Bosquejos Biblicos
Predica de Hoy: Cultivando la humildad
Bosquejos Bíblicos Lectura Bíblica: “Que la belleza de ustedes no sea la externa, que consiste en adornos tales como peinados ostentosos, joyas de oro y vestidos lujosos. Que su belleza sea más bien la incorruptible, la que procede de lo íntimo del corazón y consiste en un espíritu suave y apacible. Esta sí que tiene mucho valor delante de Dios.” 1 Pedro 3:3-4
Introducción
Desde el momento de su caída, allá en Edén, dentro de las muchas cosas que perdió el hombre estaba su identidad.
¿Qué es la identidad?
Conjunto de rasgos propios de un individuo que lo definen según su lugar de origen. De manera que el día que nos desconectamos de Dios, extraviamos todos los elementos que como ciudadanos del reino nos definían.
Y es por esto, que vemos a la humanidad en una lucha sin cesar para poder encontrar la razón de su existencia y llenar los huecos tratando de ser lo que ya somos. Es que el único capaz de definir los rasgos característicos del hombre, es su creador (Dios).
Entre el conjunto de características que Dios nos transfirió los cuales son propios de su naturaleza, está la humildad. Esta debe ser vista no acorde al concepto que el mundo ha dado de la misma, sino lo que ella significa según su propietario.
¿Qué es la humildad?
Es lo que resulta de tener un buen entendimiento sobre quién es Dios y quiénes somos nosotros. Así que la humildad es un atributo de la naturaleza de Dios que dicta su accionar. Y está fue impartida una vez más a sus hijos por medio a Jesucristo.
La humildad es una virtud que nace de un espíritu entendido de su identidad.
- ¿Quién soy?
- ¿De dónde vengo?
- ¿Para qué he venido?
- ¿Dónde regresaré?
Cuándo somos entes cuya personalidad es construida sobre el patrón perfecto (Cristo) podremos poseerlo todo, sin necesidad de ser poseídos por nada.
La humildad te pone siempre en una posición aventajada. A través de la misma se abre una gama de oportunidades maravillosas, porque representas a esas personas cuya condición de vida inspira el querer involucrarlo en todo lo bueno.
¿Qué no es humildad?
Esconderse detrás de las sombras para no maltratar carencias. Esto no es un llamado a la vanidad o arrogancia, pero resulta increíble la cantidad de cosas de las cuales muchas personas tienen que cohibirse, porque hacerlo pública es tomado como un acto de vanagloria, ser presumido, etcétera.
En infinitas ocasiones personas critican a otras por lo que exhiben, muestran o publican, sin embargo, lo que molesta no es lo que muestras, sino los vacíos y carencias que el criticador padece.
La humildad no es ser modesto, ni tampoco apocado.
Ser pasivo, cruelmente tolerante, soportar abusos y aguantar el menosprecio tampoco pertenecen al perfil de alguien humilde.
La humildad no responde a una apariencia externa, sino a una actitud del corazón. Se puede aparentar ser humilde y a la vez tener un corazón lleno de orgullo y soberbia.
Escases financiera y de recursos no es sinónimo de humildad. Aunque los tiempos de escases, cuando son asumidos en el proceso de Dios, forman el carácter humilde.
“Su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.” Mateo 25:23.
Cultivar la humildad
Podemos cultivar la humildad realizando un sencillo ejercicio mental y recordar nuestra condición anterior y como Dios en su misericordia cambió nuestro destino. Cosas que no nos permiten cultivar una sana humildad:
Definirnos por posesiones, títulos, apellidos y logros.
“Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, 6 el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse.” Filipenses 2:5-6
Actuar bajo impulsos egoístas o vanidosos:
Filipenses 2:3 “Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo;“
Debemos analizar nuestra motivación, ¿por qué hacemos las cosas?
“Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; Pruébame y conoce mis pensamientos; 24 Y ve si hay en mí camino de perversidad,” Salmos 139:23-24
El desinterés por el bienestar de los demás
Cada uno debe velar no solo por sus propios intereses, sino también por los intereses de los demás (Filipenses 2:4).
La humildad nos da una visión más amplia que incluye el bienestar de las personas que nos rodean. Este punto nos hace tener cuidado con el menosprecio.
Mateo 20:26 “Mas entre vosotros no será así, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor.“
La virtud de la humildad nos permite ver a todo el mundo por igual, con respecto al valor de la persona. Esto nos mantiene inmune de los virus del:
- El favoritismo.
- Tumba polvismo.
Porque a pesar del reconocimiento que alguien pueda tener, delante de los ojos de Dios todos somos iguales.
Características de las personas humildes:
Mentalidad Empática:
Esta es la capacidad divina que nos permite desde el amor de Dios poder comprender y ayudar a los demás partiendo del contexto que lo rodea.
El empático analiza, pero no juzga. Esto porque hay personas que la cura que proporcionan sale peor que la enfermedad. El humilde utiliza la empatía para saber escuchar de forma espiritualmente inteligente.
Asume la responsabilidad de sus actos:
El humilde cuando comete un error no sale a buscar culpables ni en él, ni en los demás. Si no que se centra en averiguar ¿qué es lo que ha pasado?
“Ten compasión de mí, oh Dios, conforme a tu gran amor; conforme a tu inmensa bondad, borra mis transgresiones. Lávame de toda mi maldad y límpiame de mi pecado.” Salmo 51:1-2
El humilde acepta cuando ha fallado y no responsabiliza a nadie por ello. Tampoco se esconde tras excusas justificables. Sabe dejarse guiar.
Cuándo alguien es humilde sabrá dejarse asesorar:
- Hará preguntas.
- Pedirá ayuda.
- Se dejará ayudar.
- Ve en cualquier persona una oportunidad de crecimiento.
Miran los eventos desde una postura de desarrollo:
El ser humilde nos permite ver las circunstancias de la vida a través de una mentalidad racional. Ante lo que vivimos en vez de preguntarnos ¿por qué? Es decir ¿para qué?
El humilde se auto conoce:
No es sólo el conocimiento existencial, sino que puede identificar cada ladrillo que forma su carácter, inclusive aquellos que están quebrados. Es que somos muy diestro en analizar las vidas de otros, pero las nuestras…
La mayoría nos enfocamos, resaltamos y hablamos de nuestras fortalezas o virtudes, pero muy pocos se enfocan en reconocer y trabajar aquellas áreas vulnerables del carácter.
© Francisco Carbonell M. Todos los derechos reservados.