Este es un estudio bíblico exhaustivo de los cinco puntos del calvinismo y su relación con la enseñanza bíblica.
Estudios Bíblicos
Estudios Bíblicos Estudio de Hoy: El Calvinismo y la Biblia
Tema: Un Análisis Exhaustivo de los Cinco Puntos del Calvinismo
Introducción
Surgimiento y Desarrollo del Calvinismo
El calvinismo es una doctrina teológica hereje que ha dejado una huella profunda en la historia del cristianismo, y ha sido motivo de debate en el cristianismo durante siglos.
Surgió en el siglo XVI durante la Reforma Protestante. Un periodo marcado por el deseo de regresar a las enseñanzas bíblicas originales. Juan Calvino, un reformador francés, desarrolló un sistema de pensamiento que buscaba exaltar la soberanía de Dios en todos los aspectos de la vida. Su obra, Institución de la Religión Cristiana, se convirtió en una de las exposiciones teológicas más influyentes de su tiempo.
Las enseñanzas de Calvino se sistematizaron en lo que se conoce como los “Cinco Puntos del Calvinismo” o “TULIP“. Este acrónimo en inglés representa cinco doctrinas esenciales: Total Depravity (Depravación Total), Unconditional Election (Elección Incondicional), Limited Atonement (Expiación Limitada), Irresistible Grace (Gracia Irresistible) y Perseverance of the Saints (Perseverancia de los Santos). Cada punto aborda un aspecto de la salvación y la relación del ser humano con Dios.
El propósito de este estudio es analizar de manera crítica cada uno de estos puntos a la luz de la Biblia. Buscamos responder a la pregunta: ¿Son estos cinco puntos una representación fiel de las enseñanzas bíblicas, o se desvían de la verdad del evangelio? A lo largo de este estudio, compararemos estas doctrinas con el mensaje bíblico de salvación, gracia y libertad, con el objetivo de llegar a la verdad sobre el carácter de Dios y su plan redentor.
Contextualización Histórica y Desarrollo del Calvinismo
El calvinismo es una doctrina que ha influido profundamente en muchas denominaciones cristianas desde la Reforma Protestante. La formación del calvinismo no ocurrió en un vacío; fue parte de una serie de respuestas y debates teológicos que surgieron durante el Sínodo de Dort (1618-1619) en los Países Bajos.
Este concilio buscaba resolver las disputas teológicas relacionadas con la naturaleza de la salvación, la gracia y la elección divina. Los remonstrantes, seguidores de Jacob Arminius, desafiaron la interpretación calvinista, presentando sus “Cinco Artículos del Remonstrante”, que proponían que la gracia de Dios es resistible y que la elección divina está basada en la fe prevista del individuo.
La respuesta calvinista, sistematizada en el acrónimo “TULIP”, defendía la soberanía absoluta de Dios en la salvación del ser humano. Cada uno de estos cinco puntos busca preservar la gloria de Dios y su control en la elección de los salvos. Sin embargo, esta interpretación generó controversia y continúa siendo debatida hasta el día de hoy. La pregunta que exploraremos en este estudio es si esta visión teológica es coherente con la enseñanza completa de la Biblia.
El desarrollo del calvinismo
Tuvo un impacto significativo en la teología cristiana, influyendo en movimientos como el presbiterianismo y el puritanismo. Sin embargo, a través de los siglos, varios teólogos han desafiado la interpretación calvinista, argumentando que sus cinco puntos malinterpretan el carácter amoroso de Dios y su deseo de que todos sean salvos. Uno de los críticos más influyentes fue John Wesley, fundador del metodismo, quien se opuso firmemente a la doctrina de la predestinación calvinista. Wesley dijo:
“The doctrine of predestination is a doctrine full of blasphemy… it represents our blessed Lord, ‘Jesus Christ, the righteous,’ the only begotten Son of the Father, full of grace and truth, as an hypocrite, a deceiver of the people, a man void of common sincerity.”
Traducción al español: “La doctrina de la predestinación es una doctrina llena de blasfemia… representa a nuestro bendito Señor, ‘Jesucristo, el justo’, el unigénito Hijo del Padre, lleno de gracia y verdad, como un hipócrita, un engañador de la gente, un hombre carente de sinceridad común” (Wesley, Free Grace, 1739).
El objetivo de este estudio es evaluar estos cinco puntos a la luz de la Biblia, discernir la verdad del evangelio y comprender el carácter de Dios y su plan para la redención de toda la humanidad.
I. Depravación Total
La Naturaleza del Hombre y su Capacidad para Responder a Dios
La doctrina de la Depravación Total calvinista enseña que el pecado ha corrompido completamente la naturaleza humana. Esto significa que el ser humano es incapaz de buscar o responder a Dios por su propia cuenta sin la intervención de la gracia divina. Según el calvinismo, la mente, la voluntad y las emociones del ser humano están tan dañadas por el pecado que no puede elegir a Dios. Los calvinistas apoyan esta enseñanza con pasajes como Romanos 3:10-12: “No hay justo, ni aun uno; no hay quien entienda, no hay quien busque a Dios”.
Sin embargo, es importante evaluar esta enseñanza a la luz de toda la Escritura. Si bien es cierto que el pecado ha afectado a la humanidad, la Biblia también presenta un mensaje de esperanza y capacidad de respuesta a la gracia de Dios.
a. La Responsabilidad Humana Frente al Pecado
La Biblia enseña que todos somos pecadores y estamos separados de Dios (Romanos 3:23), lo que significa que el pecado ha dañado nuestra relación con Él. Pero la Escritura también enseña que cada persona tiene la responsabilidad de arrepentirse y volverse a Dios. Hechos 17:30 declara: “Dios… manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan”. Este llamado al arrepentimiento no tendría sentido si el ser humano no tuviera la capacidad de responder a la gracia de Dios. La depravación humana es una realidad, pero la gracia de Dios capacita al hombre para elegir.
El salmista también afirma la necesidad de buscar a Dios: “Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano” (Isaías 55:6). Este versículo resalta que hay un llamado continuo de Dios a la humanidad para buscarlo y responder a su oferta de salvación.
b. La Imagen de Dios y la Capacidad de Respuesta Humana
La depravación no destruye completamente la imagen de Dios en el ser humano. Génesis 1:26-27 declara que Dios creó al hombre a su imagen y semejanza. Aunque el pecado distorsionó esa imagen, no la anuló por completo. Santiago 3:9 muestra que los seres humanos siguen siendo portadores de esa imagen: “Con ella bendecimos al Dios y Padre, y con ella maldecimos a los hombres, que están hechos a la semejanza de Dios”. Esta capacidad inherente para responder a Dios y hacer decisiones morales permanece incluso después de la caída.
El teólogo arminiano Thomas Oden señala:
“The grace of God enables humans to respond freely to his call without coercion. God’s grace does not destroy the human will, but liberates it.”
Traducción al español: “La gracia de Dios habilita a los humanos para responder libremente a su llamado sin coerción. La gracia de Dios no destruye la voluntad humana, sino que la libera” (Oden, The Transforming Power of Grace, 1993).
Este argumento presenta la gracia de Dios como una fuerza que da al ser humano la capacidad de responder libremente, no como una entidad que anula su voluntad.
c. La Gracia de Dios Ofrecida a Todos
La Biblia muestra que la gracia de Dios es ofrecida a toda persona, y que Él desea que todos se salven. 1 Timoteo 2:4 dice que Dios “quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad”. Esta declaración refuerza la idea de que la salvación es una oferta universal, y que Dios da la capacidad a cada persona para responder. Esto se ve claramente en las palabras de Jesús: “Y yo, si fuere levantado de la tierra, a todos atraeré a mí mismo” (Juan 12:32).
La doctrina de la Depravación Total se puede comparar con la enseñanza de la gracia preveniente. La gracia preveniente es la obra del Espíritu Santo que actúa en el corazón del ser humano antes de la conversión, capacitándolo para responder al evangelio. Según esta enseñanza, el pecado no destruye completamente la capacidad de respuesta, sino que la gracia de Dios trabaja para liberar al ser humano del poder del pecado.
d. La Elección Humana y el Libre Albedrío
La Biblia presenta múltiples pasajes que enfatizan la capacidad del ser humano para elegir entre el bien y el mal. Deuteronomio 30:19 es un claro ejemplo de esto: “A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida para que vivas tú y tu descendencia”. Este llamado a escoger muestra que, a pesar de la depravación causada por el pecado, el ser humano tiene la capacidad de responder a la gracia de Dios y tomar decisiones morales.
Ahora que hemos analizado la Depravación Total y la capacidad de respuesta humana, exploraremos el siguiente punto de TULIP: la Elección Incondicional. Este punto aborda la idea de cómo Dios elige a los que serán salvos, y analizaremos si esta elección es arbitraria o basada en la respuesta humana.
II. Elección Incondicional
Elección Divina y Conocimiento Previo
La doctrina de la Elección Incondicional sostiene que Dios, desde antes de la creación, eligió a ciertos individuos para ser salvos sin tener en cuenta ninguna condición en ellos, como su fe o sus obras. Según los calvinistas, esta elección es un acto soberano de Dios y está fundamentada únicamente en su voluntad. Pasajes como Efesios 1:4-5 son usados para apoyar esta enseñanza: “Según nos escogió en él antes de la fundación del mundo… habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos”.
Pero, ¿es esta elección realmente incondicional, o la Biblia presenta una perspectiva diferente sobre la relación de la elección y la respuesta humana?
a. Elección y el Conocimiento Previo de Dios
El Nuevo Testamento enseña que la elección de Dios está vinculada a su conocimiento previo. Romanos 8:29-30 dice: “A los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo”. La palabra “conoció” (griego: proginosko) implica una relación de anticipación basada en la respuesta humana. Esto sugiere que la elección de Dios no es arbitraria, sino que está relacionada con la fe y la respuesta de las personas.
b. John Wesley y la Elección Condicional
John Wesley, fundador del metodismo, fue un fuerte opositor de la doctrina de la Elección Incondicional. En su sermón Free Grace (1739), Wesley argumentó que esta doctrina malinterpreta el carácter de Dios. Dijo:
“The doctrine of predestination is a doctrine full of blasphemy… it represents our blessed Lord, ‘Jesus Christ, the righteous,’ the only begotten Son of the Father, full of grace and truth, as an hypocrite, a deceiver of the people, a man void of common sincerity.”
Traducción al español: “La doctrina de la predestinación es una doctrina llena de blasfemia… representa a nuestro bendito Señor, ‘Jesucristo, el justo’, el unigénito Hijo del Padre, lleno de gracia y verdad, como un hipócrita, un engañador de la gente, un hombre carente de sinceridad común” (Free Grace, 1739).
Wesley creía que la elección incondicional presentaba a Dios como injusto, favoreciendo a unos sobre otros sin motivo alguno. Esto contradice la enseñanza de la Biblia sobre el carácter justo y amoroso de Dios.
c. Elección Condicional y Respuesta a la Gracia
La Biblia muestra que la elección divina está condicionada a la fe y la respuesta humana. 1 Pedro 1:2 dice que los creyentes son “elegidos según la presciencia de Dios Padre”, lo que implica que la elección está relacionada con la anticipación de la respuesta de fe. Jesús mismo afirmó: “Porque muchos son llamados, y pocos escogidos” (Mateo 22:14), indicando que la elección está vinculada a la respuesta al llamado de Dios.
La Elección Condicional sostiene que Dios desea que todos sean salvos y ha hecho provisión para todos. La elección divina no niega el libre albedrío humano, sino que invita a todos a responder. Esto se refleja en el llamado universal del evangelio y en el deseo de Dios de que todos lleguen al arrepentimiento.
La doctrina de la elección no puede entenderse sin considerar el conocimiento previo de Dios. Romanos 8:29 dice que aquellos que Dios “conoció de antemano” también fueron predestinados. La palabra griega proginosko, traducida como “conocer de antemano”, sugiere una anticipación amorosa de la respuesta de fe humana. Esto se ve reforzado en Hechos 15:18: “Conocidas son a Dios desde el siglo todas sus obras”. Dios conoce de antemano la elección que cada persona hará al escuchar el evangelio y responde a esa elección.
El teólogo Roger Olson, un defensor de la perspectiva arminiana, explicó:
“God’s foreknowledge does not imply causation, but rather that God sees who will freely choose to believe and who will not.”
Traducción al español: “La presciencia de Dios no implica causalidad, sino que Dios ve quién elegirá libremente creer y quién no” (Arminian Theology: Myths and Realities, 2006).
d. Refutación de Objeciones Calvinistas sobre Efesios 1:4-5
Los calvinistas citan Efesios 1:4-5 para argumentar que Dios elige a ciertas personas de manera incondicional. Sin embargo, una lectura más amplia del contexto de Efesios muestra que Pablo se refiere a la elección en Cristo, es decir, aquellos que están “en Cristo” por fe. La elección no se trata de la salvación individual arbitraria, sino del plan redentor de Dios para aquellos que creen.
Efesios 1:13-14 dice: “En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa”. La elección, por tanto, está conectada con el escuchar y creer el evangelio, lo que refuerza la idea de una elección condicional basada en la fe.
La Elección Incondicional tiene implicaciones directas sobre el siguiente punto de TULIP: la Expiación Limitada. Ahora analizaremos si la muerte de Cristo fue solo para los “elegidos” o si su sacrificio es universal.
III. Expiación Limitada
El Alcance del Sacrificio de Cristo
La doctrina de la Expiación Limitada calvinista enseña que Jesús murió solo por los “elegidos”, es decir, aquellos que Dios ha predestinado para la salvación. Según esta enseñanza, el sacrificio de Cristo no fue para todos los seres humanos, sino que fue efectivo únicamente para aquellos que fueron escogidos para ser salvos. Un texto que se usa para apoyar esta doctrina es Juan 10:15, donde Jesús dice: “Yo pongo mi vida por las ovejas”. Los calvinistas interpretan este versículo como una declaración de que Cristo murió solo por los que Él llama “sus ovejas”, es decir, los elegidos.
Sin embargo, para entender la extensión completa del sacrificio de Cristo, es fundamental analizar otros pasajes bíblicos que abordan la intención y el alcance de su muerte. La Biblia presenta claramente un mensaje de salvación que es universal y disponible para todos los seres humanos.
a. La Expiación Universal en la Escritura
La Biblia enseña que el sacrificio de Cristo fue suficiente y eficaz para toda la humanidad. 1 Juan 2:2 afirma: “Y él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo”. Este versículo deja claro que la expiación de Cristo no está limitada a un grupo específico de personas, sino que está disponible para todo el mundo.
Otro pasaje importante es 2 Corintios 5:14-15: “El amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: que si uno murió por todos, luego todos murieron; y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos”. La repetición de la palabra “todos” muestra que el sacrificio de Cristo fue universal. La intención de Jesús al morir en la cruz fue dar a cada persona la oportunidad de reconciliarse con Dios y recibir la vida eterna.
b. Jacob Arminius sobre la Expiación de Cristo
Jacob Arminius, un teólogo reformador holandés y crítico del calvinismo, afirmó que el sacrificio de Cristo fue suficiente para todos, aunque solo es efectivo para aquellos que creen. En su obra, Arminius escribió:
“Christ died for all men and for every man, so that he has obtained for all a potential reconciliation and forgiveness of sins.”
Traducción al español: “Cristo murió por todos los hombres y por cada hombre, de modo que ha obtenido para todos una reconciliación potencial y el perdón de los pecados” (Works of James Arminius, Vol. 2).
Arminius argumenta que la muerte de Jesús fue un acto de amor que alcanzó a toda la humanidad. Aunque solo aquellos que creen son salvos, la oferta de salvación es para todos sin excepción. Esto está en línea con versículos como Juan 3:16: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”.
La Escritura refuerza el mensaje de que el sacrificio de Cristo es para todos. Hebreos 2:9 declara: “Pero vemos a aquel que fue hecho un poco menor que los ángeles, a Jesús, coronado de gloria y de honra a causa del padecimiento de la muerte, para que por la gracia de Dios gustase la muerte por todos”. La palabra “todos” enfatiza la extensión universal de la muerte de Cristo, demostrando que la salvación no está limitada a ciertos “elegidos”.
c. El Mandato de Evangelizar a Todo el Mundo
La Gran Comisión que Jesús dio a sus discípulos también respalda la idea de que la expiación de Cristo es para toda la humanidad. En Marcos 16:15, Jesús dice: “Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura”. Este mandato muestra que el evangelio es para “toda criatura” y no solo para los elegidos. Si la expiación fuera limitada solo a ciertos individuos, la Gran Comisión carecería de propósito, ya que no tendría sentido predicar el evangelio a aquellos que no fueron predestinados para la salvación.
Además, el apóstol Pablo, en 1 Timoteo 4:10, señala que Dios es “el Salvador de todos los hombres, mayormente de los que creen”. Esto refuerza que, aunque la salvación es especialmente efectiva para los creyentes, está disponible para todos.
Esta doctrina de la Expiación Limitada minimiza el poder y el alcance del sacrificio de Cristo. La enseñanza bíblica muestra que Jesús pagó el precio por los pecados de toda la humanidad y que su sacrificio tiene un alcance universal. La expiación no está limitada por el decreto divino, sino que es una invitación abierta a todos para que respondan al amor de Dios.
Universalidad de la Gran Comisión y el Evangelismo Mundial
La enseñanza de la Expiación Limitada contradice el mandato universal de Jesús de predicar el evangelio a todas las naciones. Jesús dice en Mateo 28:19-20: “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado”. Si Cristo hubiera muerto solo por un grupo selecto de personas, este mandato no tendría coherencia. El hecho de que el evangelio se deba predicar a “todas las naciones” indica que la oferta de salvación es para todos, sin excepción.
El calvinista moderado C. H. Spurgeon reconoció el alcance universal del evangelio al afirmar:
“The gospel is preached to every creature under heaven, and the invitation is free to ‘whosoever will’.”
Traducción al español: “El evangelio es predicado a toda criatura bajo el cielo, y la invitación es libre para ‘todo aquel que quiera’”.
Esta declaración muestra que incluso dentro de ciertas interpretaciones calvinistas hay un reconocimiento del llamado abierto del evangelio a todos los seres humanos.
La Reconciliación y el Amor Universal de Dios
La expiación universal es una expresión del amor de Dios por toda la humanidad. En 2 Corintios 5:18-19, Pablo enseña que “Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados”. Esta obra de reconciliación es universal y demuestra que la intención de Dios es que todos sean reconciliados con Él. El sacrificio de Jesús no fue limitado en su alcance; fue hecho por amor a todo el mundo.
Ahora que hemos analizado la Expiación Limitada y demostrado su contraste con la enseñanza bíblica sobre el alcance universal de la salvación, pasemos a la cuarta doctrina de TULIP: la Gracia Irresistible. Exploraremos si la gracia de Dios es realmente irresistible o si el ser humano tiene la capacidad de resistir y rechazar el llamado divino.
IV. Gracia Irresistible
La doctrina calvinista de la Gracia Irresistible sostiene que la gracia de Dios para salvar a los “elegidos” no puede ser resistida. Según esta enseñanza, aquellos que Dios ha elegido para la salvación no tienen opción; necesariamente responderán positivamente a su llamado. Los calvinistas citan pasajes como Juan 6:37: “Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí”, interpretando que aquellos que son elegidos por Dios vendrán a Cristo de manera inevitable.
Sin embargo, al examinar la totalidad de la Escritura, encontramos que la Biblia enseña que el ser humano tiene la capacidad de resistir y rechazar la gracia de Dios. La respuesta al evangelio no es forzada, sino que es una elección que cada individuo debe hacer.
a. La Resistencia al Espíritu Santo y la Libertad de Elegir
La Biblia muestra ejemplos claros de personas resistiendo la gracia de Dios y rechazando su llamado. En Hechos 7:51, Esteban reprende a los líderes judíos diciendo: “¡Duros de cerviz! Vosotros resistís siempre al Espíritu Santo; como vuestros padres, así también vosotros”. Este versículo demuestra que, aunque el Espíritu Santo obra en los corazones, es posible resistir y rechazar su influencia. La gracia de Dios no es una fuerza irresistible, sino una oferta que puede ser aceptada o rechazada.
Otro ejemplo es la lamentación de Jesús sobre Jerusalén en Mateo 23:37: “¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta sus polluelos debajo de las alas, y no quisiste!”. La frase “no quisiste” muestra que el llamado de Dios fue resistido por la ciudad. La gracia de Dios fue ofrecida, pero fue rechazada debido a la negativa de las personas a recibirla.
b. El Llamado Universal al Arrepentimiento y la Voluntad de Dios
La doctrina de la Gracia Irresistible contrasta con el llamado universal al arrepentimiento que vemos en la Biblia. En Apocalipsis 22:17, se hace una invitación abierta a todos: “El Espíritu y la Esposa dicen: Ven. … el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente”. La frase “el que quiera” implica que la gracia de Dios está disponible para todos y que cada persona tiene la responsabilidad de responder. La salvación no es impuesta, sino ofrecida libremente a todos los que desean recibirla.
El apóstol Pablo también enseña que Dios quiere que todos lleguen al arrepentimiento. En Hechos 17:30, dice: “Dios… manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan”. Este mandato universal demuestra que la gracia de Dios es extendida a todos y que su deseo es que cada persona se vuelva a Él.
c. La Gracia de Dios y el Amor que Da Libertad
El amor de Dios es la base de su gracia. La Biblia declara que “Dios es amor” (1 Juan 4:8). El amor verdadero no obliga ni coacciona a nadie a responder; da la libertad de elegir. La gracia irresistible, según el calvinismo, fuerza la respuesta del individuo, pero la enseñanza bíblica muestra que Dios busca una respuesta libre y voluntaria. La gracia de Dios es poderosa y transformadora, pero no elimina la responsabilidad humana de responder en fe.
El teólogo Richard Watson, conocido por su oposición al calvinismo, argumenta:
“Grace may be offered and refused; it may be received and abused; and therefore it is not irresistible.”
Traducción al español: “La gracia puede ser ofrecida y rechazada; puede ser recibida y abusada; por lo tanto, no es irresistible” (Watson, Theological Institutes, 1831).
La Gracia Irresistible presenta una imagen de la salvación que no se alinea con el carácter amoroso de Dios. en las escrituras vemos que Dios desea una relación genuina y voluntaria con su creación (Juan 15:15; Mateo 11:28; Apocalipsis 3:20). La oferta de gracia es universal, y la respuesta del ser humano es libre y no forzada.
Tras explorar la Gracia Irresistible, pasemos ahora al quinto y último punto de TULIP: la Perseverancia de los Santos. Analizaremos si la salvación está garantizada de manera incondicional para los creyentes o si la Biblia nos llama a permanecer fieles hasta el final.
V. Perseverancia de los Santos
La doctrina calvinista de la Perseverancia de los Santos enseña que aquellos que han sido elegidos y salvados por Dios nunca perderán su salvación. Según esta enseñanza, la obra de Dios en la vida del creyente es tan segura y poderosa que garantiza su perseverancia hasta el fin, asegurando su entrada al cielo. Esta creencia a menudo se conoce como “una vez salvo, siempre salvo”. Un texto comúnmente citado es Filipenses 1:6: “Estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo”. Este pasaje parece sugerir que Dios completará su obra en cada creyente.
Sin embargo, ¿es esta seguridad de la salvación incondicional, o presenta la Biblia una visión más matizada que requiere perseverancia y fidelidad continua?
a. Advertencias Bíblicas sobre la Apostasía y el Peligro de Caer
La Escritura presenta múltiples advertencias sobre la posibilidad de caer de la fe y apartarse de Dios. Uno de los pasajes más contundentes sobre este tema es Hebreos 6:4-6: “Porque es imposible que los que una vez fueron iluminados, y gustaron del don celestial, y fueron hechos partícipes del Espíritu Santo… y recayeron, sean otra vez renovados para arrepentimiento”. Este pasaje muestra que aquellos que han experimentado la gracia de Dios y luego se apartan de ella, están en peligro de no poder ser restaurados nuevamente. La advertencia es seria y muestra que la seguridad de la salvación no debe ser tomada a la ligera.
Otro ejemplo se encuentra en Gálatas 5:4, donde Pablo advierte: “De Cristo os desligasteis, los que por la ley os justificáis; de la gracia habéis caído”. La frase “de la gracia habéis caído” implica que es posible alejarse de la gracia de Dios y perder la relación con Cristo. Si bien la salvación es segura para aquellos que permanecen en Cristo, la Escritura advierte sobre la necesidad de perseverar y mantenerse fiel.
b. La Necesidad de Perseverar en la Fe
La Biblia enseña que la salvación no es un evento único, sino un proceso continuo que requiere perseverancia en la fe y la obediencia. Jesús mismo dijo: “El que persevere hasta el fin, éste será salvo” (Mateo 24:13). La perseverancia no es opcional para el creyente; es un llamado a mantenerse firme en medio de las pruebas, tentaciones y desafíos de la vida cristiana.
Pablo, en sus cartas, enfatiza la necesidad de ocuparse de la salvación con temor y temblor. Filipenses 2:12-13 dice: “Ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor; porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad”. Este llamado a ocuparse de la salvación muestra que, aunque Dios obra en nosotros, somos responsables de permanecer fieles y activos en nuestra relación con Él.
c. La Responsabilidad Humana y la Seguridad Condicional
La enseñanza arminiana sostiene que la seguridad de la salvación está condicionada a la perseverancia continua en la fe y obediencia a Dios. Si bien Dios es fiel para guardar a aquellos que confían en Él, el creyente tiene la responsabilidad de permanecer en Cristo. La Escritura muestra que la salvación no es incondicional; requiere un compromiso continuo con Dios.
El teólogo John Wesley, en su crítica a la doctrina de la Perseverancia Incondicional, dijo:
“The saints’ perseverance does not lie in an absolute impossibility of falling away, but in the continued supply of grace from God, and the watchful, diligent use of all appointed means by the believer.”
Traducción al español: “La perseverancia de los santos no consiste en una imposibilidad absoluta de caer, sino en el continuo suministro de gracia de parte de Dios y el uso vigilante y diligente de todos los medios designados por el creyente” (Wesley, Sermons, Vol. 3).
Wesley enfatiza que la seguridad de la salvación depende de la relación continua con Dios y la recepción constante de su gracia. La perseverancia es una colaboración entre la obra de Dios y la respuesta del creyente.
d. La Doctrina de “Salvo, Siempre Salvo”
El concepto “una vez salvo, siempre salvo” es una enseñanza central del calvinismo, basada en la idea de que la salvación de los creyentes está garantizada y no puede ser perdida. Sin embargo, la enseñanza bíblica muestra un balance entre la seguridad de la salvación y la responsabilidad humana de permanecer en la fe.
En Hebreos 3:12-14 se nos advierte: “Mirad, hermanos, que no haya en ninguno de vosotros corazón malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo; antes exhortaos los unos a los otros cada día… porque somos hechos participantes de Cristo, con tal que retengamos firme hasta el fin nuestra confianza del principio”. Esto indica que la participación en Cristo está condicionada a una perseverancia continua en la fe.
La enseñanza de la “seguridad condicional” sostiene que aunque Dios es fiel para mantenernos en la fe, el creyente tiene la responsabilidad de permanecer y no apartarse de su relación con Dios. Esto es consistente con la advertencia de Jesús en Juan 15:6: “El que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden”. La permanencia en Cristo es esencial, y la posibilidad de caer de la gracia es una realidad bíblica.
e. La Necesidad de Perseverancia Activa
El Nuevo Testamento no solo muestra advertencias sobre la apostasía, sino que también exhorta a los creyentes a la acción y la perseverancia. En 1 Corintios 9:27, Pablo describe su propia lucha por permanecer fiel, diciendo: “Sino que golpeo mi cuerpo y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado”. Esto muestra que incluso el apóstol Pablo, con toda su convicción y llamado, reconoce la necesidad de disciplinarse y mantenerse firme en su fe para no caer.
Este énfasis en la perseverancia se encuentra a lo largo de las Escrituras. En 2 Pedro 1:10, se exhorta a los creyentes: “Por lo cual, hermanos, procurad hacer firme vuestra vocación y elección; porque haciendo estas cosas, no caeréis jamás”. Esto no contradice la seguridad que proviene de la obra de Dios, sino que destaca la responsabilidad del creyente de perseverar, crecer en la fe y hacer “firme” su llamado.
f. Las Implicaciones Prácticas de la Perseverancia de los Santos
La doctrina arminiana propone que la salvación es un camino de fe continua y perseverancia activa. A través de las pruebas, desafíos y luchas espirituales, el creyente está llamado a aferrarse a Cristo y permanecer en su amor. La perseverancia de los santos no es simplemente una garantía de seguridad futura, sino una llamada constante a permanecer en Cristo y ser transformado por su gracia diariamente.
John Wesley enseñó que el verdadero cristianismo es una relación viva y activa con Dios, y que esta relación requiere una fe perseverante. Él dijo:
“We are saved by faith alone, but the faith that saves is never alone; it always leads to holiness and obedience.”
Traducción al español: “Somos salvos por la fe solamente, pero la fe que salva nunca está sola; siempre conduce a la santidad y la obediencia” (Wesley, Sermons, Vol. 1).
Esto significa que la perseverancia es un aspecto necesario de la vida cristiana. La seguridad de la salvación no debe ser una excusa para la complacencia, sino una motivación para crecer en santidad y amor a Dios.
Conclusión
Vivir en la Verdad y Perseverar en la Gracia de Dios
Al examinar los cinco puntos del calvinismo – Depravación Total, Elección Incondicional, Expiación Limitada, Gracia Irresistible y Perseverancia de los Santos – queda claro que varios de estos conceptos no se alinean con la enseñanza completa de la Biblia. En la palabra de Dios se presenta a un Dios amoroso y justo que desea que todos se salven (1 Timoteo 2:4), que envió a su Hijo para morir por los pecados de toda la humanidad (1 Juan 2:2), y que extiende su gracia a todos los que respondan con fe y arrepentimiento.
En La Biblia se nos enseña que:
- La depravación humana no anula la capacidad de responder a la gracia de Dios.
- La elección de Dios está basada en su conocimiento previo de la respuesta humana, y no es arbitraria.
- El sacrificio de Cristo es universal, suficiente para todos y disponible para todos los que crean.
- La gracia de Dios puede ser resistida y rechazada, y la salvación es una oferta abierta a todos.
- La salvación requiere una perseverancia continua en la fe, y es responsabilidad del creyente permanecer fiel hasta el final.
Este estudio bíblico es un llamado a todos los cristianos a examinar sus creencias y a buscar la verdad de Dios en su Palabra. La gracia y el amor de Dios son una oferta para todos, y como creyentes, tenemos la responsabilidad de responder con fe, arrepentimiento y obediencia. Jesús nos llama a permanecer en Él y a vivir vidas que reflejen su amor y verdad.
Aplicación
Responder a la Gracia de Dios Diariamente
Como creyentes, debemos vivir conscientes de la gracia de Dios y del llamado a perseverar hasta el fin. Este estudio nos desafía a reflexionar sobre nuestra relación con Dios y a tomar medidas prácticas para permanecer firmes en la fe. Esto implica:
- Buscar a Dios diariamente: A través de la oración, la lectura de la Biblia y la comunión con otros creyentes, podemos cultivar una relación íntima con Dios.
- Compartir el evangelio: Entendiendo que el mensaje de salvación es para todos, debemos proclamarlo con amor y valentía a quienes nos rodean.
- Vivir vidas de santidad y obediencia: Recordando que la perseverancia en la fe no es una garantía incondicional, sino una responsabilidad que debemos asumir activamente, mostrando el fruto del Espíritu en nuestra vida diaria (Gálatas 5:22-23).
La enseñanza bíblica nos invita a responder a la gracia de Dios con gratitud y compromiso, manteniendo una fe activa y perseverante que refleje el carácter de Cristo.
© José R. Hernández. Todos los derechos reservados.