Una fe verdadera, es una fe que obra

Predicas Cristianas

Predicas Cristianas Predicación de Hoy: Una fe verdadera, es una fe que obra

Predicas Cristianas Lectura Bíblica: Hebreos 11:1

Introducción

Hermanos, en el mensaje de hoy hablaremos todo lo referente a la fe. Una de las razones que me motiva hablar el día de hoy acerca de este tema, es que hace unos días atrás un hombre muy molesto me llamó por teléfono, él había leído unos de mis sermones que se encontraban en mi página de Internet y le habían desagradado.

Bueno, yo no conocía a esa persona, aunque él me hablaba muy molesto, ya que en uno de mis sermones él había notado que yo había dicho que el simple hecho de decir que uno cree en Cristo o hacer una oración no era una garantía suficiente para ser salvo.

Rápidamente noté que a aquella persona quería comenzar un debate de carácter teológico, puesto que él quería que por medio de la Biblia yo le comprobara lo que había mencionado en mis sermones.

Amados, es de su conocimiento que yo soy muy diligente en cuanto a preparar mis sermones, y que con la guía de Dios me dedico a la investigación exacta del estudio bíblico que voy a realizar, usando como mi medio principal la Biblia, aunque también me ayudo con diccionarios, libros cristianos, enciclopedias, etc.

Además me gusta dejar una lista de referencias de todos los medios que he empleado para desarrollar el sermón, con el fin de que cualquiera que lea los sermones puede revisar también las referencias listadas para que puedan verificar que todo lo que está escrito en el sermón es correcto y bíblico.

Discusiones teológicas

Ustedes que me conocen saben perfectamente que a mí no me gusta entrar en estas discusiones teológicas. A esta persona yo me limité a contestarle que por favor comprobara todo lo que ha leído en mis sermones mediante un profundo estudio en la palabra.

Les he comentado esto, porque es esto precisamente uno de los problemas que se ven dentro de la Iglesia, ya que muchos creen que por el simple hecho de hacer una sola oración de salvación, aquella persona que la realice es salva, y no necesitan nada más que hacer.

Esto provoca que muchos que profesan creer en Cristo, que aseguran haberlo aceptado como Salvador, pueden seguir llevando la vida que llevaban, y que aun así llegar a ser salvos.

En estos tiempos esta es una de las mentiras más usadas por Satanás, y que tristemente muchos la han creído. Quizás alguno preguntará: -¿entonces cómo podemos ser salvos?

La respuesta que nos da la Biblia es esta: “cree en el señor Jesucristo” así es hermanos, solamente la fe en Jesucristo. Pero aquella fe verdadera no estar sola si no que va a estar acompañada.

Vámonos a la palabra de Dios para verificar esto.

Santiago 2:14-26Hermanos míos, ¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarle? 15 Y si un hermano o una hermana están desnudos, y tienen necesidad del mantenimiento de cada día, 16 y alguno de vosotros les dice: Id en paz, calentaos y saciaos, pero no les dais las cosas que son necesarias para el cuerpo, ¿de qué aprovecha? 17 Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma. 18 Pero alguno dirá: Tú tienes fe, y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras. 19 Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan. 20 ¿Más quieres saber, hombre vano, que la fe sin obras es muerta? 21 ¿No fue justificado por las obras Abraham nuestro padre, cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar? 22 ¿No ves que la fe actuó juntamente con sus obras, y que la fe se perfeccionó por las obras? 23 Y se cumplió la Escritura que dice: Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia, y fue llamado amigo de Dios. 24 Vosotros veis, pues, que el hombre es justificado por las obras, y no solamente por la fe. 25 Asimismo también Rahab la ramera, ¿no fue justificada por obras, cuando recibió a los mensajeros y los envió por otro camino? 26 Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta.”

Breve repaso histórico

Como ya lo saben todos ustedes, siempre tenemos que comenzar por un breve repaso histórico para tener una visión general acerca de los hechos que se desarrollan en los versículos del estudio.

Santiago el hermano de Jesús, quien no creyó que Jesús era el Cristo hasta después que resucitó de entre los muertos, algo que pasa con mucha frecuencia en nuestros tiempos, fue el autor de este libro.

Todos aquellos que se convirtieron a Cristo en este punto de la historia, se hallaban pasando muchas situaciones en su contra las cuales ponían a prueba su fe. El apóstol Santiago temía que estas situaciones produjeran un debilitamiento de ánimos y desunión espiritual.

El fin de este libro no es de tipo apologético o de doctrina, sino que tenía como fin el llevarnos a la acción en relación a nuestras creencias. Así es, el propósito de este libro era el de llevarnos a examinar nuestro andar en relación a lo que decíamos que creíamos.

Éste libro no nos enseña que la salvación es la suma de la fe más las obras, sino que una fe verdadera va a producir buenas obras, va a producir un cambio en una persona, y si alguien dice que tiene fe y ésta no produce obras ni realiza cambios en la persona, esta clase de fe es falsa, está muerta, no existe. Avancemos en el estudio hermanos.

La fe – Todo aquel que ha nacido de Dios no practica el pecado

Hermanos, muchos que profesan ser cristianos han creído la mentira del enemigo, que una vez que se ha realizado la oración aceptando a Cristo no importa como vivas, ya ha sido salvado y para siempre serás salvo. Y con astucia ellos usan muchos pasajes bíblicos interpretados a su manera, los cuales sólo provocarán su propia perdición.

No nos dejemos engañar, la Palabra de Dios es clara en este punto, pues ella dice que todo aquel que ha nacido de Dios no practica el pecado, entonces si alguien dice que ha nacido de Dios, que ha recibido a Cristo y su vida no produce cambios, y en su vida se refleja el pecado, entonces él mismo está engañado y su fin será la destrucción eterna.

Las Escrituras nos enseñan de una forma muy objetiva que el que ha nacido de Dios no puede vivir en pecado (1 Juan 3:9).

La fe verdadera

Hermanos, les pondré un ejemplo, si alguien ara la tierra y pone semillas de naranja, y el árbol crece les pregunto: ¿qué fruto va a dar éste árbol? ¿Acaso dará manzanas? ¿Acaso dará higos?

Por supuesto que no, lo que aquel árbol dará son naranjas. De la misma forma, si alguien tiene la semilla de la fe verdadera, éste dará frutos de una fe verdadera. Esto es claro puesto que Jesús dijo que un buen árbol no puede dar malos frutos y un árbol malo no puede dar buenos frutos.

Con esto no quiero decir que el creyente verdadero nunca va a pecar, lo que si no va a hacer es pecar con todo su corazón y voluntad. Puesto que el que ha nacido de Dios ha sido hecho nuevo desde su corazón (Ezequiel 36:25-27).

El creyente verdadero puede llegar a pecar por diferentes motivos

Pero el pecado no va ser la norma que regirá su vida, pues como lo dice la Biblia el que ha nacido de Dios no practica el pecado. Así que, nosotros somos justificados por medio de la fe, solamente la fe, pero eso sí, la fe verdadera vendrá acompañada de buenas obras.

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