Reflexiones Cristianas
Romanos 8:28 “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.”
Que bella promesa Dios nos da en este versículo, pero cuántos creyentes no han sabido tomarla así, sino más bien el desespero les invade cuando las tribulaciones están en sus vidas, y tomamos que todo lo que nos está pasando no es una bendición sino más bien es una carga o castigo, nos afligimos y llegamos hasta renegar de Dios por cada una de las pruebas que él permiten en nuestras vidas.
Pero si nuestra fe y amor en Dios son verdaderos, no debemos dudar de su palabra y sus promesas, así como nos dice en Efesios 4:15 “Sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es Cristo.” Cómo no llenarnos de gozo al leer esto, cuando nos pide seguir la verdad en amor y crecer en Cristo.
Muchos nos decimos a nosotros mismos que difícil es tener que seguir avanzando con cada prueba que se levanta; como nos dice 1 Juan 1:6 “En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengas que ser afligidos en diversas pruebas,” al ser creyentes la biblia no nos dice que todo será fácil pero sí nos habla de que tenemos que pasar pruebas, y que en medio de ellas hallar gozo.
En Juan 16:33 se nos dice “Estas cosas os he hablado para que en mi tengáis paz. En el mundo tendrán aflicción; pero confiad, yo he venido al mundo.”
Vaya una vez más nos ratifica que debemos confiar en él y no dudar de que las bendiciones vendrán y sus promesas se harán realidad, así como lo dice en su palabra todo absolutamente todo lo que nos pasa es para bien y tener paz en nuestros corazones.
Así que hermanos, recibamos toda tribulación en nuestras vidas con gozo, paciencia, fe y confianza, que todo esto no durará por largo tiempo, que Dios permite toda prueba que nosotros podamos resistir y que al mismo tiempo el provee la salida.
Pero teniendo en cuenta que debemos creer en cada promesa que Dios nos hace en su palabra para los que somos fieles y andamos en su camino como verdaderos hijos suyos, cumpliendo sus mandatos pero sobre todo dando a conocer al mundo su gran amor por nosotros que somos seres imperfectos y llenos de pecados.
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