Sermones Cristianos
Sermones Cristianos predica de hoy: Más podremos nosotros que ellos
Sermones Cristianos lectura bíblica de hoy: Números 13:30-33
Introducción
En estas últimas semanas hemos examinado la profecía bíblica, y también hemos estudiado acerca del rapto de la iglesia. Para los que no se hayan dado cuenta, estos últimos mensajes han tenido un denominador en común.
El denominador en común que estos mensajes han tenido es que la iglesia, es decir, todo siervo fiel de Jesucristo, tiene que moverse del lugar donde se encuentra. En otras palabras, tenemos que dejar de hacer excusas, tenemos que dejar nuestra comodidad, tenemos que reprender la apatía, y tenemos que hacer un compromiso genuino con Dios. ¿Por qué les digo esto?
La razón por la que les digo esto es porque la iglesia ha llegado a un punto crítico, y los creyentes necesitamos tomar una decisión muy seria. Necesitamos decidir si vamos a enfrentarnos a la batalla y avanzar, o si vamos a darnos por vencidos y permanecer estancados.
Como fieles siervos de Jesucristo, nosotros debemos tener una visión firme; nuestra visión debe ser de cumplir con el mandato que el Señor nos encargo. Nuestra visión y misión debe, y tiene que ser, testificar la Palabra de Dios.
Pero para poder convertir nuestra visión y misión en realidad, nuestras intenciones y pensamientos tienen que convertirse en acciones. Pero lo que sucede con frecuencia es que nuestras intenciones y pensamientos no culminan en acciones porque permitimos que los poderes de las tinieblas detengan la obra que Dios ha iniciado en nosotros. Así que en el día de hoy deseo que analicemos lo que puede detener que hagamos un compromiso genuino con Dios.
Pasemos ahora a la Palabra de Dios y veamos un ejemplo de lo que les hablo.
Entonces Caleb hizo callar al pueblo delante de Moisés, y dijo: Subamos luego, y tomemos posesión de ella; porque más podremos nosotros que ellos. 31 Mas los varones que subieron con él, dijeron: No podremos subir contra aquel pueblo, porque es más fuerte que nosotros. 32 Y hablaron mal entre los hijos de Israel, de la tierra que habían reconocido, diciendo: La tierra por donde pasamos para reconocerla, es tierra que traga a sus moradores; y todo el pueblo que vimos en medio de ella son hombres de grande estatura. 33 También vimos allí gigantes, hijos de Anac, raza de los gigantes, y éramos nosotros, a nuestro parecer, como langostas; y así les parecíamos a ellos.
Más podremos nosotros que ellos
Como acostumbro a decir, para tener un mejor entendimiento del mensaje que Dios tiene para nosotros en el día de hoy, será necesario que conozcamos un poco de lo que está aconteciendo en este punto de la historia. Aquí tenemos al pueblo de Israel que fue liberado de las manos del faraón después de aproximadamente 430 años de esclavitud [1].
Dios utilizó a Moisés para liberarles, y ellos todos vieron grandes señales de un Dios vivo. Ellos fueron testigos de todas las plagas, vieron la presencia de Dios que les guiaba [2], y cruzaron el mar rojo sin tener que mojarse o usar una nave [3]. Ellos habían escuchado Palabra de Dios a través de Moisés y sabían que él les estaba guiando hacia la tierra prometida.
Ellos sabían que Dios les había liberado y que les había prometido una tierra que fluía con leche y miel. ¿Por qué les hago este recuento? Les hago este recuento porque es necesario que nos demos cuenta de que ellos sabían exactamente hacia donde se dirigían; es necesario que sepamos que ellos conocían las promesas de Dios.
Este breve recuento nos conduce a este punto en la historia. Moisés les guió por el desierto hasta la frontera de la tierra que Dios les había prometido y aquí vemos que él entonces envió a estos hombres a que fueran y reconocieran el territorio [4]. Pero aquí es donde comienza el problema.
El problema comienza porque todas las personas ven las cosas de diferentes maneras.
En el mundo existe una prueba psicológica que describe esto muy bien. Lo que se hace es que se pone un vaso de agua lleno hasta la mitad frente a una persona, entonces se le dice a la persona que describan el vaso.
Algunos dicen que el vaso esta medio vació, y a estos se les destaca como personas pesimistas; mientras que otros dicen que el vaso esta medio lleno, y a estos se les destaca como personas optimistas. Como les dije, todos vemos las cosas de diferentes maneras.
Manteniendo esta prueba psicológica en mente, ahora preguntémonos, ¿qué tipo de personas eran estos hombres? Los hombres que fueron a reconocer el territorio confirmaron que la tierra en verdad era buena y que era fértil [5], pero permitieron que las circunstancias influenciaran de la manera que vieron las cosas, así que no lograron ver un vaso medio lleno, sino un vaso medio vacío. Dile a la persona que tienes a tu lado: fueron hombres pesimistas.
¿Por qué digo que fueron hombres pesimistas?
Digo esto porque estos hombres vieron las cosas del lado más desfavorable que existía. ¿Por qué vieron las condiciones del lado más desfavorable que existía? La respuesta a esta pregunta es fácil; ellos confiaron más en lo que vieron [6], que en lo que Dios les había prometido [7]. Confiaron más en sus propias fuerzas que en el poder de Dios. ¿Por qué decidieron confiar más en sus propias fuerzas que en la Palabra y poder de Dios? La respuesta a esta pregunta es fácil; ellos no habían hecho un compromiso genuino con Dios.
Desdichadamente, este problema continúa existiendo en el pueblo Cristiano. La realidad es que un gran por ciento de los creyentes no están comprometidos ni dedicados a Dios.
¿Por qué existen tantos que no han hecho un compromiso genuino con Dios?
Yo diría que la razón principal es porque vivir el evangelio no es un llamado a una vida fácil, o a vivir cómodamente. Si fuera algo de comodidad las personas no cupieran en las iglesias. Igualmente el llamado a conquistar una nueva tierra no le sería fácil a este pueblo, y porque no sería algo fácil y sin esfuerzo, ellos dejaron de concentrarse en las promesas de Dios. Y
es por eso que podemos ver que ellos dijeron: “…Mas los varones que subieron con él, dijeron: No podremos subir contra aquel pueblo, porque es más fuerte que nosotros.” ¿Se dieron cuenta de lo que les sucedió a ellos aquí? Este pueblo dejo de confiar en el poder de Dios, este pueblo se concentro en lo que vieron y en sus debilidades. ¿Qué resultado produjo esto?
El resultado fue que este pueblo tuvo que andar en el desierto por cuarenta años. Quiero que nosotros pensemos en esto por un momento. Quiero que analicemos lo que les sucedió a ellos y lo comparemos con lo que nos sucede a nosotros hoy en día.
Dios quiere que Su pueblo sirva de ejemplo
Lo que le sucedió a este pueblo no es muy diferente a lo que nos sucede a nosotros hoy en día. En muchas ocasiones nosotros nos comportamos al igual que este pueblo. Dios quería que este pueblo le sirviera de bendición al mundo, Dios quería que ellos fueran el ejemplo a seguir, pero ellos no confiaron en Dios.
Al igual que ellos, Dios quiere que Su pueblo sirva de ejemplo en este mundo lleno de maldad, Dios espera que nosotros, que Su iglesia, sirva de luz en este mundo de tinieblas [8], pero con frecuencia fallamos el blanco. ¿Por qué?
Continuando leemos: “…Y hablaron mal entre los hijos de Israel, de la tierra que habían reconocido, diciendo: La tierra por donde pasamos para reconocerla, es tierra que traga a sus moradores; y todo el pueblo que vimos en medio de ella son hombres de grande estatura. 33 También vimos allí gigantes, hijos de Anac, raza de los gigantes, y éramos nosotros, a nuestro parecer, como langostas; y así les parecíamos a ellos…”
Como podemos apreciar, ellos se fijaron en que la tierra contenía un gran número de habitantes, ciudades con murallas fortificadas y gigantes que habitan en ella. Les pregunto, ¿existe esto en nuestra vida hoy? Les puedo decir con toda confianza que sí.
Existen muchas personas que hacen igual que estos hombres en este instante. Existen muchas personas que en vez de concentrarse en las promesas de Dios, se concentran en las situaciones y quitan su mirada de Dios; una vez que hacemos esto entonces nuestra fe flaquea y comenzamos a sucumbir en la tentación y la rebeldía.