Cuando Dios marca tu vida

Predicas Cristianas… Predicaciones Cristianas

Texto: Efesios 1:13-14

Introducción:

Hay mucha gente que ha sufrido por esas marcas del dolor, de la crisis, del desamparo, del olvido, pero hoy te quiero dar una buena noticia, Jesús también vino a dejar su huella y nadie ha dejado ninguna tan grande como Él.

1. ¿Qué son las arras?

Las arras son algo que se da en garantía para cumplir una promesa, todos los que han ido a comprar una casa en construcción, saben que dan el anticipo, firman una promesa de compraventa y dan una cantidad en arras, por ejemplo, dan u$10,000 en garantía, y si cuando la casa se construya, está terminada, usted no la compra, pierde esta cantidad, pero si la compra, eso se le descuenta al precio de la casa.

Es la garantía de una promesa que usted hace, el Señor nos dio a nosotros grandiosas promesas, las más bellas y poderosas que hay, nos ha prometido bendecirnos grandemente, Dios no necesitaría jurar que va a cumplir esas promesas, pero se lo juró a Abraham, no necesitaría dejarlo por escrito, pero lo hizo, El no necesitaría una garantía, pero la dejó, Su Palabra debería ser suficiente, porque El mismo dijo que el cielo y la tierra podían pasar, pero su Palabra no.

Pero Dios no queriendo que dudes, ha dejado una garantía, y entonces te dejó las arras, pero El me imaginó que se puso a pensar qué arras dar, te pudo haber dado un pedazo de tierra, oro, pero te dio la mayor de todas las garantías, que fue la presencia del Espíritu Santo, dijo: Voy a cumplir la promesa y para demostrártelo, que ese día va al llegar, te dejo a mi Espíritu Santo en garantía; como diciendo: Si no cumplo, te quedas con el Espíritu.

Si usted pudiera arrancar al Espíritu Santo de la trinidad, lo cual es imposible, entonces cabría la posibilidad que Dios fallara, pero como el Espíritu Santo es uno con el Padre y el Hijo, es imposible que El le vaya a fallar a usted, fíjese que no le dio u$10,000 en garantía, sino su propio ser en garantía y quiero que preste atención a esto: Cuando pensó en bendecirlo, dio lo mejor que podía dar.

Cuando te creó a ti, lo hizo a imagen y semejanza de Él, no a imagen y semejanza del mono, luego, cuando pagó para salvarte, dio lo mejor que tenía, y es la vida de su hijo, y cuando quería garantizar las promesas, dio la presencia de su espíritu, tiene tantas ganas de bendecirte que ha dado lo mejor de Él, tiene más ganas de bendecirte que las mismas que tú tienes de ser bendecido.

Le pregunto: ¿Qué es mayor, la presencia del Espíritu Santo o cualquier promesa que Él le ha dado? Digamos que Dios le ha prometido bendecirlo con un aumento, ¿qué es mayor? Si Él ya le dio lo más grande, ¿no cree que también le dará lo otro? Él va a cumplir sus promesas.

Ahora quiero hablarle de lo que es el sello, usted fue sellado el día que vino y recibió a Jesús en su corazón, el pueblo de Dios en el Antiguo Testamento eran los hebreos, ellos tenían que hacerse un sello en su cuerpo, haciéndose la circuncisión, cuando nosotros venimos al Señor, ya no tenemos esa señal en el cuerpo, pero tenemos una en el corazón, y es el sello del Espíritu Santo, que dice que usted le pertenece.

Por ejemplo, los que han trabajado en fincas, y han tenido ganado, lo sellan para que no se pierda, le quema los lomos y dice: Ese es mío, igual es Dios, te marca el corazón, nadie te toca, mire lo que hacen las personas para imitar ese sello, hay ciertas pandillas que se ponen tatuajes para identificar a cuál pertenecen; hasta se tatúan el sello de la subdivisión de la cual son parte, además se ponen los tatuajes de lo que han hecho, por ejemplo, los que tienen lágrimas tatuadas son señales que han matado a personas.

Estos jóvenes que vienen de familias desintegradas, están tan deseosos de ser aceptados por una familia, que encuentran en las pandillas una familia, pero les piden que maten a alguien para poder ser parte de esa familia, ahora tú, perteneces a una familia santa, tú estás aquí porque alguien dio la vida por ti, perteneces al linaje real del Señor Jesucristo, ese es el sello que te han puesto.

2. Hay una marca de Dios sobre tu vida

Tanto se ha hablado acerca de la marca de la bestia, se ha hablado más de eso, que del sello del Espíritu Santo, entonces, todos se han puesto a especular acerca de la marca de la bestia, 666, algunos empezaron a decir que la marca de la bestia eran las tarjetas de crédito, hay gente tan prejuiciosa que si su número empieza con 666 dicen: Eso es del diablo ¿Qué acaso no han entendido que los números los inventó Dios?

Se ha escuchado que se hará un chip, el cual será implantado, usted recibe correos de cristianos diciendo algo sobre el sello de la bestia; tiene más temor de la marca que alguien le quiere poner, que orgullo por el sello que lleva dentro, usted está sellado, tiene dueño, pertenece a una familia, debería ir a mostrando con todo orgullo, que Jesús dio su vida por ti.

¿Ha visto cómo algunos hijos se parecen a sus padres? Y dicen: Ahí va toda tu marca, ahí va tu fotocopia, por ejemplo, mis dos hijos tienen mis rasgos del rostro, sus genialidades, sus temperamentos ¿Sabe que ese sello es el mismo que Dios ve en usted? Cuando alguien lo ve dice: Este es hijo de Dios, usted es cristiano, el diablo lo reconoce por ese sello, le dice que usted es de una familia.

Cuando el hijo pródigo regresó a la casa de su Padre, no sólo le cambió ropa, sino que le dio un anillo con el sello de la familia, en aquel tiempo, todos usaban un sello de familia, tenían su escudo, Dios también lo tiene y lo ha puesto en tu corazón.

¿Sabe cuánta gente anhela, ambiciona, tener buenas marcas, y mostrarlas por todos lados? Usan con orgullo las marcas, unos llevan con tanto orgullo la remera del Real Madrid; otros, del Barcelona Pero, ¿cuándo le ha dado el Real Madrid algo a usted? ¿Alguna vez lo ha bendecido? Ni un ticket para ver el partido.

Sin embargo, lleva esa marca con orgullo; pero el Señor le pone esa marca a usted, Él pagó para que usted entrara al cielo, no lo puso en galería, sino en una casa con calles de oro, usted debería usar eso con más orgullo, la gente usa esas marcas con tal satisfacción, se la pone para que la gente le vea la marca, usted podría tener un Roll Royce, por ejemplo, pero ninguna de esas marcas está por encima del Señor Jesús, porque su Nombre está sobre todo nombre en la tierra y debajo de la tierra.

¿Usted ha visto dónde ponen las marcas en las camisas? No las ponen del lado derecho, sino del lado izquierdo, cerca del corazón, diga a la gente: Soy cristiano, tengo un Padre, tengo alguien que es mi dueño, estoy sellado, quiero que todos se vean las manos, todos tenemos huellas y somos capaces de dejar huella en esta vida, ¿dejas huella en tu caminar?

Una vez, un padre le dijo a su hijo: ¿Qué haces en un bar emborrachándote con tus amigos? Él le respondió: Sólo seguí tus huellas, ¿usted deja marcada a la gente? Porque sus huellas son únicas, nadie puede tener la huella que tiene usted.

La huella del pie que usted tiene, es lo único que el diablo puede ver de usted, porque dice la Biblia que El pone su pie sobre el diablo, también estaba meditando en esto, mucha gente ha sido marcada en su vida, esas marcas que han dejado la vida de pecado.

¿Tiene marcas en su vida y corazón por la vida que ha llevado antes?

Me ha tocado ministrar a muchos jóvenes por la separación de sus padres, porque han sido maltratados; por temor y vergüenza, porque en su casa sólo amenazaban con golpearlos.

Hay gente que ha crecido con huellas marcadas en su vida, que vienen de ese pecado, violencia o abuso, que han crecido viendo a sus padres drogados o en alcoholismo, esas huellas deforman su vida.

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Daniel Tomas
Mi nombre es Daniel Tomas y hace más de 35 años sirvo al Señor. He asumido el compromiso de serle fiel cada día de mi vida y de sembrar mi corazón y ministerio en Su presencia y así llevar mucho fruto. Junto con toda mi familia en enero del año 1994 vinimos a Bariloche a servir en la Iglesia Catedral Familiar, de la Unión de las Asambleas de Dios, ministerio el cual amamos y donde Dios nos trajo para así alcanzar Su sueño, que es ver a esta ciudad y pueblos aledaños rendidos a los pies de Jesús.

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