Predicas Cristianas
Predicas Cristianas Predicación de Hoy: La espada (Palabra de Dios)
Predicas Cristianas Lectura Bíblica: “Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí..” Mateo 10:34
Introducción:
Estaba orando pidiéndole al Señor que me diera el mensaje para traer esta semana, y leía y leía la palabra pero nada en si me estaba hablando. Entonces me dije a mi mismo: “déjame poner todo esto a un lado por un rato y quizás después el Señor me hablara.”
Pero fue en ese mismo instante que el Señor me habló; en el mismo instante que me dije: “déjame poner la Biblia a un lado y descansar y quizás luego la lea otra vez,” Dios me hablo. Déjenme decirles que este es el mensaje de hoy.
En otras ocasiones hemos hablado acerca del poder de la oración y su importancia, pero hoy vamos a hablar acerca de nuestra espada. ¿Cuantos trajeron sus espadas hoy? ¿Se les olvido armarse antes de salir de sus casas? ¿Que es la espada del espíritu?
La espada es la Biblia, la espada es la palabra de Dios (Efesios 6:17).
Manteniendo esto en mente vamos ha tomar nuestras espadas en mano y busquemos:
Mateo 10:34 – No penséis que he venido para traer paz a la tierra; no he venido para traer paz, sino espada.
Prestemos mucha atención a esto aquí. Jesús vino al mundo, tomo el cuerpo y semejanza de un hombre, pero más importante que todo Él vino con un propósito.
Él no vino simplemente por venir; Él vino ha combatir al diablo. Él vino a traernos la salvación, para liberarnos de las manos de satanás. Él dio su vida por nosotros en la cruz para que pudiésemos ser salvos.
Pero todo esto son principios básicos Cristianos. Todos sabemos que Él murió en la cruz por nuestros pecados, pero ¿sabemos los que nos dejo? Como les dije anteriormente, Él no vino por venir, Él vino a combatir al enemigo, a derrotarlo por nosotros.
Él no vino para complacer a la muchedumbre, puesto que esto hubiese sido fácil de hacer. Él vino a combatir los poderes de las tinieblas. Él no vino con un acuerdo de paz para satanás, Él vino armado y preparado para la batalla. “No he venido para traer paz, sino espada,” Él vino con la espada que es la palabra de Dios.
Cuando puse mi Biblia a un lado y me dije la leeré después, el mensaje fue claro y oído bien alto. Lo que sucede es que muchos de nosotros hacemos eso exactamente.
Tenemos la espada
Tenemos el arma más poderosa en el universo, la única arma con la cual nos podemos defender contra los poderes y potestades de las tinieblas, pero la tenemos tirada a un lado.
Quizás la leemos el domingo cuando vamos a la iglesia, pero si no es por eso, pues la tenemos tirada a un lado cogiendo polvo, y lo más importante desafilándose. Hermanos si no usamos nuestra arma, entonces se desafila.
¿Cuantos aquí han usado una cuchilla de afeitar usada? Les hablo de una cuchilla que esta tirada a un lado después de ser usada. Estoy muy seguro que no fue una experiencia muy agradable, yo me atrevo a decir que fue una experiencia dolorosa.
Lo mismo aplica a la palabra de Dios. Si la tenemos tirada a un lado, si la leemos una vez a la semana, entonces se vuelve dolorosa. Dolorosa en el sentido de que en realidad no entendemos lo que estamos leyendo, pero eso es porque no hemos tomado el tiempo de entenderla.
En la palabra de Dios podemos encontrar las repuestas a cualquier situación que pueda surgir, con la palabra de Dios podemos combatir los ataques de satanás y sus demonios.
Sin la palabra de Dios estamos derrotados.
¿Como podemos pretender defender el reino de Dios si no estamos armados? ¿Como nos vamos a defender nosotros contra satanás? No existe manera posible que lo podamos hacer sin la palabra. Jesús nos dice:
Mateo 10:35-36 – Porque he venido para poner en disensión al hombre contra su padre, a la hija contra su madre, y a la nuera contra su suegra; 36 y los enemigos del hombre serán los de su casa
Si nos ponemos a pensar sobre esto, esto es bien alarmante. Preguntémonos, ¿Vino Él ha ponernos en guerra con nuestras familias? Es bien obvio que cuando seguimos a Jesús empezamos a recibir su paz, amor y sus bendiciones (Juan 14:27). Pero entonces, ¿qué quiere decir todo esto?
Vamos a pensar en esto un momento. ¿Se puede alguien recordar de haber sido humillado y ridiculizado? ¿Se puede alguien recordar de que se haya hablado de nosotros de una manera derogatoria o ofensiva por nuestros amigos y familiares simplemente porque decidimos seguir a Jesús?
Yo si me puedo recordar de haber perdido amigos y haber echo enemigos de otros por haber aceptado a Jesús como mi salvador personal.
Les puedo decir que se me ha llamado desde un religioso hasta un fanático loco y todas las demás cosas que existen en el medio. Pero ven, yo se que no eran ellos diciendo esas cosas, eran los demonios tratando de atacarme con todo lo que el tenían. ¿Como puedo estar seguro de esto? Fácil, como dije, las respuestas a todas las preguntas están en la palabra de Dios.
Mateo 16:21-23 – Desde entonces comenzó Jesús a declarar a sus discípulos que le era necesario ir a Jerusalén y padecer mucho de los ancianos, de los principales sacerdotes y de los escribas; y ser muerto, y resucitar al tercer día. 22 Entonces Pedro, tomándolo aparte, comenzó a reconvenirle, diciendo: Señor, ten compasión de ti; en ninguna manera esto te acontezca. 23 Pero él, volviéndose, dijo a Pedro: !Quítate de delante de mí, Satanás!; me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres.
En el desierto Jesucristo escucho el mensaje de Satanás
El demonio le dijo que Él podía tener cosas gloriosas y que no tenia que morir. Satanás le ofreció todos los reinos de la tierra si solamente Él le alabara, pero Jesús combatió la batalla con la palabra de Dios.
Si analizamos estos versículos aquí detalladamente, vemos que ahora Él estaba oyendo básicamente el mismo mensaje que había recibido de satanás en el desierto, pero esta vez estaba saliendo de la boca de Pedro. Jesús supo inmediatamente que no era Pedro diciendo estas cosas, sino que satanás había puesto este pensamiento en su cabeza.
Satanás estaba usando el amor que Pedro sentía por Jesús, puesto que ningún apóstol quería que Jesús fuese matado, así que satanás uso esto para tentar a Jesús una vez más. Pero Jesús uso la espada, la palabra de Dios, lo reprendió.
Porque Él sabia que tendría que morir para que el mundo pudiese ser salvo. El diablo usara la misma estrategia con nosotros, el usara el amor que sentimos por nuestros familiares y amistades para tratar de separarnos de Dios.