Predicas Cristianas
Predicas Cristianas Predica de Hoy: La caída de la gran Babilonia
Predica Cristiana Texto bíblico: Daniel 5
Introducción
Mientras que estemos este mundo, el Señor nos advirtió que sufriremos persecución. Es verdad que el grado de persecución es igual con todos los cristianos. Realmente, algunos pierden sus vidas por testificar a Cristo, como los cristianos en países musulmanes. Este no es el caso en muchos cristianos en occidente, por lo menos no de la mayoría.
Sin embargo, si en verdad somos cristianos, algún tipo de sufrimiento por Cristo padecemos. Sea que hayamos perdido el trabajo, sea que una pareja nos haya dejado, o sea que hayamos perdido propiedades, eso se considera como persecución. La burla, el escarnio, los gritos, la vergüenza pública, vienen acompañada de nuestra fe. Y debemos admitir que, si usted no está viviendo estas cosas, posiblemente no esté viviendo radicalmente su fe.
Pero el asunto es que, cuando vivimos estas cosas, es muy fácil desanimarnos. Incluso, podemos llegar a dudar de nuestra fe. “¿En qué estaba pensando, cuando decidí seguir al Señor?” “¡Yo no estoy preparado para sufrir así por Él!”.
No obstante, este pasaje nos consuela en esta aflicción. Esta persecución es debido al reino del mal que se opone al reino de la luz. Como enemigos del reino de las tinieblas, su rey y sus soldados, hacen guerra contra nosotros.
Y en evangelio de hoy, veremos lo que Daniel 5 tiene que decirnos sobre la caída del reino del mal.
Análisis del Texto
Contexto
En el contexto del libro de Daniel, Israel se encuentra cautivo bajo el imperio de Babilonia. Nabucodonosor, rey de Babilonia, derrumbó parte de las murallas de Jerusalén y destruyó el Templo. También robó todos los utensilios del Señor que estaban dedicados a la adoración, y se los llevó a Babilonia.
Durante este tiempo, Israel estaba sufriendo como esclavo bajo el poder de un imperio opresor. Todas sus posesiones, sus casas, sus tierras, sus hijos, sus riquezas y su libertad le fueron quitadas por el rey de Babilonia. Estaban débiles, y no podían hacer nada para librarse de este imperio.
Sin embargo, les había prometido liberarlos después de 70 años de esclavitud. Así que, aquí vemos el cumplimiento de la promesa de Dios.
I. El pecado de Belsasar (verss. 1-4).
a. El banquete del rey.
Un día, el rey hizo un gran banquete, e invitó a mil de sus nobles, y todos comieron, y se emborracharon con vino. Cuando un rey hacía banquetes con las personas de alta clase, lo hacía para mostrar la riqueza de su reino y su gloria.
El rey Belsasar hizo un banquete con mil de las personas más importantes de su reino. Les trajo mucha comida hasta quedar saciados, bebieron vino hasta emborracharse, había mujeres, y todos disfrutaban de las riquezas del rey.
b. El sacrilegio del rey.
Entonces, mandó a traer las copas que Nabucodonosor había robado del Templo del Altísimo. Bebió vino en ellas, y dio de beber a todos sus invitados. Todos los poderosos, sus concubinas, y hasta las rameras, tomaron de las copas que estaban dedicadas a la adoración.
El rey quiso humillar a Dios tomando de sus copas. Además, el rey usó estas copas dedicadas para la adoración del Señor, para adorar a los dioses de Babilonia (vers. 4). Una persona bien conocida en el Antiguo Testamento sabe cuán celoso es el Señor con los objetos dedicados a su adoración. Nadab y Abiú murieron quemados por ofrecer fuego extraño (Levítico 10:1-2). Y Uza murió por tocar al arca, aun cuando sus intenciones eran buenas (2 Samuel 6:6-7). Algo muy malo estaba sucediendo aquí, y ya el rey vería sus consecuencias.
II. La mano y el miedo del rey (verss. 5-7)
a. La mano en la pared.
Entonces, ocurrió una aparición espeluznante. Una de las paredes de la sala tenía muy buena iluminación porque estaba al lado del candelabro, y era blanca. Mientras que el rey bebía vino, vio claramente que en esa pared apareció una mano de hombre. Esta empezó a escribir con su dedo, poco a poco unas cosas en la pared.
“El rey palideció, y sus pensamientos lo turbaron, y se debilitaron sus lomos, y sus rodillas daban la una contra la otra” (vers. 6).
Literalmente lo que el narrador describe es que el rey tuvo mucho miedo. Se puso pálido del susto, y comenzó a pensar cosas aterradoras de esta aparición, haciendo que sus pensamientos lo turbaran más. La frase “se debilitaron sus lomos” es una forma de decir que se le metió el rabo entre las piernas. Y la expresión “sus rodillas daban la una contra la otra” significa que las piernas empezaron a temblarle del miedo. El rey estaba totalmente espantado por la aparición de esta mano.
b. La acción del rey.
Asustado, el rey quería entender qué estaba sucediendo y por qué. Entonces, mandó a traer a todos los sabios y hechiceros de babilonia. Pero literalmente, el texto dice que “el rey gritó en alta voz”. Este, sin duda alguna, fue un susto de espanto. El rey orgulloso y soberbio que se burlaba del Dios de los hebreos, ahora estaba asustado, como una asustada.
Sin embargo, aunque todos los sabios, doctos y hechiceros de Babilonia vinieron, ninguno pudo descifrar lo que decía el escrito. Ninguno tuvo la capacidad para saber lo que estaba sucediendo aquí. Esto hizo que el rey se turbará aun más.
III. La interpretación de Daniel (verss. 10-31)
a. Daniel es llamado.
La reina entró al lugar del evento, y prepuso al rey que trajeran a Daniel. El rey aceptó, y Daniel se presentó ante él. Este si fue capaz de interpretar lo que estaba sucediendo, y las palabras en la pared (verss. 5:17-24).
Las palabras que estaban en la pared decían: MENE, MENE, TÉQUEL, y UPARSIN.
1. MENE
Según Daniel, MENE significa: Dios ha contado los días del reino de Su Majestad, y les ha puesto un límite. MENE es una palabra que suena muy parecido a la palabra aramea: Menah, que significa contar. Con esta palabra, lo que Dios estaba queriendo decir es que el reinado de Belsasar se acabaría, llegaría a su fin.
Esta palabra se repite dos veces. Esto da un énfasis en la veracidad y en la prontitud de esta profecía. Tan pronto, que esa misma noche, Darío el medo entró al reino, mató a Belsasar, se apoderó del reino. Y así Babilonia cayó.
2. TÉQUEL.
Significa pesar, medir en la balanza. La interpretación de esta palabra es que: «Su Majestad ha sido puesto en la balanza, y no pesa lo que debería pesar» (vers. 27). Dios examinó las obras de Belsasar, y no pasó la prueba. Se halló culpable por desobedecer los mandamientos de Dios. Pero especialmente, por no reconocer el reinado del Dios Altísimo.
3. UPARSIN
PARSI suena parecido a la palabra hebrea Paras, que significa dividir. Su interpretación es que: «El reino de Su Majestad se ha dividido, y ha sido entregado a medos y persas.» Dios promete quitarle el reino a los Babilonios, y dárselo a los Medos y a los Persas. Eso pasó en esa noche.
Conclusiones
a. Todo reino que no reconozca a Yahvé como el Dios Altísimo caerá.
Al ver lo sucedido, los historiadores dirían que la causa de la caída de Babilonia fue por asuntos políticos. Quizá por debilidades del reino de Belsasar, o por la fuerza militar de los Medos y los Persas. Pero la Escritura nos dice en este pasaje, que la verdadera razón de la caída de Babilonia es que Belsasar se opuso a Dios, y como consecuencia, sufrió su castigo.
En Apocalipsis 18, Dios promete que la gran Babilonia caerá. En aquel momento, Israel sufría a mano de un imperio perverso e inicuo. Pero hoy el reino de las tinieblas nos persigue y nos oprime. Sin embargo, Dios promete que esa ramera, la gran babilonia, será destruida. Parece muy poderosa como Babilonia el imperio, pero el poder de Dios y de Cristo caerá.
b. La liberación del reino opresor es la esperanza del pueblo de Dios.
Cuando Dios derrota a Babilonia también libera al pueblo de Israel de la esclavitud. Es después de la caída de Babilonia descrita en este pasaje que vuelven a Jerusalén y reconstruyen el templo y las murallas. La caída de Babilonia fue la salvación del pueblo de Dios.
La caída de la gran Babilonia representa un consuelo para el pueblo de Dios. Porque en el mismo momento en que nuestros enemigos sean destruidos por Dios, en ese mismo momento Dios nos dará la salvación. El castigo y la salvación vendrán un mismo día.
Aplicaciones
a. No te desanimes si el mundo te hace sufrir.
Amado hermano, no dejes que la persecución del mundo te haga decaer. Si otros se burlan de ti, te utilizan, o te desprecian, no desmayes. Recuerda que el Señor Dios es quien sostiene en tu tribulación. Daniel y el pueblo de Israel fueron preservados por Dios en Babilonia. Dios también puede preservarte a ti.
b. Espera fielmente la venganza de Dios.
Por otro lado, espera fielmente la venganza de Dios. Nosotros no debemos tomar venganza por nuestra propia mano, sino que debemos confiar en que Él hará justicia (Romanos 12:19). El reino del mal parece avanzar, y parece tener victoria. Y nosotros somos exprimidos al máximo en el proceso. Sin embargo, en algún momento nuestros enemigos serán destruidos por la ira de Dios. Allí debe estar nuestra esperanza.
c. Mantente fiel a sus mandamientos.
Por último, mantente fiel al Señor Dios. Recuerda que el reino de las tinieblas ha caído por su maldad y oposición a Dios. Porque no adora al Dios Altísimo. Por tanto, no te dejes seducir por Babilonia. Mantente fiel siempre al Señor, no apartes nunca de sus mandamientos. ¡Espera su salvación!
Por tanto, en evangelio de hoy, hemos aprendido mucho sobre el reino de nuestro Dios y Señor Jesucristo. Su reino es invencible y permanecerá para siempre. Y todos sus enemigos serán finalmente derrotados. Ni siquiera Babilonia puede contra él.
© José R. Hernández. Todos los derechos reservados.