Nadie me dio una luz

Devocionales Cristianos… Mensajes Cristianos

El caminar en tinieblas nos condena a tropezar constantemente y actuar con repetidas torpezas. Muchas veces nos hemos visto en un local oscuro y tratando de adivinar la puerta de salida, nos golpeamos con objetos que no podemos advertir debido a la falta de visibilidad.

Y qué tranquilidad y acierto tenemos cuando en medio de esa oscuridad; una luz aparece, aunque ésta sea una pequeña llama de un fósforo acabado de encender.

Hace quince años un grupo de profesores de Educación Física y Deportes, decidieron ir a la Universidad de La Habana para especializarse en su carrera; pero para ser aceptados tenían que someterse primero a un examen de ingreso en el que le incluían Matemáticas.

Como ellos no se sentían fuerte en esta asignatura, me pidieron que yo les diera un entrenamiento en una cierta guía que les habían asignado con los objetivos y requisitos necesarios para poder pasar el examen.

Pues bien, comenzó el entrenamiento y en una semana todos estaban listos para tomar el examen excepto uno de apellido Pozo que no asistió a la preparación. Naturalmente, todos menos Pozo pasaron el examen de ingreso y se fueron a comenzar sus estudios.

Unos días más tarde, me encuentro con Pozo y le dije: -¡Oh Pozo!, que pena me da, ya sé que no pasaste el examen; ¿pero por qué no viniste al entrenamiento?- Entonces él me respondió: -Yo no supe de eso, nadie me dio una luz- Y continuaba moviendo la cabeza y diciendo: -Nadie, nadie me dio una luz.

Efectivamente, Pozo se había quedado sin la luz del entrenamiento y no le quedó otra alternativa que jugársela al poco conocimiento que poseía de Matemáticas y no pudo llegar al final. Si alguien, como dijo él, le hubiera dado una luz; con toda seguridad que pasaría el examen.

Mis queridos hermanos y amigos lectores, sin la luz andamos a tontas y locas. En muchos de los casos, adivinando y ya sabemos que los adivinos no son del agrado de Dios. Estamos llamados a ser luz; porque Jesucristo, el que nos justificó, es la luz.

El Salmo 43:3 dice:

Envía tu luz y tu verdad; éstas me guiarán;

Me conducirán a tu santo monte,

Y a tus moradas.

Cuando anduvimos en tinieblas, alguien vino y nos dio la luz. Hoy nuestra gran encomienda es; llevar esa luz, la que tantos necesitan, a todas las naciones.

© Antonio J. Fernandez. Todos los derechos reservados.

Predicas Biblicas… Mensajes Cristianos

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Antonio J. Fernández
Mi nombre es Antonio Fernández, soy profesor universitario de matemática, y hace más de 20 años que sirvo al Señor. Mi esposa y yo asumimos el compromiso de serle fiel cada día de nuestras vidas, y de predicar Su palabra para cumplir con la misión que Él nos entrego.

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