Vas a recuperar todo lo que has perdido

Predicas Cristianas… Predicaciones Cristianas

Texto: Juan 9:1-12

Introducción:

¿Cuántos perdieron trabajo, dinero, personas, oportunidad, circunstancias, perdieron bendiciones, salud? Levante la mano y diga: En este día seré entrenado para recuperar todo lo perdido, y lo declaro anticipadamente.

Acá está un muchacho ciego, y va pasando por ahí Jesús con los discípulos, que le dicen, Señor ¿quién pecó, éste o sus padres? Jesús les dice: no pecó ni él ni sus padres, sino para que la gloria de Dios se manifieste, yo voy a hacer algo grande y entonces dice que escupió en la tierra, Jesús hizo barro, le untó los ojos, lo mandó a lavarse, cuando el ciego fue y se lavó, recuperó la vista.

Lo primero que te quiero decir, es que antes de recuperar todo lo perdido, Dios te va a librar de cierto tipo de personas, Dios te va a soltar de la gente equivocada, religiosos, farisaicos, los que no pueden creer que Dios te pueda bendecir, los que todo lo critican y cuestionan, es decir serás libre del enemigo y de la gente que no te permite crecer y desarrollarte en el reino, por eso muchas veces has perdido cosas a lo largo de tu vida, pero yo estoy aquí en esta noche para decirte que lo recuperaras todo.

1. Dios ya preparo el escenario de tu provisión

Los que recuperan lo perdido, saben que Dios tiene todo preparado para ellos de antemano, vea usted, ¿Cuánto tiene Dios? todo, ¿En qué día Dios creó a Adán? en el día número seis, ¿por qué lo creó en el sexto día y no lo creó en el día dos? porque en esos cinco días anteriores Dios creó todo, para en el sexto, y de esa forma regalárselo al hombre.

Vea usted una cosa, cuando Dios te habla ya trabajó cinco días antes preparando todo lo que El te va a regalar, cuando Dios te da un palabra que toca tu corazón, no es que Dios la soltó en ese momento, ya hace cinco días anticipadamente que El está preparando toda la creación para regalártela.

Quiero decirte que hoy Dios nos habla, pero hace cinco días que estuvo trabajando, para que recuperemos todo lo perdido, ya todo está preparado, Dios lo llama a Abram y le dice: Haré de ti una nación, y Abram le dice: Dame un hijo, ¿Cómo vas a fundar una nación con un pibe? y encima no se quería casar, cuarenta años y no se quería casar, se iba a quedar para forrar Biblias, no se quería casar con nadie.

Pero Dios le dice, no Abram lo que tengo para ti, es más grande, tú te crees que Dios te salvó para darte el coche nada más, tú te crees que Dios te salvó para recuperar lo perdido nada más, crees que Dios te salvó para que tengas un aumento de sueldo, un viaje a Europa, tú crees que Dios te salvó para darte una casa linda nada más, Dios te salvó para que seas de bendición, para romperte la mente local y hacerte universal, para darte cosas grandes, para que camines y cumplas el propósito de Dios.

Porque si Jesús murió por nosotros, cómo no nos dará con El todas las cosas, así que prepárate, porque Dios ya tiene todas las bendiciones preparadas, celébralo, Jesús dijo: A los pobres siempre los tendréis con vosotros, pero a mí no, Jesús no dijo a los pobres siempre los tendréis, dijo a los pobres siempre los tendréis, pero a mí, o sea Jesús nunca fue pobre.

Y cuando les dijo: A los pobres los tendréis con ustedes, lo que les estaba diciendo es: Ustedes nunca van a ser pobres, los hijos de Dios cancelamos la maldición de la pobreza y de la miseria en el nombre del Señor, los cristianos hacemos a Jesús en el pesebre, se dio cuenta que Jesús nunca habló de ese maloliente pesebre, Jesús hablaba: Les voy a preparar mansiones celestiales, Jesús hablaba de riqueza, de abundancia, de prosperidad.

Nosotros hablamos del pesebre, pobrecito en el pesebre, la vaquita y hacemos la representación, estaba el bebito, y Jesús dijo: Dejen de hablar de eso y hablen de lo que yo les voy a preparar, yo les voy a preparar cosas grandes, en una oportunidad estaba David, y tenía que pelear contra los gigantes y le agarra miedo y David con el ejército se ponen debajo de unos árboles, los árboles se llamaban balsameras que en hebreo quiere decir árboles llorones.

Y David estaba llorando, yo no nací para pelear vamos a refugiarnos debajo de los árboles llorones, y se le aparece el Señor y le dice, David mira a los árboles, vas a escuchar la marcha y cuando escuches el ruido de marcha, vas a salir a pelear, pregunta ¿los árboles hacen ruido de marchas? si era un árbol llorón, que sabe llorar, ahora, Dios le dijo vas a escuchar el ruido de marcha.

 ¿Sabes qué eran los ruidos de marcha? los ángeles marchando arriba de tu árbol llorón, ojalá hoy Dios te destape el oído, ¿porque antes de que el ciego pueda ver, Dios le destapó el oído en Fe? porque si tu sabes escuchar una palabra de Fe vas a tener la visión y el sueño que Dios te prometió.

Tu Dios te va a hacer escuchar la marcha del ejército de Él, que está preparado para acompañarte a tu próxima batalla, yo no sé si todo el ambiente es negativo y están todos llorando, pero arriba de ese llanto Dios marchará en victoria, porque El ha preparado cosas grandes para su pueblo. ¿Cuántos lo creen? Vamos celébrenlo en esta noche, grite, salte, de un grito de júbilo.

2. Tienes que saber manejar la semilla

El que maneja la semilla gobierna, antes de que Dios le dé el gobierno de toda la tierra a Adán y a Eva les dijo: Les doy toda planta y semilla, porque si yo sé manejar la semilla yo sé manejar lo que como, y lo que comen los demás, si yo sé manejar la semilla, yo gobierno lo que siembro, y el que gobierna lo que siembra, gobierna la cosecha, hay dos semillas que tú tienes que aprender a manejar:

La primera: Las palabras, el hablar es una semilla y el que sabe manejar su lengua maneja el universo, porque Santiago dice que la lengua es un infierno, es un mundo de maldad, la lengua es tan chiquita pero enciende fuego y si enciende fuego también puede encender bendición, el que maneja su lengua, el que sabe hablar, el que piensa antes de hablar, el que busca palabra de sabiduría, esa persona gobierna siempre.

Por eso cuando agarraron al ciego ya veía, y le dijeron, nosotros sabemos quién es ese Jesús, es un pecador, y el ciego le dijo: Yo sé que me dijo que me lave, pero nosotros sabemos que no viene de Dios, pero yo sé, el hombre empezó a hablar, recuperó autoridad empezó a aprender a usar su lengua, yo no voy a dejar que me basureen y me roben la bendición, ustedes saben lo que saben, y yo sé lo que sé, porque yo lo único que sé, es que no veía y ahora veo y con eso a mí me alcanza, eso es manejar la palabra.

La segunda semilla que tienes que manejar es él Dinero, el que maneja el dinero maneja todo, tú tienes que saber manejar dinero, ahora, la semilla es para sembrar, o sea, si tu sabes sembrar palabras, y si siembras dinero, tu eres libre, ¿saben por qué?, porque el gran problema de la gente es que ama el dinero y el amor al dinero, no el dinero, el amor al dinero, es la raíz de todos los males.

Hay personas a las que tú les cuentas algo y hacen números, lo único que les importa es la plata, nosotros no amamos al dinero, amamos a Dios, el dinero es nuestro sirviente, queremos prosperar, no te quepa la menor duda, pero no amamos al dinero, amamos a Dios, entonces cuando tu tienes eso en claro, el dinero te sigue, mientras que los que aman el dinero lo pierden.

Porque cuando tu amas al dinero, tu dinero te dice qué hacer y qué no hacer, pero nosotros no dejamos que el dinero nos diga qué hacer y qué no hacer, nosotros le decimos a la prosperidad qué hacer y qué no hacer, fíjense, en Egipto adoraban a las vacas, los hebreos sacrificaban a las vacas para Dios, ¿qué quiere decir eso? el sistema ama al dinero, nosotros lo entregamos, lo sacrificamos, lo que el sistema ama nosotros lo entregamos, por eso somos libre del dinero, diga: El que sabe manejar las semillas gobierna.

Recuperaré lo perdido de manera sobrenatural ¿Por qué no le dijo Jesús recibe la vista? En lugar del escupitajo, el ciego dice: Y ese ruido, y Jesús le dice: Anda a lavarte, si no veo, ¡anda y lávate! no se la hizo fácil el Señor, todo sucio con el escupitajo chorreando, la gente lo miraba y decía ese es el hijo de Dios, y cuando se lavó, al primero que vio fue a él mismo.

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Daniel Tomas
Mi nombre es Daniel Tomas y hace más de 35 años sirvo al Señor. He asumido el compromiso de serle fiel cada día de mi vida y de sembrar mi corazón y ministerio en Su presencia y así llevar mucho fruto. Junto con toda mi familia en enero del año 1994 vinimos a Bariloche a servir en la Iglesia Catedral Familiar, de la Unión de las Asambleas de Dios, ministerio el cual amamos y donde Dios nos trajo para así alcanzar Su sueño, que es ver a esta ciudad y pueblos aledaños rendidos a los pies de Jesús.

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