Introducción
- El diablo, también conocido como Satanás, es un ser espiritual malvado que se opone a Dios y busca tentar y destruir a la humanidad (Apocalipsis 12:9).
- Las artimañas del diablo son las estrategias y engaños que utiliza para lograr sus objetivos.
- Es importante conocer las artimañas del diablo para poder estar preparados y resistir sus tentaciones.
Cuerpo
1. Las tentaciones (1 Juan 2:16):
- El diablo tienta a las personas a través de sus deseos y debilidades.
- Puede ofrecer placeres temporales, riquezas o poder a cambio del alma de la persona.
- Algunas de las tentaciones más comunes incluyen:
- Lujuria: El deseo sexual desenfrenado.
- Gula: El exceso de comida y bebida.
- Avaricia: El amor desmedido por las riquezas.
- Ira: La furia y el enojo incontrolable.
- Envidia: El deseo de lo que tienen los demás.
- Pereza: La falta de motivación y energía.
2. El engaño:
- El diablo es un maestro del engaño (Juan 8:44).
- Puede usar mentiras, medias verdades y distorsiones de la verdad para confundir y engañar a las personas.
- También puede hacerse pasar por un ángel de luz para tentar a las personas a pecar (2 Corintios 11:14).
3. La acusación:
- El diablo acusa constantemente a las personas ante Dios (Apocalipsis 12:10).
- Intenta desanimarlas y hacerlas sentir que no son dignas del amor y el perdón de Dios.
- Es importante recordar que Dios es más grande que cualquier pecado y que siempre está dispuesto a perdonar a aquellos que se arrepienten sinceramente (Romanos 8:33-34).
4. La intimidación:
- El diablo puede usar el miedo y la intimidación para controlar a las personas.
- Puede amenazarlas con daño físico o con la pérdida de sus seres queridos.
- Es importante recordar que el amor de Dios es más poderoso que cualquier miedo y que él siempre nos protegerá de todo mal (2 Timoteo 1:7; 1 Juan 4:18).
Conclusión
- Las artimañas del diablo son reales y peligrosas, pero no tienen que vencernos.
- Si estamos conscientes de sus estrategias y nos armamos con la armadura de Dios, podemos resistir sus tentaciones y vencerlo (Efesios 6:11).