La unidad

Predicas Cristianas

LA UNIDAD ELEMENTO INDISPENSABLE PARA DESARROLLAR UN DON MINISTERIAL

La Unidad. Efesios 4:2-6.

Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados, con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor, solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz; un cuerpo, y un Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestra vocación; un Señor, una fe, un bautismo, un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos Jamás la Iglesia como cuerpo podrá vivir en unidad hasta que los líderes que son la cabeza entiendan lo que es la unidad, vivan en unidad y formen en la iglesia el carácter de unidad.

El trabajo y nuestra tarea como ministros es: “perfeccionar a los santos”, es llevarlos a un estado de madurez, pero para que esto se dé, tiene que estar implícita la unidad en el cuerpo Ministerial.

Pablo en Efesios 4:11, nos compara con las coyunturas del cuerpo, que tienen tres funciones específicas en el cuerpo que son: “Movimiento- Sostén – Unidad”

  • Movimiento: Tiene que ver con la vida de actividad. Con las funciones y el ejercicio de un pueblo para el establecimiento del Reino.
  • Sostén: Con la solidez del cuerpo, producto de la formación.
  • Unidad: Con la koinonia, el acuerdo, la intimidad, la sociedad

Nota: Todo esto se logra cuando en el liderazgo se da y se mantiene la unidad.

El término unidad viene del verbo Henotes, derivado de Hen que es neutro de Heis. Henotes, Hen, Heis, tienen las mismas características y valores del término griego Koinonia, según Juan 10:30; 11:52; 17:1.2. Hechos 2:42. Romanos 12:4-5. Gálatas 2:9.

Koinonia que el equivalente en nuestro idioma es comunión, indica: Tener las cosas en común, un mutuo acuerdo, un compañerismo, una sociedad, una intimidad, una distribución.

La unidad es tan importante que Jesús dedicó una oración a favor de ella en Juan 17. El objetivo de la oración es:

Para que ellos sean uno como tú y yo somos uno” Observe que el centro de la oración es la unidad, vivir en unidad, es vivir en el carácter de Dios, el de Cristo y del Espíritu Santo, porque ellos son uno.

Debemos tomar en cuenta ciertos factores que son determinantes para la unidad.

a) Lo primero que un Ministro debe aprender y desarrollar en su carácter es, el delegar. El delegar es un factor de suma importancia para desarrollar una misión para alcanzar la visión, de esto se trato la observación que le hiciera Jetro a Moisés.

Aconteció que al día siguiente se sentó Moisés a juzgar al pueblo; y el pueblo estuvo delante de Moisés desde la mañana hasta la tarde. Viendo el suegro de Moisés todo lo que él hacía con el pueblo, dijo: ¿Qué es esto que haces tú con el pueblo? ¿Por qué te sientas tú solo, y todo el pueblo está delante de ti desde la mañana hasta la tarde? Y Moisés respondió a su suegro: Porque el pueblo viene a mí para consultar a Dios. Cuando tienen asuntos, vienen a mí; y yo juzgo entre el uno y el otro, y declaro las ordenanzas de Dios y sus leyes. Entonces el suegro de Moisés le dijo: No está bien lo que haces. Desfallecerás del todo, tú, y también este pueblo que está contigo; porque el trabajo es demasiado pesado para ti; no podrás hacerlo tú solo. Oye ahora mi voz; yo te aconsejaré, y Dios estará contigo. Está tú por el pueblo delante de Dios, y somete tú los asuntos a Dios. Y enseña a ellos las ordenanzas y las leyes, y muéstrales el camino por donde deben andar, y lo que han de hacer. Además escoge tú de entre todo el pueblo varones de virtud, temerosos de Dios, varones de verdad, que aborrezcan la avaricia; y ponlos sobre el pueblo por jefes de millares, de centenas, de cincuenta y de diez. Ellos juzgarán al pueblo en todo tiempo; y todo asunto grave lo traerán a ti, y ellos juzgarán todo asunto pequeño. Así aliviarás la carga de sobre ti, y la llevarán ellos contigo. Si esto hicieres, y Dios te lo mandare, tú podrás sostenerte, y también todo este pueblo irá en paz a su lugar. Y oyó Moisés la voz de su suegro, e hizo todo lo que dijo. Escogió Moisés varones de virtud de entre todo Israel, y los puso por jefes sobre el pueblo, sobre mil, sobre ciento, sobre cincuenta, y sobre diez. Y juzgaban al pueblo en todo tiempo; el asunto difícil lo traían a Moisés, y ellos juzgaban todo asunto pequeño. Y despidió Moisés a su suegro, y éste se fue a su tierra. Éxodo 18:13:27.

Lo mismo hizo Jesús al delegar a sus discípulos a la gran comisión al enviarlos de dos en dos a la predicación del reino.

Característica y factor determinante en un Ministro para delegar funciones.

I) Estar seguro de lo que se es en Dios, y lo que se nos ha delegado de parte de Él.

El celo Ministerial es lo que nos conduce apropinarnos en lo absoluto de la visión que hemos recibidos de Dios, llevándonos a ser autosuficiente, independientes, solitarios; aislados de quienes nos rodean sin tomar en cuenta el potencial y los valores que hay en ellos, el celo nos lleva a desvalorizar a la gente.

El celo Ministerial nos conduce a competir, codear, difamar, injuriar, mal imponer, censurar; con el fin mantenernos en el estatus.

El celo Ministerial es lo que nos lleva a ser autocrático, dictadores, imponentes, humillantes, déspotas; cercenado la posibilidad del crecimiento y el desarrollo de quienes los rodean.

Un Ministro con estas características equivocadas nunca delegará funciones para desarrollar una misión para alcanzar la visión. En las Escrituras tenemos dos grandes ejemplos tanto en lo positivo como en lo negativo del caso, uno se trata de la vida de Moisés y el otro de Saúl.

El caso de Moisés.

Y salió Moisés y dijo al pueblo las palabras de Jehová; y reunió a los setenta varones de los ancianos del pueblo, y los hizo estar alrededor del tabernáculo. Entonces Jehová descendió en la nube, y le habló; y tomó del espíritu que estaba en él, y lo puso en los setenta varones ancianos; y cuando posó sobre ellos el espíritu, profetizaron, y no cesaron. Y habían quedado en el campamento dos varones, llamados el uno Eldad y el otro Medad, sobre los cuales también reposó el espíritu; estaban éstos entre los inscritos, pero no habían venido al tabernáculo; y profetizaron en el campamento. Y corrió un joven y dio aviso a Moisés, y dijo: Eldad y Medad profetizan en el campamento. Entonces respondió Josué hijo de Nun, ayudante de Moisés, uno de sus jóvenes, y dijo: Señor mío Moisés, impídelos. Y Moisés le respondió: ¿Tienes tú celos por mí? Ojalá todo el pueblo de Jehová fuese profeta, y que Jehová pusiera su espíritu sobre ellos. Y Moisés volvió al campamento, él y los ancianos de Israel. (Números 11:24.30).

El caso de Saúl.

Aconteció que cuando volvían ellos, cuando David volvió de matar al filisteo, salieron las mujeres de todas las ciudades de Israel cantando y danzando, para recibir al rey Saúl, con panderos, con cánticos de alegría y con instrumentos de música. Y cantaban las mujeres que danzaban, y decían: Saúl hirió a sus miles, y David a sus diez miles. Y se enojó Saúl en gran manera, y le desagradó este dicho, y dijo: A David dieron diez miles, y a mí miles; no le falta más que el reino. Y desde aquel día Saúl no miró con buenos ojos a David. (1ª Samuel 18:6.9).

II) El delegar y asumir la Visión.

En cuanto al delegar desde el punto de vista positivo, tenemos en nuestras congregaciones quien quiere delegar pero no hay quien quiera asumir. Como feligrés no me congregaría en una Iglesia en la cual su Ministro no tenga visión, como Ministro tampoco pastorearía una congregación que no asuma la visión. Porque es tan nocivo el no tener visión como el no asumirla.

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José N. Briceño Aldana
Director presidente del ministerio de la formación y la evangelización "Jesús Soberano Señor".

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