La cuenta millonaria reservada por Dios a sus hijos

Predicas Cristianas

Prédica de Hoy: Sanidad – La cuenta millonaria reservada por Dios a sus hijos

Predicas Cristianas Lectura Bíblica: “…Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados...” Isaías 53:4-5

Introducción:

Tengo una amiga que me comentaba que una amiga de ella de muchos años, la invitó a su casa y le confió un secreto, mostrándole mucho dinero guardado en la pared de su casa, y le preguntó que dónde tenía sus ahorros, y ella contestó simplemente: soy millonaria pero sin cuenta de ahorro, todo Dios me lo ha sumado en la salud.

A pesar que ella no está en los caminos de Dios, reconoce que de Él, proviene esta bendición. Esto me causo una revolución en mi mente y dije es cierto; a veces muchos Cristianos que conocemos a Dios, no nos acordamos que la salud es mejor que una cuenta de ahorro en el banco.

Las enfermedades llegan a nuestras vidas de repente, nos toma por sorpresa, no hablo de una gripe, sino de aquellas que nos doblegan donde pensamos que vamos a morir.

Muchos en estas situaciones buscan a Dios, una vez sanos se retiran, en cambio otros que estamos en Él, no damos gracias por la salud que nos da Dios cada día, porque estamos sanos y podemos buscar el pan de cada día, otros tristemente están en cama, no pueden levantarse, sus familiares se angustian lo llevan al médico, buscan una segunda opinión en fin se nos pasa por alto que nosotros los hijos de Dios, ya fuimos curados por el sacrificio divino de nuestro Señor Jesucristo, en la cruz del calvario ¡¡Gloria a Dios!

La sanidad – Cuerpo:

El ser humano tratando de sanarse se desespera, sin detenerse a meditar sobre quien nos creó y que tenemos al médico por excelencia ¡Jesucristo!, esto sin rechazar la labor de los médicos porque Dios no la recrimina.

Me acordaba de un empresario millonario que conocía; no personalmente, de repente le diagnosticaron cáncer, su familia corrió al extranjero buscando los mejores médicos, en un tratamiento pagaron como $60,000.00 dólares.

Esto es muchísimo dinero, un pobre no tiene más que el sustento que Dios le provee, busca remedios botánicos por ser más barato, bueno pero el empresario a pesar de todo tristemente falleció. La salud no se compra con dinero, es que la vida es así el hombre no tiene la última, o sea no tiene la solución en sus manos, sino Dios.

Dios nos revela en su palabra el caso de la mujer que tenía doce años de padecer un flujo de sangre y que había gastado todo su dinero tratando la enfermedad con distintos médicos, y no la habían sanado, pero lo maravilloso es que en un instante fue salva y sana gratuitamente, tan solo acercarse a Jesús, con fe, en silencio y tocando el borde de su manto. (Lucas 8:43-48).

Los hijos de Dios somos sanos si es su voluntad, su misericordia alcanza a los nuestros, siempre considero necesario dar la Honra y Gloria a Dios, por las bendiciones de Dios en mi vida, y compartirlas a otros, aunque hay cristianos incrédulos, cuando uno comparte que Dios sanó de cáncer terminal.

En este caso les comparto la situación de mi madre, tengo pruebas médicas que observaron un tumor maligno en su vientre, su tamaño, ubicación y el avance destructivo del mismo.

Mi madre aunque aún no es cristiana pero ama a Dios, y lo honra bajo la religión católica, espero que muy pronto reciba al señor Jesucristo como su salvador, ella me ha dado ejemplo de honrar los días de servicios cristianos asistiendo puntualmente, y también con sus palabras, su forma de vivir.

Bueno pero lo que quiero compartir es que la misericordia de Dios la alcanzó, y en unos días, mi madre fue sana de cáncer terminal hace siete años. No les digo que no me entristecí pero me paré a rogarle a Dios, a pedirle que a como sanó a la mujer del flujo de sangre así sanara a mi madre, pues ella es flaquita y no aguantaría el tratamiento, esto me dolía en lo profundo de mi corazón.

Rogar a Dios por la sanidad

Cuando rogamos a Dios por la sanidad de alguien no necesitamos hacer un gran espectáculo. No necesitamos pagarle a nadie, nos lo enseña este relato bíblico de la mujer sanada de flujo de sangre.

Continuando con la sanidad de mi madre, pedía oración a los hermanos de la congregación pero nunca llegaron a la casa, confiaba que si ellos enviaban la palabra de sanidad en el nombre de Jesucristo, ella tiene poder, la oración del justo puede mucho dice su palabra (Santiago 5:16).

Todas las noches llevaba a la habitación de mi madre a mi niña que aún estaba pequeña, y mi sobrinita menor que vivía a mi lado, encargándoles un día a cada una para que oraran a Dios, para que su abuelita fuera sana.

Esto le ha servido a ellas para que conozcan al Dios vivo a quien servimos que escucha a sus hijos su dolor y los atiende conforme su voluntad, que aunque no tengamos dinero porque eso me dijo la doctora, que la cura era costosa y que me iba a transferir al hospital público encargado de tratar el cáncer en mujeres, y en este mismo lugar cuando le iban a medicar el programa para la quimioterapia, el médico la revisó y dijo, esta mujer no tiene nada, ¿Cómo?, NADA, ¡GLORIA A DIOS! Hermanos no estamos solos, el médico dijo solo tiene quemaduras y recetó una pomada para revestir las paredes del útero.

Hasta hoy toda la familia recuerda esta sanidad que muchos no creen que Dios es un Dios, vivo, y de misericordia.

Conclusión:

Para que la palabra de Dios y sus promesas se cumplan en nuestras vidas, necesitamos fortalecer nuestra fe, a través de escudriñar cada día su palabra, orar a Él, confesar nuestras faltas para que cada día que nos presentemos escuche nuestra oración, así mismo escuchando y reflexionando en predicas cristianas, estudios bíblicos, mensajes cristianos.

Recordemos sin fe no podemos agradar a Dios (Hebreos 11:6), él nos muestra en su palabra muchos casos de salvación y sanidad; también de otros que no, inclusos grandes hombres de Dios, que permitió hasta la muerte, por eso la sanidad es obra de Dios, no de nosotros.

La fe verdadera no anula las situaciones adversas, sino que la fortalece; él nos curó desde antes que naciésemos, sabía que enfermaríamos, esto es FE, llevó él nuestras enfermedades, por su llaga fuimos nosotros curados.

Dios nos regaló la salud, Jesucristo pagó por todos nuestros pecados, nuestras enfermedades, dolencias. En Jesucristo estamos completos, tenemos salvación, sanidad y vida eterna.

Comencemos a sumar cuanto ahorramos en la sanidad nuestra, o de un ser querido, ¡CUAN MILLONARIOS SOMOS!
Que Dios les bendiga, Amén.

© Socorro Rodríguez. Todos los derechos reservados.

PredicasBiblicas.com … Predicaciones Cristianas Escritas

author avatar
Socorro Rodríguez

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio