Andando como hijos de luz

Predicas Cristianas

Prédica de Hoy: Andando como hijos de luz

Predicas Cristianas Lectura Bíblica: Juan 8:12

Introducción

Hemos estudiado ya, hace unos días atrás, la forma de cómo opera el Espíritu Santo, también vimos que al confiar y permitir que Él dirija nuestras vidas, gozaremos de una buena relación en la presencia de nuestro Dios. Él es quien ilumina nuestro andar, así podemos saber por dónde conducirnos en este mundo lleno de tinieblas.

El mensaje de hoy se basa precisamente en esa luz, que se nos fue dada para que alumbrase nuestro caminar en este mundo, el cual camina bajo la obscuridad. Con la ayuda de Dios vamos a estudiar bien sobre este asunto, ya que muchos en la actualidad por las tinieblas que existen en ellos, no pueden comprender lo que significa el andar en la luz.

Hermanos, hoy examinaremos este hermoso tema, y analizaremos la relación que existe entre la luz y el andar de nosotros, seremos enseñados por la Palabra de Dios que la luz todo lo manifiesta, y que hay incongruencia entre el que dice que está en la luz, mientras mora en tinieblas.

Hijos de luz

Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.”

Ésta es una de las confesiones que se añadían a la lista de declaraciones que Jesús hacía sobre su persona. Ésta declaración al igual que todas mostraban la gran autoridad que Jesús tenía, y por supuesto era rechazada por los principales de los judíos, los fariseos. En este versículo Jesús dijo que Él era la luz del mundo.

Los fariseos replicaron a su declaración “…Tú das testimonio acerca de ti mismo; tu testimonio no es verdadero.” Los que los fariseos hacían en contra de Jesús, es muy común hallarlo en el mundo en contra de los cristianos, ello trataban de burlarse de Jesús. Pero ¿Cuál era su motivo para hacer esto? Para responder a esta interrogante, es necesario realizar un efímero repaso histórico para entender quiénes eran los fariseos y el rol que desempeñaban.

Los fariseos junto con los saduceos, otro grupo religioso, eran quienes lideraban en los asuntos espirituales de Israel, tenían gran influencia entre el pueblo judío. Pero en este momento nos centraremos solo un poco en los fariseos, quienes creían en un solo Dios, y tenían como la Palabra de Dios a las Escrituras. Aunque sus costumbres, reglas, ordenanzas, ceremonias y demás tenían la misma autoridad que las Escrituras, a las cuales añadían muchas veces su propia doctrina.

Notemos las palabras de Jesús hacia ellos en Mateo 23:13: “Mas ¡ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque cerráis el reino de los cielos delante de los hombres; pues ni entráis vosotros, ni dejáis entrar a los que están entrando.” Los fariseos llevaban al pueblo a cometer graves errores. Ya que como supuestos intérpretes de la ley, les hacían creer al pueblo judío que con diferentes ceremonias o rituales y guardando una buena conducta podían volverse aceptables delante de Dios.

También estaban guiando al pueblo a convertirse en una religión basada en apariencias externas, buscando la admiración de entre las personas como una forma de ganar un grado en la escala social. Es decir, que si una persona era admirada y respetada por el pueblo, y por lo menos exteriormente hacía las cosas correctas, entonces era alguien que se consideraba que era aprobado por Dios.

Empero ellos mismos no practicaban lo que profesaban, ponían cargas que ni ellos mismos podían llevar. Razón por la cual Jesús profirió palabras muy duras contra ellos, llamándoles hipócritas. Todo lo que ellos practicaban y hacían, era para su propia gloria, no tomaban en cuenta la gloria de Dios.

Hermanos, de todo esto podemos aprender dos grandes verdades que nuestro Señor Jesús nos enseña referente a la luz; la primera realidad es que uno no puede dar lo que uno no posee. Sigamos para entender mejor esto.

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José R. Hernández
Pastor jubilado de la iglesia El Nuevo Pacto, en Hialeah, FL. Graduado de Summit Bible College. Licenciatura en Estudios Pastorales, y Maestría en Teología.

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