Las impactantes 7 palabras de Cristo | Bosquejos Bíblicos
Bosquejos Bíblicos Lectura Principal: Lucas 23:33a
Introducción
Las 7 palabras de Cristo no fueron palabras vacías. No fueron gritos de derrota. Fueron declaraciones sagradas, llenas de propósito. Allí, en lo alto del Calvario, mientras colgaba Cristo en la cruz entre el cielo y la tierra, se revelaba el amor más grande. La cruz de Cristo no solo fue un lugar de dolor; fue el altar donde se consumó la redención.
Cada frase fue un mensaje eterno. Una enseñanza viva. Un eco que sigue retumbando en el corazón del que cree. A través de estas palabras de Cristo en la cruz, vemos la compasión, el perdón, la justicia, la obediencia, y la victoria de nuestro Señor. Las 7 palabras de Cristo no solo nos muestran lo que Él sufrió… nos enseñan cómo debemos vivir.
Cada palabra pronunciada por Cristo en la cruz tiene una profundidad que solo el Espíritu Santo puede revelar. No fueron palabras de un hombre rendido, sino de un Salvador triunfante. Estas palabras de Cristo en la cruz marcan momentos claves que transforman el alma. Ahora reflexionaremos sobre las 7 palabras de Cristo una por una. Y en cada una veremos el poder eterno de la cruz de Cristo en acción.
I. “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen” (Lucas 23:34)
Desde la primera de las 7 palabras de Cristo, el mensaje es claro: el perdón es el fundamento del evangelio. Mientras el mundo lo rechazaba, Cristo en la cruz elevó una oración que sigue tocando corazones. En ese momento de sufrimiento, la cruz de Cristo no se convirtió en un altar de ira, sino en una fuente de misericordia. Estas palabras de Cristo en la cruz nos recuerdan que no hay redención sin perdón, y que el amor verdadero empieza con gracia ofrecida al culpable.
- a. Esta primera de las 7 palabras de Cristo revela que el perdón es la base del evangelio. Desde Su primer suspiro en la cruz, Jesús mostró que vino a reconciliarnos con el Padre, aun cuando no lo merecíamos. (Isaías 53:12)
- “La primera de las siete grandiosas palabras pronunciadas desde la cruz no tiene ni siquiera una escasa referencia indirecta a Sí mismo. Dice: ‘Padre, perdónalos.’ La petición es enteramente para otros…” Fuente: Charles Spurgeon, La Primera Palabra desde la Cruz, Sermón #897, pág. 3
- b. Cristo en la cruz oró por aquellos que lo torturaban. No pidió justicia inmediata, sino misericordia. Esta oración revela el carácter compasivo del Salvador, incluso en el momento más oscuro. (Mateo 5:44)
- c. En la cruz la justicia fue satisfecha, pero la gracia fue ofrecida. Él no anuló la justicia divina, la cumplió mientras extendía amor. (Romanos 3:24)
- d. Estas palabras de Cristo en la cruz nos invitan a perdonar como Él perdonó. No solo a perdonar lo pequeño, sino lo imposible. (Efesios 4:32)
El perdón es la puerta de entrada, pero la segunda palabra es la promesa que espera al que cree.
II. “De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso” (Lucas 23:43)
Después de hablar perdón sobre los culpables, Jesús habla esperanza a un pecador que clama. Esta segunda de las 7 palabras de Cristo no fue dirigida a un apóstol, ni a un hombre justo, sino a un criminal arrepentido. Allí, mientras Cristo en la cruz sufría el rechazo de muchos, un hombre colgado a su lado lo reconoció como Señor. Y con amor inmediato, le abrió la puerta del cielo. Estas palabras de Cristo en la cruz nos enseñan que la cruz no solamente borra culpa… también asegura vida eterna.
- a. La segunda de las 7 palabras de Cristo fue dirigida a un pecador arrepentido. El ladrón no pidió recompensa, pidió misericordia. (Lucas 15:7).
- b. Cristo en la cruz respondió con seguridad, no con incertidumbre. La salvación es una promesa segura para el que cree. (Juan 5:24).
- c. En la cruz de Cristo, no hay lugar para el mérito humano. Solo hay gracia para el humilde. (Efesios 2:8-9). obras.”
- d. Estas palabras nos enseñan que nunca es demasiado tarde para recibir salvación… mientras haya aliento, hay esperanza. (2 Corintios 6:2).
Jesús prometió el paraíso a un pecador, pero no descuidó a los suyos. La siguiente palabra revela Su ternura y sentido de responsabilidad, incluso en el dolor.
III. “Mujer, he ahí tu hijo… he ahí tu madre” (Juan 19:26–27)
Después de ofrecer perdón y vida eterna, Jesús vuelve su mirada hacia los que amaba. Esta tercera de las 7 palabras de Cristo nos revela Su sensibilidad humana y Su sentido de responsabilidad aún en medio del sufrimiento. Allí, Cristo mostró que Su amor no se detiene en lo espiritual, sino que también se expresa en el cuidado personal y familiar. En la cruz de Cristo, nace una nueva comunidad de fe, formada por la sangre y por la obediencia. Estas palabras de Cristo en la cruz nos enseñan que servir a Dios nunca es excusa para descuidar a los nuestros.
- a. Aun en agonía, Cristo pensó en el bienestar de Su madre. Mostró que el amor verdadero se preocupa por los detalles (1 Timoteo 5:8).
- b. Esta tercera de las 7 palabras de Cristo muestra que el ministerio no cancela la responsabilidad familiar (Juan 13:1).
- c. En la cruz de Cristo, nace una nueva familia espiritual: los redimidos unidos por la fe (Gálatas 3:28).
- d. Estas palabras de Cristo en la cruz nos llaman a cuidar los unos de los otros con compasión y compromiso (Éxodo 20:12).
Jesús cuidó de los suyos, pero también llevó el peso del abandono. La siguiente palabra nos lleva al grito más doloroso jamás escuchado en la historia.
IV. “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?” (Mateo 27:46)
De todas las 7 palabras de Cristo, esta es sin duda la más profunda y desconcertante. Aquí, el Señor expresa el abandono que experimentó al cargar con el pecado del mundo. Este grito no fue una queja, sino el reflejo del juicio divino cayendo sobre Él. En ese momento, Cristo llevó sobre sus hombros la condenación que nos correspondía a nosotros. La cruz de Cristo fue el punto exacto donde la justicia y la gracia se encontraron. Estas palabras de Cristo en la cruz no solo nos muestran cuánto sufrió Jesús… nos revelan cuánto valemos ante los ojos de Dios.
- a. Esta cuarta de las 7 palabras de Cristo revela el peso real del pecado. Jesús no fue abandonado sin razón: fue hecho pecado por nosotros (2 Corintios 5:21).
- b. Cristo fue separado para que nosotros fuéramos reconciliados con el Padre (Romanos 5:10).
- c. En la cruz el inocente sufrió el castigo del culpable. El justo por los injustos (1 Pedro 3:18).
- d. Estas palabras de Cristo en la cruz nos confrontan con el precio de nuestra redención (Juan 3:16).
El grito de abandono nos quebranta, pero la siguiente palabra revela obediencia y propósito. Jesús no fue víctima del sufrimiento… Él lo abrazó hasta el último detalle.
V. “Tengo sed” (Juan 19:28)
La quinta de las 7 palabras de Cristo es breve, pero poderosa. En medio de su sufrimiento, el Señor expresó una necesidad humana real: la sed. Pero esa sed no fue solo física. Fue también una sed de cumplimiento, de obediencia, de justicia. Cada palabra fue dicha para que se cumpliera la Escritura, para mostrar que ni un solo detalle de la cruz de Cristo fue accidental. Estas palabras del Señor revelan al Salvador que se entrega por completo, sin reservas, hasta el último aliento.
- a. Esta quinta de las 7 palabras de Cristo señala la humanidad real de Jesús, quien experimentó debilidad y dolor (Hebreos 4:15).
- b. Cristo cumplió las profecías hasta el más mínimo detalle, incluso aquellas relacionadas con su sed (Salmo 69:21).
- c. En la cruz la obediencia no fue parcial… fue total, hasta el último suspiro (Filipenses 2:8).
- d. Estas palabras de Cristo en la cruz nos retan a tener sed de la voluntad del Padre, incluso en medio del sufrimiento (Mateo 5:6).
Después de declarar su sed, Jesús pronuncia una palabra que no fue de derrota, sino de total victoria. La siguiente palabra cierra el cielo sobre el enemigo y abre la eternidad para el creyente.
VI. “Consumado es” (Juan 19:30)
Esta es la palabra que le da sentido a todas las demás. La sexta de las 7 palabras de Cristo no fue un susurro débil, sino un grito de victoria. Con esa declaración, Cristo en la cruz no estaba diciendo “todo ha terminado,” sino “todo está completo.” La deuda fue pagada, la obra fue cumplida, la redención fue sellada. El cielo declaró que nada más era necesario. Estas palabras de Cristo en la cruz nos aseguran que no hay salvación por esfuerzo humano, solo por la obra perfecta del Salvador.
- a. Esta sexta de las 7 palabras de Cristo anuncia que todo lo que el Padre le había encomendado, Jesús lo terminó por completo (Juan 17:4).
- b. Jesús no fue derrotado. Él triunfó sobre el pecado y sobre las potestades (Colosenses 2:15).
- c. En la cruz el precio por nuestra redención fue totalmente cubierto (1 Corintios 6:20).
- d. Estas palabras de Cristo en la cruz nos dan seguridad: no hay nada más que agregar para nuestra salvación (Hebreos 10:14).
Y así, con todo cumplido, lo único que faltaba era entregar su espíritu… no con desesperación, sino con plena confianza. La séptima palabra revela un corazón en paz con el Padre.
VII. “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu” (Lucas 23:46)
Llegamos a la última de las 7 palabras de Cristo. Después de cumplir toda justicia, después de vencer el pecado, después de declarar que todo estaba consumado, Jesús entregó Su espíritu al Padre. Lo hizo voluntariamente, con confianza absoluta. Esta declaración nos recuerda que la muerte no tenía dominio sobre Él. Cristo no fue vencido; Él eligió el momento exacto para partir. La cruz de Cristo no termina en desesperación, sino en comunión restaurada. Estas palabras de Cristo en la cruz nos enseñan a vivir y morir con plena certeza de que nuestras vidas están en las manos de Dios.
- a. Esta séptima de las 7 palabras de Cristo fue una entrega consciente y voluntaria, no una rendición forzada (Juan 10:18).
- b. El Señor murió con paz, sabiendo que Su espíritu estaba seguro en las manos del Padre (Isaías 26:3).
- c. En la cruz vemos que la muerte es vencida cuando la vida está completamente rendida a Dios (Hebreos 2:14–15).
- d. Estas palabras del Señor en la cruz nos invitan a confiar plenamente, incluso en el momento final (Salmo 31:5).
Conclusión
Las 7 palabras de Cristo no fueron simples frases de despedida. Cada una de ellas sigue siendo una invitación viva. A través de cada palabra, Cristo en la cruz nos habló de perdón, de salvación, de cuidado, de abandono, de obediencia, de victoria y de entrega. No solo nos mostró quién es Él… también nos mostró quiénes debemos ser nosotros.
La cruz de Cristo no es solo un símbolo del cristianismo. Es el lugar donde se definió nuestro destino eterno. Allí, colgado entre el cielo y la tierra, Jesús abrió un camino nuevo y vivo para todo aquel que cree. Pero ese camino exige una respuesta.
Estas palabras del Señor en la cruz siguen hablando hoy. Siguen llamando. Siguen desafiando. La pregunta es: ¿estamos escuchando? ¿O seguiremos viviendo como si nunca hubiéramos oído?
Hoy, el llamado es urgente. Cree en el mensaje de las 7 palabras de Cristo. Arrepiéntete. Entrégate. Ríndete a ese amor que no conoce límites. Y proclama con tu vida que la cruz no fue en vano.