Devocionales Cristianos – Predicas Cristianas
“…El que dice que está en la luz, y aborrece a su hermano, está todavía en tinieblas…”
(1 Juan 2:9)
Para Dios, hay una clara distinción entre la luz y las tinieblas. Recordemos que en el principio Dios creó los cielos y la tierra, y que la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo (Génesis 1:1-2).
Vemos que el siguiente acto bíblico, registra que Dios pronunció unas palabras que cambiarían el curso de la historia: “Hágase la luz”, y fue hecha la luz (Génesis 1:3). Desde el punto de vista de Dios, vio que la luz era buena, fue por ello que la separó de las tinieblas (Génesis 1:4)
Dios es Luz
Este es el mensaje que hemos oído de él, y os anunciamos: Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en él. Si decimos que tenemos comunión con él, y andamos en tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad. (1 Juan 1:5-6)
Analicemos lo siguiente: Dios “es” luz. Esto viene del verbo “ser”; es decir, la esencia de Dios es luz, es por ello, por lo que en Él no hay ninguna tiniebla.
Las tinieblas son lo opuesto de la luz. Tan solo piense en que usted entra a un cuarto muy oscuro y enciende una luz. Inmediatamente se disiparán las tinieblas, y mientras la luz esté encendida, las tinieblas no podrán prevalecerán contra la luz.
Amar a tu hermano
El que ama a su hermano, permanece en la luz, y en él no hay tropiezo (1 Juan 2:10)
Dios nos dice cómo permanecer en la luz. Algo que “permanece” significa que constantemente está en él. La manera de “permanecer” en luz (por lo tanto, en Dios) es amando con un corazón puro y sincero a nuestros hermanos, de lo contrario, estamos en las tinieblas.
De modo tal que, si aborreces a tu hermano, no estás en luz.
¿Cómo se aborrece a un hermano?
Hay muchas maneras de odiar a un hermano. Alguna de ellas pueden ser: hablar mal de él, o quizá ver que se encuentra en una necesidad y cerrar tu corazón para ayudarlo. También podría ser que tú, viendo que tu hermano está en un error en cuanto a las escrituras, decidas no exhortarlo porque es más cómodo para ti.
Por el contrario, amar a tu hermano trasciende del concepto actual de “amor”. Este concepto actual no conlleva sacrificio, porque parte de la propia comodidad, esto no es amor verdadero. El concepto de amor que nos trae 1 Corintios 13 nos da una idea clara de lo desinteresado, sufrido, no egoísta, benevolente, pacífico, paciente, generoso y desprendido que es el amor verdadero.
En esto hemos conocido el amor, en que él puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos (1 Juan 3:16).
Dios demanda de nosotros un amor puro que sea capaz de poner nuestras propias vidas por nuestros hermanos. Perseveremos hasta el fin (Mateo 24:13), en donde el galardón será estar en la presencia del mismo Jesús.
© Flor Karina Zambrano. Todos los derechos reservados.
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