Predicas Cristianas
Predicas cristianas predica de hoy: Serás atacado
Predicas cristianas lectura bíblica de hoy: Eclesiastés 4:4
Introducción
La iglesia está sufriendo de un fuerte ataque a causa de espíritus inmundos que nos han atacado espiritualmente. Espíritus inmundos que han logrado hacer bajar los brazos de muchos, que poco a poco, sin darse cuenta, han descendido a un bajo nivel espiritual.
El ser religioso se demuestra cuando una persona se llena de su propia doctrina para servir a Dios. Pero cuando tenemos una relación con Dios, y no una religión de hombres. Entonces nuestro deseo se vuelve una continua búsqueda, donde no pretendemos ya haber alcanzado la plenitud en Cristo. Sino que seguros de nuestra fe y de nuestra salvación por medio de Jesús. Examinamos nuestro interior buscando la manera de poder agradarle y crecer en su conocimiento, logrando así un mayor nivel espiritual.
Jesús fue tentado
Lucas escribió que Jesús fue tentado. Uno de los ofrecimientos de Satanás fue riqueza y poder ya que el mundo entero es su dominio. Esto es real, ya que lo dicen las Escrituras, Lucas 4:1-7.
Estemos seguros que Satanás y sus demonios son reales. Ellos libran una tremenda y permanente batalla para evitar que el Reino de Dios se extienda.
Una de las formas de evitar el crecimiento del Reino, es atacando a todos aquellos fieles al Señor que buscan la excelencia en el cumplimiento de la perfecta voluntad de Dios. De manera que el adversario es real. Nuestro enemigo viene a tentarnos, aprovechando cualquier circunstancia en nuestra vida. Debemos entender que el pecado es lo que le otorga derecho legal para afectarnos atándonos a los deseos de la carne. El pecado en nuestra vida es lo que le da poder. Entonces…
“desechemos, pues, las obras de las tinieblas, y vistámonos las armas de la luz. Andemos como de día, honestamente; no en glotonerías y borracheras, no en lujurias y lascivias, no en contiendas y envidia, sino vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne” Romanos 13:12-14.
Leamos la Palabra de Dios
“He visto asimismo que todo trabajo y toda excelencia de obras despierta la envidia del hombre contra su prójimo. También esto es vanidad y aflicción de espíritu”.
Cuando buscas la excelencia en tu vida, ya sea en lo espiritual, en tu trabajo secular, o en cualquier área de tu vida, debes estar preparado para ser atacado. No podemos ignorar que la búsqueda de la excelencia produce resistencia por parte de aquellos que les da lo mismo entregarse totalmente al Señor, o hacer las cosas a medias para Él. De manera que muchas veces los ataques son en forma de crítica, de enojo, o de alejamiento de la obra o del Señor mismo.
Muchas veces se piensa que en el mundo espiritual solo existe Dios, y nos olvidamos que también hay espíritus inmundos operando. Olvidamos o ignoramos que estos espíritus del maligno salen a sembrar la mala semilla en el corazón de quienes tienen debilidad espiritual. Estos salen a sembrar con un propósito. El propósito es de hacer la palabra de Dio que ha sido sembrada infructuosa (Mateo 13:18-22).
Donde el Espíritu Santo mora no pueden vivir demonios
Donde el Espíritu Santo mora no pueden vivir demonios, porque Él es Santo. Pero el ser atacado por demonios es algo que la Biblia demuestra en muchos creyentes teniendo batallas. Y si la Biblia dice que los cristianos son atacados con dardos de fuego, entonces tenemos que ver en qué parte de nuestras vidas esos dardos pueden golpear. Por esto, “Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno” Efesios 6:16.
A quienes no desean rendir totalmente su vida a Cristo, a aquellos que prefieren guardarse una parte de su vida para mantener sobre ella su propio señorío, y por eso no le entregan su orgullo, o su soberbia. Por ejemplo, les molesta la excelencia, y si no pueden hacer que les acepten su forma de entregarse a Dios, pasan a ser su enemigo. ¿Por qué? Porque en realidad la excelencia de algunos hace que se manifieste más su falta de entrega…
Palabra de Dios
“de manera que yo, hermanos, no pude hablaros como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo. Os di a beber leche, y no vianda; porque aún no erais capaces, ni sois capaces todavía, porque aún sois carnales; pues habiendo entre vosotros celos, contiendas y disensiones, ¿no sois carnales, y andáis como hombres? Porque diciendo el uno: Yo ciertamente soy de Pablo; y el otro: Yo soy de Apolos, ¿no sois carnales? ¿Qué, pues, es Pablo, y qué es Apolos? Servidores por medio de los cuales habéis creído; y eso según lo que a cada uno concedió el Señor” 1 Corintios 3:1-5.
El objetivo de nuestro enemigo
El objetivo de nuestro enemigo espiritual es el lograr contaminar nuestro corazón. Pero antes de llegar a nuestro corazón, los dardos de fuego necesitan pasar por nuestra mente. Pues la mente habla de nuestro aspecto carnal. Y el corazón de nuestro aspecto espiritual. De manera que los ataques, antes de llegar a nuestro corazón necesitan llegar a nuestra mente. ¿Por qé? Porque los pensamientos son los que llegan al corazón.
Daniel hacía todo de forma correcta, conforme a la voluntad de Dios. Era por esto que los que lo rodeaban buscaban la forma de hacerlo caer. Hoy le sucede lo mismo a quienes deciden vivir conforme a la voluntad del Señor, por parte de aquellos que no rinden su vida a Cristo.
De manera que debemos tener en cuenta que a pesar de ser atacados, no debemos nivelar hacia abajo. Como fieles cristianos debemos mantenernos firmes en nuestras convicciones para hacer la voluntad de Dios..
Palabra de Dios
“Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta. Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno. Porque de la manera que en un cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros tienen la misma función, así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros” Romanos 12:1-5.