Predicas Cristianas
Predicas Cristianas Prédica de Hoy: Por sobre todo amar a Dios
Introducción
El pueblo de Israel vivió como esclavo en Egipto, allí Dios eligió a Moisés para liberarlo y llevarlo a la tierra prometida; en el camino. Moisés subió al Sinaí y ahí Dios le dio dos tablas de piedra con todo lo que debemos hacer para poder estar con Él, en la tierra, y en la eternidad.
El fin del hombre es darle gloria a Dios por ser su creador, y obedecerlo en la tierra, para luego estar en plenitud con Él en la gloria eterna. Es decir, le damos gloria cumpliendo en todo momento su voluntad, es decir que hay que comenzar cumpliendo los mandamientos.
Evangelio de Hoy: “vino uno y le dijo: Maestro bueno, ¿qué bien haré para tener la vida eterna? Él le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno sino uno: Dios. Mas si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos” Mateo 19:16-17.
El joven esperaba recibir un manual de procedimientos, mientras que los fariseos creían que el asunto solo dar diezmos de mostazas y cominos, a lo que Jesús responde:
“¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque diezmáis la menta y el eneldo y el comino, y dejáis lo más importante de la ley: la justicia, la misericordia y la fe. Esto era necesario hacer, sin dejar de hacer aquello” Mateo 23:23, pero todos erraban ya que a Dios se llega a través del cumplimiento de su voluntad.
Leamos el evangelio de hoy:
Mateo 22:34-40 “Entonces los fariseos, oyendo que había hecho callar a los saduceos, se juntaron a una. Y uno de ellos, intérprete de la ley, preguntó por tentarle, diciendo: Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento en la ley? Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas”.
A través de predicas cristianas aprendemos que la palabra de Dios tiene normas concretas reveladas por Dios en las tablas. Pero fueron enriquecidas por Jesucristo, dándole una nueva dimensión que promueve los valores humanos, y obliga a cumplirlos porque son el camino necesario para llegar a nuestra meta. “Al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús” Filipenses 3:14.
Los mandamientos NO son opcionales
Los mandamientos no son opcionales, son el camino y la condición para la salvación, ya que resumen y enuncian todos los deberes del hombre para con Dios. Los mandamientos explican la respuesta de amor que el hombre está obligado a dar a Dios formando una unidad en la que transgredir un mandamiento es quebrantar toda la ley.
Ahora, para poder vivir los mandamientos hay que conocerlos, y conocerlos bien:
“por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse; porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios. Por lo cual, desechando toda inmundicia y abundancia de malicia, recibid con mansedumbre la palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas. Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos” Santiago 1:19-22.
A través de predicas cristianas aprendemos que cuando el cumplir uno o varios mandamientos nos cuesta, seguramente es porque hemos dejado la oración, la vida espiritual, y todo aquello que nos relaciona con Dios ya que Él no nos pide imposibles.
“Y habló Dios todas estas palabras, diciendo: Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre. No tendrás dioses ajenos delante de mí. No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, y hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos” Éxodo 20:1-6. Esto lleva como consecuencia la necesidad de vivir la fe, y la esperanza que el Señor nos brinda.
Amar a Dios sobre todas las cosas
El amar a Dios sobre todas las cosas se exterioriza por medio de los actos, que son nuestro testimonio, y por el cumplimiento de los mandamientos.
Amar a Dios es creer, confiar y amar a Dios sobre todas las cosas, es amar a Dios más que a nada en el mundo. Alguna vez se han preguntado si están amando a Dios como un hijo ama a un padre, o si viven para las cosas del mundo.
El primer mandamiento no lo inventó Dios cuando le entregó las tablas a Moisés sino que está en el corazón del hombre desde siempre. Dios puso esta necesidad en el hombre al crearlo a su imagen y semejanza. Por esto le da el mandato al hombre: “Amarás a Dios sobre todas las cosas”. No porque Dios necesite ser amado, sino porque el hombre necesita amar a Dios.
La realidad es que Dios ha muerto para muchos hombres, y si miramos a nuestro alrededor, incluso entre los cristianos. ¿Por qué digo esto?
Digo esto porque vemos que hay personas que no toman en cuenta a Dios antes de tomar una decisión. Vemos que existen muchos no consultan con Él antes de iniciar una actividad. Es fácil encontrar muchos que simplemente no le agradecen la vida y las bendiciones que reciben.
Ateos
La realidad es que la mayoría de la gente, aún algunos que se dicen creyentes, piensan, sueñan, sienten, viven “en ateo”. Es decir, al margen de Dios, olvidándose por completo de Él. Pero esto no significa que haya dejado de ser religioso, ni que ya no sienta la necesidad de creer en algo. Sino que ha sustituido a Dios llenando ese vacío con otras cosas.
El hombre “el ateo” ha sustituido la fe, para creer en el bienestar, y en la comodidad. Ha cambiado la esperanza por la seguridad que le dan sus propias fuerzas, aunque:
“así ha dicho Jehová: Maldito el varón que confía en el hombre, y pone carne por su brazo, y su corazón se aparta de Jehová. Será como la retama en el desierto, y no verá cuando viene el bien, sino que morará en los sequedales en el desierto, en tierra despoblada y deshabitada” Jeremías 17:5-6.
La diversión y en el placer
Cree en la diversión y en el placer, pensando que ahí encontrará la felicidad y le llenará sus deseos de paz, el hombre de este siglo cree en el dinero, y ante él se postra, lucha por él, sueña con él, lo busca, lo ama.
Pero “los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición; porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores” 1 Timoteo 6:9-10.
Sustituir a Dios
Los hombres que caen en el error de sustituir a Dios, los que viven como si Dios no existiera, son aquellos a los que vida no les deja tiempo para las cosas del espíritu y no les permite ni preguntarse sobre el sentido de la vida, ni mirar a la muerte o a su destino eterno, porque viven prisioneros de la acción, la diversión, la música, el ruido, los negocios, el dinero, y la distracción.
No se puede hablar de Dios en una vida de vértigo que no me permite ni siquiera darse cuenta que tiene necesidad de Dios. No se puede tener respuesta a unas preguntas que no ha tenido tiempo de plantearse, porque no han tenido tiempo.
Viven la mitad de su vida pues viven con el cuerpo, y no se dan cuenta de que tienen alma. Llenan su vacío de felicidad con cosas y afanes superficiales, ya que esto acapara todo su tiempo. Al final de su vida se darán cuenta de que vivieron sin creer en Dios, que fueron ateos sin saber que lo eran, aunque estuvieron en la iglesia.
Enriquecernos con Su gracia
Los creyentes sabemos que Dios quiere enriquecernos con su gracia. Sabemos que Dios quiere establecer una relación personal con nosotros. Una relación a la que debemos corresponder, reconociendo que los dones, la vida, la fe, la salvación, y todo lo que poseemos, los recibimos del amor y la bondad de Dios.
Amar a Dios por sobre todo no es creer que las oraciones son mágicas y no se necesita cumplir con todo lo que ese amor nos requiere desde nuestro interior hasta nuestro exterior.
Amar a Dios por sobre todo no es tentarlo con la compraventa de cosas espirituales, cuando muchos oran: Señor, si me curas te prometo…..; Señor, si me das, te prometo….; Señor, si me solucionas el problema, te prometo….
Como cristianos debemos entender que es un hecho que cuando pecamos contra cualquiera de los otros mandamientos, es porque no estamos convencidos del primero, ni lo estamos cumpliendo, ya que si amáramos a Dios sobre todas las cosas, no pecaríamos de ninguna manera.
Un verdadero cristiano
Un verdadero cristiano y que ama a Dios por sobre todas las cosas, es reconocer a Dios como creador y a Jesucristo como salvador; es reconocerlo como Señor y dueño de todo lo que tenemos.
Ser un verdadero cristianos es reconocer mediante la humildad lo poco que somos. Amar a Dios es tenerlo en cuenta en nuestras decisiones, proyectos y problemas. Esto también es adoración, y también alabamos a Dios con estos actos y lo exaltamos.
Como cristianos tenemos que expresar nuestro amor a Dios mostrándonos, y actuando, como verdaderos cristianos, pues:
“vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere, ¿con qué será salada? No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres. Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos” Mateo 5:13-16
Conclusión
Nuestra misión es mostrar a los demás el camino correcto. Demos a conocer al único Dios verdadero, creador del cielo y de la tierra. Enseñemos al mundo que la única solución a las cuestiones fundamentales de la vida, es Jesucristo.
Cuando somos este tipo de cristiano, es porque Dios nos ha liberado del egoísmo. Porque nos ha liberado del pecado y de la idolatría del mundo. Reconocemos que sólo Dios es la respuesta a todas nuestras aspiraciones, y a todos los problemas de nuestra vida.
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