Predicas Cristianas
Prédica de Hoy: Crecimiento espiritual
Predicas Cristianas Cita Bíblica: 2 Pedro 3:15-18
Introducción
Lo que tal vez nos resulta más difícil en nuestra vida cristiana es nuestro crecimiento espiritual; cuando nos convertimos a Cristo somos como niños a quienes se les deben cuidar y alimentar, protegiéndoles de todo peligro.
Si a un niño no le cuidamos y alimentamos, su crecimiento se detendrá, no se desarrollará físicamente y poco a poco sus funciones vitales irán teniendo problemas hasta que finalmente le sobrevendrá la muerte.
En un niño espiritual sucede lo mismo, si no se alimenta y protege a través de la palabra de Dios, su crecimiento y desarrollo espiritual se detendrá, sus funciones vitales como son la oración, la lectura de la Palabra, el congregarse, etc. Comenzarán a menguar hasta que finalmente el enemigo vuelve a señorearse sobre su vida logrando apartarlo de la iglesia, y es allí en donde le sobreviene la muerte espiritual.
Pero no es la intención de hablar de muerte sino de vida; lo normal es que los niños se alimenten y a través del crecimiento que adquieren sus cuerpos generan anticuerpos que le protegen de las enfermedades físicas.
Igualmente, los niños espirituales que se sustentan correctamente, con todo buen alimento espiritual, que oran, que leen y escudriñan las Escrituras, que se congregan, etc. se desarrollan y generan anticuerpos como consecuencia de la implantación de la Palabra de Dios en sus corazones, de manera tal que a pesar de los ataques del enemigo, a pesar de las pruebas y dificultades, no permitirán que se aparten del camino del Señor, creciendo continuamente.
Crecimiento espiritual: Un nuevo nacimiento espiritual
Al convertirnos a Cristo tenemos un nuevo nacimiento espiritual, y a partir de ése momento debemos alimentarnos espiritualmente. La vida cristiana no comienza con el asumir múltiples actividades en la iglesia.
La vida espiritual comienza al unirnos a Cristo y nos unimos a Cristo mediante la oración y acciones de gracias (Colosenses 4:2) que viene a ser el cordón umbilical a través del cual nos llega el alimento primario de Dios, esto es la comunión íntima con el Creador.
El paso siguiente es el alimento sólido, en primera instancia como papilla, nuestros primeros biberones de leche espiritual, para luego ir incorporando todo aquello que alimente nuestro organismo espiritual.