Mensajes Cristianos
Predica de hoy: Nuestra confesión
Texto Bíblico Principal: “Te has enlazado con las palabras de tu boca, y has quedado preso en los dichos de tus labios” Proverbios 6:2
Introducción
Tenemos que conocer que hay una ley espiritual, y es que nuestra confesión nos gobierna. Cada vez que confesamos algo con nuestra boca estamos atándonos o bendiciendo. Eso depende que sale y como lo hablamos, lo que decimos.
Nuestra confesión nos gobierna a nuestro texto principal. Podemos decir que Salomón nos quiere enseñar que lo que decimos con nuestras palabras podemos quedar preso con esos dichos.
Es impresionante cuántas veces no hemos atado a nuestros hijos, a nuestros conyugues, nuestros familiares y hasta nosotros mismos. Si no hay una revelación y transformación de nuestro entendimiento en base a la palabra de Dios va a ser un poco complejo ya que el ser humano se guía por las emociones, por la cultura, y por su aprendizaje físico cognitivo.
Es importante resaltar que muchos mantienen una confesión errónea. Una confesión de derrota, de fracaso y lo gobierna Satanás. La mayoría de los comentarios o palabras que salen es lo que Satanás hace en las vidas de las personas. Cosas como: estamos con esta enfermedad, estamos cautivos, es difícil tener la victoria, nunca va a cambiar mi conyugue, entre otros.
En Romanos 10:9-10 nos enseña que debemos confesar que Jesús es nuestro Señor, y lo debemos creer con nuestro corazón, seremos salvos, Aleluya. Dios es bueno Él nos dejo el arma de la palabra, a través de ella tenemos autoridad para declarar, sanidad, libertad, prosperidad, bendición.
Pero también, maldición, ruina, enfermedad, tenemos que cuidar lo que decimos y como dice romanos confesemos que Jesús es nuestro Dios y el nos ayudara a trasforma cada palabra mal pronunciada.
I. Descubriendo lo que la palabra habla de nosotros para confesarlo
En el Nuevo Testamento Dios nos da un panorama más grande de lo que ahora somos en Cristo Jesús. Ahora Dios nos dio una gran herencia, somos hijos (Juan 1:12).
Pedro nos enseña que somos sacerdotes, naciones santas y pueblo escogido por Dios (1 Pedro 2:9). Lo que hizo Jesús en la Cruz de calvario fue devolvernos esa autoridad que el diablo nos hizo perder en el principio de la creación, pero Dios por su grande amor y misericordia nos devolvió esas llaves.
Jesús nos dice que mayores cosas haremos en su nombre (Juan 14:12-17). Ahora, ¿cómo lo hacemos? El poder está en la confesión, en lo que declares con la palabra de Dios.
Pero para esto es importante leer la palabra, y meditar en ella. Recuerden que al encontrar estos pasajes deben hacer lo siguiente;
- Subrayar cada escritura.
- Apuntarla.
- Meditar en ella.
- Hacer una confesión en ella.
- Empezar a decirla con su propia boca.
Cada vez que comencemos a confesar con nuestra boca que realmente crees la palabra de Dios en su corazón, esto es mío, este soy yo y todo lo que tengo, en el tiempo de Dios llegara a ser realidad para la vida de cada persona.
II. Controlar un miembro pequeño pero peligroso (Santiago 3:5-8)
Cuando hablamos de la lengua es un órgano que al parecer no es muy grande o que resalte en nuestro cuerpo. Pero si es un órgano muy peligroso y que con el ayuda a declarar palabras de bendición o de maldición.
Santiago 3 nos habla sobre el control de la lengua. Nos enseña que, aunque cometamos muchos errores si realmente llegáramos a dominarla podríamos ser capaces de controlar todos nuestros sentidos y ser agradables a los ojos de Dios.
La lengua puede incendiar un bosque, ya que el ser humano en muchas ocasiones no la puede dominar cuando la emoción de la ira, de la alegría, o cualquier otra emoción hace que hable más de lo que debe hablar llegando a herir hasta matar.
La lengua puede bendecir y maldecir pero recordemos que no debemos sacar de una misma fuente lo malo ni lo bueno. Ahí va muy enlazado con lo que confesamos, si nosotros entendiéramos el poder de la confesión a través de la lengua, llegaríamos a alcanzar grandes logros en Cristo.
En la palabra de Dios nos enseña que si confesáramos y declaramos que ese monte fuera quitado, él se movería (Mateo 17:20). Pero no hemos logrado entender la magnitud del poder que Jesús nos entregó a través de la confesión, a través de ese órgano tan pequeño y poderoso.
III. Confesión, ¿Qué palabras declaramos?
En el día a día podemos declarar muchas palabras hay palabras intencionales, y otras palabras sin intención. Hoy quiero compartirles la gran confesión.
La primera confesión es creer de corazón
La primera confesión que debemos tener en cuenta es creer de corazón que Jesús es el hijo de Dios. Que él fue resucitado de entre los muertos para mi salvación. Que Jesús es nuestro señor y él domina nuestra vida y me guía a través del Espíritu Santo.
Esto empieza a suceder cuando nacemos de nuevo y empezamos a caminar como hijos de Dios. Cuando empezamos nuestra vida nueva, ya estamos bajo el cuidado y protección de Jesucristo como dice la palabra de Dios.
Jehová es nuestro Pastor y nada nos va a faltar (Salmo 23). Debemos confesar que en Cristo vivimos, y que ahora son muertos a mis pecados. Él es mi Salvador el tengo la fuerza, la energía, y todas las tareas son posibles en Él.
La segunda confesión es permanecer en Él
Tenemos que vivir en Cristo, recuerden que Él es la vid y nosotros somos el Pámpano (Juan 15:1; 5). Ahora nosotros somos de Él y Él en nosotros. Lamentablemente muchos cristianos dicen nacer de nuevo. Pero aún están en el proceso o no han nacido, ya que su confesión a diario es de maldición.
Son solo palabras que salen de su boca, y se practican estilos de vida que son desagradables ante los ojos de ellos. Cuando Dios toma lugar en nuestra vida las cosas viejas pasaron, y somos nueva criatura (2 Corintios 5:17). Por ende hablamos diferente, confesamos que somos criaturas en Cristo, que ahora permanecemos en Él, y Jesús en nosotros.
Tercera confesión es que somos hechuras de Dios
Él no se hizo a imagen y semejanza de Él, por eso debemos tener mucho cuidado de cómo hablamos. No podemos burlarnos de nuestro Dios, diciendo tal vez que soy pobre, débil e indigno, o tal vez que nunca llegaremos ser nada.
Cada una de esas palabras son maldiciones, ya que porque somos nuevas criaturas Él nos hizo valiosos. Él nos hizo criaturas justas, nos vistió con vestiduras blancas. Ahora debes confesar que somos la justicia de Dios en Cristo, y que nuestra posición está segura en Él, lo que habla Romanos 8:1 ya no hay ninguna condenación en Cristo Jesús.
Cuarta la cuarta confesión es por sus llagas fuimos sanados (Isaías 53:5)
Ya no debemos seguir confesando enfermedad. Recordemos que hace 2000 años por sus llagas fuimos sanados. La sanidad nos pertenece en Cristo Jesús. Jesús nos recuerda que Él las llevó por nosotros; ahora somos redimidos.
Confiese que Satanás ya no tiene dominio sobre usted, y que usted es libre en el nombre de Jesús, aunque llegue la enfermedad no la acepté, reúsela.
Conclusión
La confesión es un regalo grande de autoridad que les entregó Jesucristo. Ahora sabemos que Jesucristo me ha liberado del pecado y de la muerte. Ahora mi confesión debe cambiar para su vida, la de su conyugue, hijos, familia y personas.
Recuerden que ustedes son más que vencedores por medio de aquel que nos amó (Romanos 8:37). Confiesen que ustedes son más que vencedores, no deberá tener miedo de ninguna circunstancia, de ninguna enfermedad. Debe llevar su vida sin temor, recuerde usted es un vencedor y todo lo puede en Cristo que es su fortaleza (Filipenses 4:13).
La confesión llega a bendecir, pero también a maldecir. No sea atado por sus propias palabras, antes crea lo que Dios entrego como promesa a través de la palabra de Dios.
© José R. Hernández. Todos los derechos reservados.
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