Bosquejos Bíblicos
Prédica de hoy: Llamados a hacer y ser iglesia
Texto Bíblico Principal: “Porque dónde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos” Mateo 11:20
Introducción
La iglesia es la casa de Dios, el hogar que hemos hecho para honrar su Poderoso Nombre. No debemos dudar ni un segundo que él está en dónde lo busquemos siempre que sea de corazón.
Pero más allá del espacio físico, vital para la obra de Dios, estamos llamados a hacer y ser iglesia. Estamos llamados a llevar la iglesia en nuestro cuerpo y nuestras obras.
La paz que sucede tras las puertas de la iglesia no debe quedarse solamente allí. Como cristianos debemos ser efectivos en trasladarla a dónde vayamos.
I. La iglesia como un todo
“Porque de la manera en que en un cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros tienen la misma función, así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros” Romanos 12:4-5
La palabra “iglesia” viene del latín vulgar eclessia, que significa “reunión del pueblo”. Podemos buscar a Dios en nuestra intimidad, es necesario hacerlo. Pero él también nos pide abrirnos al encuentro con nuestros hermanos.
¿Cómo debe ser el encuentro de la iglesia? Como un todo funcional para el cuerpo de Cristo. No debe ser fragmentado, dividido ó en desorden. Debe funcionar orgánicamente, pero sin volverse mecánico.
La iglesia está atravesada por sentimientos que Dios cultiva en nosotros, debe ser dirigida por su incontable amor.
II. Cualidades que hacen a la iglesia
” La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales” Colosenses 3:16
La iglesia debe ser nuestro lugar seguro. Allí debe existir la presencia de Dios como director de una orquesta maravillosa que somos nosotros. No podemos hacer iglesia sí estamos anclados en los deseos de la carne. Para formar parte de la obra de Dios, debemos soltar el pecado y entregarnos a su adoración.
Quién va constantemente a la iglesia debe estar dispuesto a aprender
Ser parte de una iglesia es un ejercicio de instrucción. Jesús hacía su iglesia cada vez que predicaba, y aquellos que escuchaban eran transformados en tanto creían. Debemos sentirnos atravesados por los sermones, pues son experiencias maravillosas.
La iglesia es un lugar para estar presentes. Por ejemplo, sí un doctor operara mientras piensa en otra cosa ¿Qué puede pasar?
Equivocarse, errar algún movimiento, saltarse algún paso. Lo mismo nosotros al llevar nuestro cuerpo a alimentarse del Espíritu Santo, debemos estar concentrados durante el encuentro.
III. ¿Cristianos que no hacen iglesia?
“No dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuando veis que aquel día se acerca” Hebreos 10:24
¿Qué sucede con aquellos hermanos que no quieren involucrarse demasiado? Es decir, cumplen con la asistencia, pero no hacen iglesia. Hacer iglesia es vivir ese encuentro con goce y dicha en nuestro Espíritu.
Debemos ir a la congregación contentos de que Dios nos haga partícipes de su obra. No obligatoriamente, pues nuestro Padre conoce nuestros corazones, así que debe prevalecer la honestidad.
“Pero cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca” Apocalipsis 3:16
Jehová rechaza a quiénes conocen de su Palabra pero no terminan de implicarse en ella. Nos pide fidelidad y no tibieza. Confiemos, la iglesia tiene un lugar para todos y nos recibe sin hacer excepciones. Solo debemos estar dispuestos a seguir el camino del Señor.
IV. Ser iglesia
“¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?” 1 Corintios 3:16
Hacer iglesia debe ir de la mano con ser iglesia. Dios nos enseña que nuestro cuerpo es su templo, debemos tratar con el respeto que merece. ¿Acaso están permitidos vicios, contiendas y desesperos en la casa del Padre? ¡No! Con ese mismo cuidado debemos actuar en la vida.
No debemos presentar una actitud ante el altar y cambiarla al llegar a nuestras casas. Es imposible mentir a Dios, sí queremos vivir en el Evangelio, debemos practicar la honestidad diariamente.
Siempre es un buen momento para adorar y agradecer, no solo los días del culto. Ser iglesia significa que en todas las circunstancias de nuestras vidas, llevamos la congregación en nosotros
Conclusión
En la vida diaria debemos buscar la presencia de Dios todo el tiempo. Recordemos que es omnipresente y en los detalle, su amor está para recordarnos que somos sus escogidos.
Sí hemos llegado hasta aquí es porque estamos llamados a ser parte de su obra, esa iglesia que adoptamos como familia. Tener un espacio para aprender del Evangelio es una bendición.
Debemos agradecerlo y estar dispuestos a poner nuestros dones a su servicio. Cuando vamos a encontrarnos para compartir las maravillosas promesas del Padre, estamos siendo salvados.
No practiquemos el cristianismo con vergüenza, seamos apasionados. No solo delante de los demás, sino internamente con Dios en cada uno de nuestros actos. Él nunca parpadea, siempre está atento, construyamos una iglesia que obedezca a ese inmenso amor.
Redactado por: M. Uzcategui para publicación exclusiva en predicasbiblicas.com
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