Predicas Cristianas
Predicas Cristianas Prédica de Hoy: Reconociendo la Voz de Dios
Predica Cristiana Lectura Bíblica: 1 Juan 4:1-6
Tema: Guía para Probar los Espíritus
Introducción
Hoy quiero compartir con ustedes un mensaje que nace de una conversación por emails con una joven llena de fe, una joven de tan solo quince años que vive en la costa oeste de este país. Esta joven, con un gran deseo de aprender más sobre la Palabra de Dios, me hizo una pregunta que me llegó al corazón: ¿Cómo sabemos cuándo es Dios quien nos habla?”
Esta es una pregunta profunda, una pregunta que todos debemos hacernos en algún momento de nuestra vida. ¿Cómo podemos estar seguros de que es Dios quien nos habla y no el enemigo? ¿Podemos estar escuchando la voz del enemigo sin darnos cuenta? ¿Existe alguna manera de saberlo con certeza? Hoy vamos a explorar estas preguntas y buscaremos respuestas en la Palabra de Dios.
I. La Guerra Espiritual: Una Realidad Invisible
En los versículos que hemos leído hoy, se nos advierte que no debemos creer a todo espíritu, sino probar si son de Dios. Este es un recordatorio de que estamos en una guerra espiritual, una batalla que no podemos ver con nuestros ojos, pero que es muy real.
Como dice en Efesios 6:12, “Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes“.
Hermanos, el cristianismo está bajo ataque como nunca antes. Un ejemplo de esto es lo que ocurrió recientemente, durante la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de París 2024. Todos fuimos testigos de un acto descarado de blasfemia. Los organizadores de este evento, sin temor ni respeto alguno, se atrevieron a incluir símbolos y representaciones que insultan profundamente nuestra fe cristiana. Tal parece que atacar al cristianismo se ha vuelto aceptable en los ojos del mundo.
Este evento nos recuerda que estamos en medio de una guerra espiritual, donde el enemigo busca infiltrarse en la cultura y las mentes de las personas. En un mundo donde se promueve todo tipo de ideologías y se desafían los valores bíblicos, debemos estar más vigilantes que nunca. El enemigo, Satanás, y sus demonios, están constantemente buscando maneras de engañarnos y alejarnos de Dios.
Es importante reconocer que aunque no podemos ver a nuestros enemigos, esto no significa que no existan. Piénsenlo por un momento: todos aquí hemos oído hablar de señales invisibles como las de los teléfonos celulares, las radios y la televisión. Estas señales están a nuestro alrededor las 24 horas del día, los 7 días de la semana. De manera similar, el enemigo también está presente, esperando el momento perfecto para atacar.
II. Probando los Espíritus: Un Mandato de Dios
Juan nos dice en su primera epístola que probemos los espíritus. Pero, ¿cómo podemos hacer esto? La respuesta se encuentra en la única fuente que es constante y nunca cambia: la Palabra de Dios. En Hebreos 4:12 leemos: “Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón“.
El enemigo, como nos advierte Pablo en 2 Corintios 11:14-15, se disfraza como ángel de luz y sus ministros se disfrazan como ministros de justicia. Esto nos muestra que el engaño puede estar disfrazado de algo que parece bueno y justo, pero que en realidad no lo es. Por eso es crucial que probemos los espíritus y no nos dejemos llevar por las apariencias.
Reflexionemos un momento sobre esto: ¿Cuántas veces hemos sido tentados por pensamientos que parecen inocentes o incluso justificados? ¿Hemos justificado nuestras acciones porque “no parecen tan malas”? Estas son tácticas que el enemigo usa para separarnos de Dios. Cuando permitimos que estos pensamientos nos dominen, estamos abriendo la puerta al engaño.
III. Manteniendo la Vigilancia: Nuestra Responsabilidad como Creyentes
Pedro en 1 Pedro 5:8 nos exhorta a ser sobrios y a velar, porque nuestro adversario, el diablo, anda como león rugiente buscando a quien devorar. Este versículo es un llamado a la vigilancia constante. No podemos permitir que nuestros pensamientos se turben con cosas de la carne, como el alcohol, las drogas, los celos o la envidia. Si dejamos que estas cosas invadan nuestra mente, el enemigo encontrará fácil el camino para tentarnos y alejarnos de Dios.
Una vez más, pensemos en nuestras vidas diarias: ¿Estamos permitiendo que nuestras mentes sean invadidas por pensamientos que nos alejan de Dios? ¿Estamos bajando la guardia en nuestra vida espiritual? Es fácil caer en la trampa de la complacencia, pero como hijos de Dios, debemos estar siempre alerta y mantener nuestra mente y corazón firmes en Su Palabra.
Recordemos que la victoria ya nos ha sido dada por nuestro Señor Jesucristo. No debemos permitir que el enemigo tenga poder sobre nosotros. Si mantenemos nuestros pensamientos claros y firmes en Dios, no caeremos en sus trampas.
IV. La Voz de Dios: Discernimiento y Sabiduría
Es esencial que aprendamos a discernir la voz de Dios en medio del ruido del mundo. En Juan 10:27, el Señor nos dice: “Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen“. Esto significa que como creyentes, tenemos la capacidad de reconocer la voz de nuestro Señor, pero debemos estar sintonizados con Él para poder hacerlo.
Una de las formas más seguras de discernir la voz de Dios es alineando lo que escuchamos con la Palabra de Dios. Si lo que estamos escuchando está en línea con las Escrituras, podemos estar seguros de que es Dios quien nos habla. Si no lo está, debemos ser cautelosos y buscar más en oración y estudio bíblico.
Aquí es donde entra en juego la importancia de tener una relación personal con Dios. Cuanto más tiempo pasamos en Su presencia, orando y leyendo Su Palabra, más fácil será para nosotros reconocer Su voz.
V. Aplicando la Sabiduría de Dios en Nuestras Vidas
Hermanos, no basta con solo reconocer la voz de Dios, también debemos aplicar Su sabiduría en nuestras vidas diarias. Como dice Santiago 1:22, “Sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos“. Debemos ser activos en nuestra fe, poniendo en práctica lo que Dios nos enseña.
Es aquí donde el Espíritu Santo juega un papel crucial. Él es nuestro guía y consolador, quien nos ayuda a entender y aplicar la Palabra de Dios en nuestras vidas. Como nos dice el Señor en Juan 14:26: “Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho”.
Preguntémonos: ¿Estamos permitiendo que el Espíritu Santo nos guíe en nuestras decisiones diarias? ¿Estamos buscando Su dirección en todo lo que hacemos? Esto es esencial si queremos vivir una vida que honra a Dios y que es fiel a Su llamado.
Para concluir.
Debemos recordar que estamos en una guerra espiritual constante. El enemigo está al acecho, esperando cualquier oportunidad para alejarnos de Dios. Pero no estamos indefensos. Tenemos la Palabra de Dios, la guía del Espíritu Santo y la victoria asegurada en Cristo.
Es tiempo de que cada uno de nosotros tome en serio el llamado a probar los espíritus y a discernir la voz de Dios. No podemos permitirnos ser engañados por el enemigo. Debemos mantenernos firmes en nuestra fe, vigilantes en nuestra vida espiritual y comprometidos a escuchar y obedecer la voz de nuestro Señor.
Recordemos las palabras del Señor en Mateo 7:24-25: “Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca“.
Que nuestra vida esté edificada sobre la roca firme de la Palabra de Dios, y que podamos discernir Su voz en medio de cualquier tempestad. Que sigamos adelante con fe, sabiduría y discernimiento, siempre vigilantes y siempre firmes en nuestro Señor Jesucristo.
© José R. Hernández. Todos los derechos reservados.
