia a tu tierra en su tiempo, y para bendecir toda obra de tus manos”. Es promesa de Dios nuestra prosperidad, nuestro bienestar.

Él enviará la lluvia a su tiempo y este es el tiempo escogido por Dios

Hoy nos dice el Señor que está visitando la tierra, la está regando, la está enriqueciendo. La lluvia está cayendo sobre el pueblo de Dios que sabe humillarse en oración para buscar su rostro y escuchar su voz. El río de Dios con sus muchas aguas, lleno de agua de bendición está descendiendo sobre aquellos que escuchan su voz y ponen por obra su Palabra. Sobre aquellos que saben cumplir con sus mandamientos, y se han convertido volviendo sus caminos en dirección al Señor.

La tierra puede que esté dura, y pareciera que es imposible obtener nada de ella. Pareciera imposible conseguir trabajo en este país, pareciera que los negocios no pueden prosperar por la situación económica que vivimos. Los ojos humanos ven el futuro como un duro secadal. Pero Él la ablandara con lluvia.

Con lluvia temprana para preparar el grano, la semilla que has de sembrar. Con lluvia a su tiempo y con lluvia tardía para que este año sea coronado de prosperidad, aún tus renuevos, tus hijos verán la mano de Dios sobre ellos, serán bendecidos si cumples con lo que Él te ordena hacer.

Visión limitada

Saca de tu mente la visión escasa, mezquina y limitada que tus ojos y mente humana ve o calcula. Abre ahora tus ojos espirituales para poder ver el río de Dios que desciende desde los cielos. Busca en tu fe la semilla que ya te ha sido entregada por el Señor. “El que da semilla al que siembra, y pan al que come, proveerá y multiplicará vuestra sementera, y aumentará los frutos” (2 Corintios 9:10)

Prepárate para que la lluvia temprana acondicione tu semilla

Piensa que fuiste comprado, eres tierra de Dios y será trabajada por Él. Vendrá la lluvia del cielo para ablandar la dureza de tu tierra, de esa tierra que se ha endurecido por no escuchar la voz del Señor y cumplir con sus mandamientos.

Te has convertido en un desierto árido y duro, seguiste tus propios caminos sin tomar en cuenta la Palabra de Dios para ponerla por obra (Santiago 1:22). En más de una ocasión te fue entregada la semilla, y en lugar de sembrar y multiplicarla, has preferido comerla. Disfrutar de una pequeña comida sin preocuparte que estabas perdiendo los grandes banquetes que el Señor tiene preparados.

Perdido tu tiempo

Has perdido tu tiempo buscando en lugar equivocado. Sin permitir que sea el Señor quien te guíe. En resumen, una vida alejada del Señor que no te permitía mantener una comunión real con Él a pesar de que orabas y asistías a las reuniones.

Ahora el tiempo a llegado. El Señor ha declarado su dominio en esta tierra. Él a visitado la tierra para regarla, esta tierra ya ha sido enriquecida. Tiempo de bendición, las nubes destilan grosura, y destilan sobre los pastizales del desierto nos dice la Palabra, este es el tiempo del gozo en la plenitud de su poder. Es tiempo de oraciones contestadas para vivir en gozo de abundancia, pero con cumplimiento de votos y mandamientos. Es tiempo de bendición en medio de santidad, consagración y trabajo.

Conclusión 

Eres casa de Dios. Él te ha escogido por habitación, eres tierra adquirida por el Señor a alto precio. Esta tierra será sanada para luego recibir la bendición y ser prosperada. Pero debes cumplir con aquello que el Señor te pide: “Tuya es la alabanza en Sión”.

Bríndale tu alabanza, aún en medio de la prueba alábale con un cántico que brote de tu corazón. “A ti se te pagarán los votos”. Cumple con todo aquello que prometiste al Señor. Cumple para que realmente tus votos no sean actos emocionales entregados en la necesidad.

“Si se humillare mi pueblo, …, y oraren, y se convirtieren de sus malos caminos”

Humíllate ante la presencia del Señor, ora, clama por tu problema o por tu necesidad. Pero verdaderamente vuélvete, conviértete, deja ya de hacer lo malo para hacer conforme a su Palabra. Deja ya de andar en tus propios caminos para andar en los caminos que el Señor te marca.

Deja ya de ser un simple oidor para hacerte un hacedor de la Palabra. “Cuando guardares los mandamientos de Jehová tu Dios, y anduvieres en sus caminos, …, te hará sobre abundar en bienes”. Deja ya de hacerte el distraído, cumple con sus mandamientos, verás que si pones por obra la Palabra, las bendiciones vendrán sobre ti.

© Ricardo Hernández. Todos los derechos reservados.

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