Devocionales Cristianos… Reflexiones Cristianas
-Hasta aquí llegamos nosotros, pastor. El resto del camino lo tendrá que hacer usted solo- dijo uno de los hombres que acompañaron al pastor García hasta los límites de la ciudad, para entrar en la zona rural en Colombia.
-Está muy bien- respondió el pastor con marcado conformismo -Sé que el resto del camino, me corresponde andarlo solo-
-Pero recuerde pastor García- agregó el otro de los hombres -que el primero del siguiente mes, aquí estaremos como convenimos, para su regreso-
-El primero de Septiembre estaré aquí de vuelta- Finalizó el pastor.
Los dos hombres alzaron sus brazos en señal de despedida, mientras que el pastor se arrodillaba y poniendo su rostro sobre la tierra, oró por diez minutos, como quien sabe los peligros que enfrentará.
Después se pudo ver como la figura del pastor se hacía cada vez más pequeña, en la medida que se internaba en la zona rural de aquella región Colombiana, donde las bandas terroristas pululan por los caminos asaltando y asesinando.
Pienso que cada uno debe estar, no donde queremos, sino donde Dios ha querido. La elección del lugar no nos corresponde porque es preferencia del Señor.
Cuando tomamos el camino del evangelio, debemos empezar por el lugar que estamos, y de ahí, a donde Dios nos llame. Muchas veces el Señor quiere que estemos en nuestra propia iglesia y que en ella llevemos el evangelio, porque Dios, que todo lo sabe, tiene esta opción en sus planes y nosotros no somos quienes para cambiarlos.
Esta tarea en un país de tanta libertad y abundancia como los Estados Unidos, nos parece muy fácil de realizar; pero precisamente son estas cosas las que hacen, con más frecuencia, que nos apartemos de Dios. Por eso es que aquí tenemos mucho que hacer.
Otras veces el Señor nos llama a prestar servicio fuera de estas comodidades y libertades. Entonces comprendamos que no existe bendición más grande que hacer la voluntad de Dios y con gozo debemos responder: heme aquí, tomando la cruz para encaminarnos a cualquiera que sea el lugar: lejos, peligroso, o tal vez a pasar duras necesidades.
Pero si pensamos por un instante en el que todo lo dejó para venir a morir por todos nosotros los pecadores, no tendríamos por qué mirar atrás. No para sacrificio, porque el sacrificio ya lo hizo él, sino para servirle, que equivale a ser escogido por Dios.
Quiero con esto, ofrecer un homenaje a esos hombres y mujeres que al llamado de Dios, no han mirado para atrás y dejándolo todo, incluyendo la propia familia, se han lanzado en fraternal peregrinación, a tierras extrañas como las selvas africanas y del Brasil y otros lugares donde el evangelio ha sido necesario.
Especialmente para aquellos que, en Colombia, se tienen que enfrentar a las guerrillas terroristas y comunistas para llevar a las zonas intrincadas el alimento espiritual, arriesgando sus vidas y hasta siendo brutalmente asesinados en muchos de los casos, y cuya única recompensa es obedecer a Jesucristo cuando dijo:
Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo, y del Espíritu Santo. Mateo 28:19.
Al concluir mi conversación con uno de los dos hombres, le pregunté: -Bueno dime, ¿Y qué pasó el primero de septiembre?-
Unos segundos tardó en responder, entonces miré a su rostro y vi que dos ardientes lágrimas descendían surcando sus mejillas.
Por fin entre sollozos respondió: -Allí estuvimos mi compañero y yo como convenimos, han pasado ya tres años; pero del pastor García, no hemos vuelto a saber jamás-
© Antonio J. Fernandez. Todos los derechos reservados.
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