Predicas Cristianas
Prédica de Hoy: ¿Hacia dónde están nuestro ojos?
Predicas Cristianas Lectura Bíblica: Mateo 16:21-23
Introducción
Hace unos días atrás me ocurrió algo en mi trabajo que me gustaría contarles a ustedes en el día de hoy. Surge, que un día aconteció un accidente y cuando empezó la investigación, múltiples testigos dieron distintas especificaciones del delincuente. Unos comentaban que era alto, otros que era de estatura baja; unos que tenía bozo, otros que no sabían ni que contestar.
En si las especificaciones eran muy distintas. Y esto ocurrió en verdad, lo cual no es otra cosa salida de lo cotidiano. No esta salido de lo cotidiano porque todos aquí, si no estamos capacitados de cierta manera, nos percatamos de algunas cosas y otras simplemente no. Es muy parecido a cuando se congrega un grupo de personas y un recado es entregado a una persona para que esta se lo comunique a los demás.
El contratiempo está en que cuando el recado llega por fin a la última persona, el recado inicial ha sido cambiado y no es nada parecido al inicial. Esto ocurre porque nosotros oímos y comprendemos las cosas a nuestro modo. Es por eso que deseo comentarles de lo mismo en el día de hoy. Hoy vamos a reflexionar unos pasajes de la Palabra que nos harán meditar en donde enfocamos nuestra mira, y que bien oímos lo que Dios nos dice.
¿Hacia dónde están nuestro ojos?
Como he dicho siempre, para obtener un mayor comprendimiento del mensaje que Dios tiene para nosotros, será debido que realicemos un rápido repaso de la historia. En este punto de la historia Jesús tenía probablemente dos años con los discípulos.
Y durante este tiempo Jesús había realizado múltiples milagros, algo que está bien reflejado en Mateo 15:30-31 cuando leemos “Y se le acercó mucha gente que traía consigo a cojos, ciegos, mudos, mancos, y otros muchos enfermos; y los pusieron a los pies de Jesús, y los sanó; 31 de manera que la multitud se maravillaba, viendo a los mudos hablar, a los mancos sanados, a los cojos andar, y a los ciegos ver; y glorificaban al Dios de Israel.” De esta manera ellos habían contemplado todos estos hechos, ellos conocían muy bien quien era Él.
Jesús se les había expuesto por medio de los milagros, pero lo más trascendental aún, Jesús se les había expuesto por medio de las enseñanzas. Es más, el mismísimo Pedro en sus versículos fue quien anteriormente respondió correctamente la pregunta de Jesús como observamos en Mateo 16:13-16 cuando leemos “Viniendo Jesús a la región de Cesarea de Filipo, preguntó a sus discípulos, diciendo: ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre? 14 Ellos dijeron: Unos, Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías, o alguno de los profetas. 15 Él les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? 16 Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.”
De esta manera logramos observar que Pedro le aceptó apropiadamente como el Hijo de Dios, es decir, como el Mesías que el pueblo Judío estaba esperando. Pero claramente esta no fue la actitud de todos, ya que Jesús padeció la discriminación total de todos los líderes religiosos y del pueblo, como lo podemos ver reflejado en en Juan 1:11 cuando leemos ” A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron.” Permaneciendo con estas lecturas en mente, prosigamos ahora con nuestro estudio de hoy.
Cuando leemos cautelosamente estos versículos hallamos que en este caso Jesús les confiesa el propósito de Dios. Observen atentamente como nos dice la Palabra cuando leemos “Desde entonces comenzó Jesús a declarar a sus discípulos que le era necesario ir a Jerusalén y padecer mucho de los ancianos, de los principales sacerdotes y de los escribas; y ser muerto, y resucitar al tercer día.”
Acá Jesús les dio a conocer que Él había llegado al mundo con un propósito. Jesús les dio a conocer que él había llegado al mundo para consumar la voluntad del padre, como lo hallamos cuando él nos dice en Juan 5:30 cuando leemos “No puedo yo hacer nada por mí mismo; según oigo, así juzgo; y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió, la del Padre.“
¿Con qué motivo envió a Jesús el Padre? Jesús fue mandado a este mundo ocupado de maldad para desatar a la humanidad de las manos de Satanás. Observen bien como lo dice Pablo en Gálatas 1:4 cuando leemos ” el cual se dio a sí mismo por nuestros pecados para librarnos del presente siglo malo, conforme a la voluntad de nuestro Dios y Padre.”
Jesús no llegó por llegar, él vino para luchar contra el enemigo. Él no llegó para dar gusto a la muchedumbre, porque esto hubiese sido sencillo de realizar, él vino para luchar contra los poderes de las tinieblas. Pero estos actos son algo que ellos obviamente no llegaron a comprender enteramente. Ahora bien ¿Porque les comento esto?
El motivo porque se los he comentado es para que tengamos comprendimiento de que Dios tiene una intención en nuestras vidas. Coméntale al hermano que tienes a tu derecha, Dios tiene un motivo con tu vida. Dios tiene un motivo con todo lo que acontece.
El motivo de Dios en situaciones no es sencillo de reconocer y en múltiples situaciones es complicado de comprender, pero no aun así, Dios tiene un motivo con tu vida. Dios anhela que conozcas que él no te ha dejado solo, y que él está al lado de toda persona devota. Dios tiene un motivo en tu vida y anhela decírtelo.
Aunque este motivo de Dios en situaciones se nos hace complicado de entender, nos lo deja en claro en Isaías 55:8-9 cuando leemos “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. 9 Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.“
Tenemos que conocer que el motivo de Dios siempre será perfecto para nosotros. El motivo de Dios aunque en situaciones sea difícil de entender, siempre pensara lo mejor para con nuestro futuro. Observen bien como Él lo dice en Jeremías 29:11 cuando leemos “Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.”
Pero aun así por complicado que se nos haga para entender, y aun así lo complicado que sea aceptarlo, tengamos presente que todo lo que ocurre es una obra para nuestro bienestar. observen bien en lo que dijo Pablo en Romanos 8:28 cuando leemos “ Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.” Dile al hermano que tienes a tu lado, Dios anhela lo mejor para ti.
El inconveniente que existe es que con reiteración muchos no observan el propósito de Dios, aun cuando lo observamos claramente. Muchos no observan el motivo de Dios aun cuando se le revela de forma directa y el motivo de esto es porque su vista no está en las acciones de Dios, sino en las acciones de este mundo.
Esto fue lo que ocurrió textualmente lo que ocurrió en ese instante. Aunque los discípulos habían andado con Jesús todo este tiempo. Aunque habían contemplado las señales y milagros. Aunque habían oído de su apostolado directamente de Su boca, ellos no fueron capaces de entender lo que él les estaba comentando en esta situación.
Esto queda muy claro en la respuesta de Pedro acá cuando leemos “Entonces Pedro, tomándolo aparte, comenzó a reconvenirle, diciendo: Señor, ten compasión de ti; en ninguna manera esto te acontezca.”
Cuestionemos en este momento, ¿Dónde nos hallaríamos si hoy Jesús nos realizara esto? sobra comentar que no nos hallaríamos aquí, porque Jesús no hubiese realizado el propósito de Dios, y no hubiéramos obtenido la salvación. Pero esta no es la cuestión que nos debemos realizar. La cuestión que debemos que realizar es ¿Porque dijo eso a Pedro?
LA verdad es que Pedro lo comento porque él amaba a Jesús. Pedro, como los otros discípulos amaba a Jesús y no querían que nada malo le ocurriera, pero la verdad es que también es que sin esa inmolación perfecta, la humanidad jamás hubiese recibido la oportunidad de la salvación.