Reflexiones Cristianas
Base Bíblica: 1 Reyes 22:14
Vivimos en una sociedad que constantemente hace lo posible por trasgredir los mandamientos de Dios.
En unos pocos años, hemos visto como la posición que había tomado la sociedad, con respecto a temas polémicos como: las drogas, el aborto, el divorcio, o el homosexualismo; ha cambiado drásticamente cuando la comparamos con su posición inicial, que estaba acorde a lo que Dios dice que es correcto en su Palabra.
Anteriormente, la sociedad y la iglesia, coincidían mucho en su posición sobre estos temas. Era dado por entendido y aceptado que, gran parte de estas prácticas, eran perjudiciales para el bienestar del ser humano, de la familia, y de la sociedad.
Con el pasar del tiempo y diversos fenómenos como el boom del internet, la proliferación de los medios de comunicación, y la influencia de las redes sociales, la direcciones de la iglesia y la sociedad fueron separándose hasta llegar al punto en el que se encuentran actualmente.
Debido a esta considerable diferencia de criterios entre la iglesia y la sociedad, puede resultar intimidante y todo un desafío, el exponer de forma pública nuestra posición con respecto a estos temas porque puede llevarnos al escarnio, e incluso, algún tipo de discriminación.
Sin embargo, la Iglesia de Cristo, y los creyentes que la formamos, estamos llamados a tomar la posición que nos enseña la Biblia con respecto a estos temas, y otros menos polémicos, a pesar de las consecuencias que esto nos traiga.
Esta reflexión cristiana tiene por título “El ejemplo de Micaías” por lo que este profeta hizo cuando vivió una situación parecida a la que nosotros enfrentamos hoy en día.
A través de estudios biblicos y predicas cristianas aprendemos que la historia de Micaías se desarrolla en el inicio de un conflicto bélico entre los reyes de Israel y Judá en contra de Siria.
La biblia cuenta que Acab, rey de Israel, fue a buscar el apoyo de Josafat, rey de Judá, para recuperar Ramot de Galaad de las manos del rey de Siria. Josafat le pidió a Acab que consultase a Jehová. En ese momento, Acab reunió a cuatrocientos profetas que declaraban su victoria, pero Josafat no quedó del todo convencido.
Josafat le dijo a Acab lo siguiente: “¿Hay aún aquí algún profeta de Jehová, por el cual consultemos?” (1 Reyes 22:7), a lo que Acab le respondió que quedaba un profeta, pero que este siempre le profetizaba cosas malas. Este profeta era Micaías. Cuando fueron a llamar a Micaías, el mensajero le dijo que los otros profetas habían hablado solo cosas buenas al rey, y que él debería hacer lo mismo (1 Reyes 22:13).
Es en la respuesta de Micaías donde se encuentra la clave de esta reflexión cristiana. Micaías le responde de forma contundente: “Vive Jehová, que lo que Jehová me hablare, eso diré” (1 Reyes 22:14).
En un acto de profunda valentía, y fe, Micaías determinó llevar el mensaje de Dios antes que seguir la corriente. Hoy necesitamos más cristianos como Micaías que sean capaces de decidir llevar el mensaje de Dios a pesar de que toda la sociedad piense lo contrario.
Hoy en día, es común ver como se ridiculiza la fe cristiana; y como los testimonios, predicadores, e incluso, el arte cristiano, es objeto de burlas cruelmente despiadadas y despectivas. Se hace más que necesario, que la generación emergente pueda mantener una posición firme con respecto a estos temas polémicos mencionados anteriormente, aunque la sociedad haga un espectáculo de ello.
Micaías es un ejemplo, porque nos enseña que, aunque el entorno sea hostil, nuestra tarea es llevar el mensaje que cambia vidas, que es el mensaje de Dios. No importa cuanta persecución se levante en contra de la iglesia, la iglesia debe seguir predicando a Cristo.
Micaías es un ejemplo de que no hay que dejarse influenciar por las personas a nuestro alrededor. Querrán limitar, censurar, e incluso, ocultar nuestro mensaje; pero, entendamos que el que está con nosotros es mayor a cualquier oposición.
A través de estudios biblicos y predicas cristianas aprendemos que estamos llamados a ser luz en medio de las tinieblas, y la única forma de que podamos lograrlo es abriendo nuestra boca para expresar de forma clara y fuerte, el mensaje que Dios quiere dar.
Generalmente, es en épocas difíciles donde se hace más necesario seguir la dirección de Dios. Me parece resaltante que, el rey Josafat, siempre tuvo la intención de seguir la dirección de Dios; sin embargo, se asoció con alguien como Acab, conocido por ser uno de los reyes más malvados que tuvo Israel.
Siempre la dirección de Dios nos salvará de obstáculos, de peligros, y de situaciones adversas que sencillamente, no están en su plan para nuestras vidas. Es nuestra decisión, buscar esa dirección para saber con exactitud que es lo que Dios quiere que hagamos porque si hay algo que trae seguridad y paz a nuestra vida, es seguir el camino que Dios ha trazado para nosotros.
En nuestro caminar con Dios, lamentablemente nos encontraremos con personas como los profetas que buscó Acab, personas con temor de decir lo que Dios les envía a decir, personas que se dejan llevar por la presión del grupo, personas que son capaces de mentir por no parecer extraños. Hagamos la diferencia, y seamos conscientes de que a pesar de que haya resistencia, nuestro trabajo siempre es el de llevar el mensaje de Dios a cualquier lugar, a cualquier hora, a cualquier número de personas.
A través de estudios biblicos y predicas cristianas aprendemos que la biblia cuenta que Micaías fue llevado delante de los reyes, y fue encarcelado por llevar el mensaje de Dios. Sigamos el ejemplo de Micaías, el cual prefirió quedar bien con Dios antes que con los reyes.
No dejemos que la majestuosidad del castillo cambie nuestro mensaje. Hagamos la voluntad de Dios, aunque en el trayecto tengamos que vivir situaciones dolorosas. Vivamos como Micaías, el cual fue un ejemplo de cómo mantener la fe, y cumplir con su misión en un entorno hostil.
Redactado por: Roger Rosales para Predicas Biblicas.
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