Bosquejos Bíblicos
Bosquejos Bíblicos Prédica de Hoy: Caminar con Dios – ¿Con quién caminas tú?
Bosquejos Bíblicos Texto Bíblico: Génesis 5:24
Introducción
Cuando buscamos una definición de lo que es la vida, encontramos múltiples y diversas respuestas a la pregunta. Una de ellas es: “la vida es todo aquello que pasa mientras estamos ocupados haciendo planes”.
En la biblia nos encontramos con muchas alegorías y recursos literarios en forma de poesía que expresan los hechos de los hombres, uno de ellos es la palabra: “caminar”.
Ésta palabra no expresa en sí la acción de andar sobre los pies, sino que se refiere a lo que hacemos en el transcurso de nuestras vidas. Por lo tanto es sumamente importante conocer qué opina Dios acerca de nuestro andar.
Caminar con Dios
«Caminó, pues, Enoc con Dios, y desapareció, porque le llevó Dios» (Génesis 5:24)
Caminar con Dios significa simplemente vivir en presencia de Dios (Génesis 17:1). Una vida regulada por Su voluntad, inspirada por su Espíritu y dedicada a sus propósitos.
Tómese en cuenta que fue Enoc el que decidió caminar con Dios, no fue Dios el que caminó con él. Es decir; es el hombre que debe decidir si camina con Dios o no. Nuestro amado Dios siempre está presto para vivir en el hombre, pero en nosotros está la decisión.
Caminar con Dios Implica:
I. Una total rendición.
El nombre Enoc significa «dedicado», uno entregado a Dios, que renuncia hacer su voluntad para que sea Dios que tome el control y así gobierne su vida para quedar amoldado a su mente y voluntad.
II. Una comunión ininterrumpida.
«¿Andarán dos juntos, si antes no se han puesto de acuerdo?» (Amós 3:3) claramente la comunión con el Señor es la clave fundamental para caminar con Él a diario. La buena compañía del Señor hace corto el viaje de nuestra vida.
III. Un progreso continuo.
Caminar con Dios significa un creciente conocimiento de Él. La luz en este camino resplandece más y más. No hay detención con Él.
Somos transformados cada día para mejor porque con Dios todo es ganancia, por qué el que comenzó la buena obra en nosotros la terminará. (Filipenses 1:6). Porque la senda del justo es como la luz de la aurora que de aumento en aumento hasta que el día es perfecto. (Proverbios 4:18)
Completa separación. Caminar con Dios es estar separados completamente por Él y para Él. No podrías imaginarte a Enoc tomando parte en los pecaminosos placeres del mundo. Cristo dijo: «Sed santos» (Lucas 20:7), porque Yo soy santo». Dios es luz, y los que aman la luz no caminan en tinieblas. Amén.
IV. Perseverancia inquebrantable.
Caminó con Dios durante 300 años. No una vez a la semana, ni tampoco unos minutos por la mañana o por la tarde, sino de continuo, y en medio de todos los cuidados y pruebas de una vida normal de familia. “Pero el que persevere hasta el fin, será salvo” (Mateo 24:13)
V. Confianza sin temor (Salmos 23).
Cuando podemos decir «Tú estás conmigo», ¿por qué hemos de temer? Mayor es el que está con nosotros que todo el que pueda estar en contra de nosotros.
Gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria sobre el pecado, sobre el mundo, sobre la muerte, y sobre el diablo (1 Corintios 15:57). También dice la palabra de Dios que: el perfecto amor echa fuera el temor. (1 Juan 4:18)
VI. Intensa satisfacción.
«Tuvo testimonio de haber agradado a Dios» (Hebreos 11:5). ¡Qué consolación! Al actuar así es indudable que desagradaría a muchos. Pero no hay mayor alegría y satisfacción que agradar el corazón de nuestro padre celestial. Por cuanto no sois del mundo, por esto el mundo os aborrece (Juan 15:18).
VII. Futura bienaventuranza.
«Le llevó Dios.» Éste es el epitafio escrito acerca de un hombre que fue arrebatado a el Cielo antes de morir. Prosiguió caminando con Dios «en vestiduras blancas» (Apocalipsis 3:40). Una figura de la transformación de la Iglesia en la Segunda Venida del Señor (Judas 14:15).
VIII. Una fe grande.
«Por la fe, Enoc fue trasladado» (Hebreos 11:5). Él evidentemente creía que Dios se lo llevaría sin gustar la muerte, y así lo hizo Él. Por la fe en Cristo, Dios sigue tomando a personas a su compañía, capacitándolas para que le agraden, y transformándolas a su semejanza. «Que andéis como es digno del Señor» (Colosenses 1:10). Ud. y yo debemos actuar en fé diariamente sabiendo que veremos el rostro de Dios en nuestras vidas y la de nuestra familia. Amén
Conclusión
El caminar con el Señor no es algo que se hace cumpliendo un horario, ¡No! Es una forma de vida entregada al 100% a Él. Porque Dios no quiere un porcentaje de tu vida, Dios quiere el 100% de nuestras vidas, si Él dio su vida por nosotros, cuánto más nosotros daremos nuestras vidas para servirle a Él. Caminemos con Él como hijos de luz, y pronto veremos su gloria manifestada en nuestra vida.
Amén.
© José R. Hernández. Todos los derechos reservados.
