Un buen soldado de Cristo Jesús

Devocionales Cristianos – Mensajes Cristianos

«…Soporta el sufrimiento junto conmigo como un buen soldado de Cristo Jesús. Ningún soldado se enreda en los asuntos de la vida civil, porque de ser así, no podría agradar al oficial que lo reclutó…» (2 Timoteo 2:3-4)

Pablo le escribió a su hijo en la fe Timoteo, desde la cárcel, dos cartas que se han considerado hoy en día, como el compendio de las enseñanzas más excelsas en los ministerios de Dios, especialmente, en el ministerio de los pastores y en el ministerio de los evangelistas.

Timoteo fue un verdadero seguidor de Cristo, pero era joven y tenía una ardua tarea por delante. Las personas de las iglesias a las que él acudía, lo menospreciaban por su edad, no lo tomaban en serio y todas estas situaciones significaban un gran reto para Timoteo.

Hay una analogía muy interesante en el versículo que analizaremos hoy: Pablo asimila al ministro de Jesús con el oficio de un soldado. Un soldado es una persona que siempre está lista para la batalla y que está dispuesto a pasar por aflicciones y sufrimientos por la causa que le ha sido encomendada.

Un soldado es una persona que recibe órdenes de su superior y que está dispuesto a acatarlas con toda obediencia y sumisión. Por lo tanto, la analogía que emplea Pablo en este versículo, inicia con un punto de reflexión muy importante para todos aquellos que militan en las filas de Jesús.

Por otra parte, hay una reflexión clave:

Ningún soldado se enreda en los asuntos de la vida civil, porque de ser así, no podría agradar al oficial que lo reclutó.

Así como ocurre con el soldado, el ministro de Jesús no puede enredarse en los asuntos de la vida civil, porque de lo contrario, no agradaría al que lo reclutó, es decir, al mismo Jesús.

El ministerio al que está llamado Timoteo no estuvo en los asuntos civiles, sino que fue un llamado para militar en el reino de Dios. Un ministerio que no admite distracciones, sino que siempre tenga su mirada en Quien lo llamó desde el principio.

Pablo ya había revelado cómo se podía mantener como un soldado fiel al que lo había llamado:

«…puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios…» (Hebreos 12:1-2)

Los ojos de Pablo estaban fijos en Jesús, y cada uno de los sufrimientos que sintió en su cuerpo, los vivió gozoso porque sabía que iba por el camino correcto.

Actualmente, muchas personas creen que seguir a Jesús significará un camino de rosas, que será fácil y tranquilo, cuando el evangelio verdadero nos enseña todo lo contrario:

Seguir a Jesús como un discípulo, implica sufrimiento, despojarse del amor al mundo, del pecado que nos asedia, de la mundanalidad, de todos los enredos de la vida cotidiana, y entregarnos completamente al ministerio al cual fuimos llamados.

Jesús te pide toda tu vida, pero valdrá la pena.

© Flor Karina Zambrano Franco. Todos los derechos reservados.

Predicas Biblicas.. Reflexiones Cristianas

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Flor Karina Zambrano Franco

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