Depósitos de bendiciones de Dios

Luis Alberto Coria

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Los depósitos de bendiciones de Dios

Descubre en esta predica cristiana escrita cómo abrir los depósitos de bendiciones de Dios a través de la fe, la obediencia y la humildad. Aprende cómo las acciones terrenas conectan con las promesas divinas para transformar tu vida según Su Palabra.

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Predicas Cristianas Prédica de Hoy: Los depósitos de bendiciones de Dios

Predica Cristiana Lectura Bíblica: 2 Timoteo 1:12-13

Los cristianos, al igual que muchos que solo le conocen de oídas, están siempre expectantes esperando recibir las bendiciones de Dios pues todos saben de Su amor por la humanidad, y en función de esto es que aprenden de memoria y tienen siempre presente la voz del Señor diciendo: “Abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabundeMalaquías 3:10b.

Lo que muchas veces se deja de lado es la acción o significado de la primera parte de este versículo donde dice: “Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa3:10a, y observe que hable de la acción o significado de esta primera parte, sin referirme específicamente al diezmo o las primicias pues en esta ocasión no hablaré de esta llave de las bendiciones económicas y que para la gloria del Señor son muchos los que la han aprendido a usar y a consecuencia de esto las bendiciones se derraman sobre sus vidas en forma permanente.

De lo que se trata es de la acción previa al derramamiento de las bendiciones, de una acción de parte nuestra, una acción humana y que debemos llevar a cabo acá en la tierra, en este tiempo presente, y de no quedarnos esperando sin hacer nada que las bendiciones lluevan del cielo como por arte de magia; si queremos recibir las bendiciones de Dios es necesario abrir sus depósitos celestiales mediante nuestras acciones terrenas, y entonces si que veremos Su Gloria sobreabundando en nuestras vidas.

Leamos ahora la Palabra de Dios en 2 Timoteo 1:12-13Por lo cual asimismo padezco esto; pero no me avergüenzo, porque yo sé a quién he creído, y estoy seguro que es poderoso para guardar mi depósito para aquel día. Retén la forma de las sanas palabras que de mí oíste, en la fe y amor que es en Cristo Jesús”.

Humanamente no estamos en condiciones de elegir el momento de nuestro nacimiento, a nuestros padres, hermanos o parientes como tampoco podemos escoger el tener un determinado aspecto físico, pero lo que si podemos escoger es lo referente a nuestra vida espiritual desde el mismo nacimiento, para lo cual debemos abrir los depósitos de Dios, pero en este primer paso no es para recibir sino para depositar en ellos nuestra fe, nuestra seguridad y convicción de que a partir de esta acción nuestra, el depósito de nuestra fe, comenzaremos a recibir bendiciones; y de hecho que esto ocurre así puesto que desde el mismo momento en que depositamos nuestras fe en Dios recibimos la vida eterna que Su Hijo, nuestro amado Jesús, vino a dar a la humanidad a través de su sacrificio en la cruz, “Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados. Pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo, en su venida1 Corintios 15:22-23.

Y algo en lo que debemos destacarnos los cristianos es en no actuar como el mundo lo hace, pues si bien en el mundo no se hace nada sin esperar recompensa, en Cristo depositamos nuestra fe para ser alguien y no para recibir algo; depositamos nuestra fe en Dios no para recibir bendiciones sino para ser sus hijos, es decir, una nueva persona aunque el documento de identidad continúe siendo el mismo, “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo2 Corintios 5:17-18.

El mejor rédito que podemos recibir de nuestro depósito de fe en el Señor es el ser hechos hijos de Dios, porque “a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios” Juan 1:12-13, y “si hijo, también heredero de Dios por medio de CristoGálatas 4:7 y por lo tanto con derechos a abrir los depósitos de Dios y recibir sus mas ricas bendiciones; pero es necesario que asumamos esa nueva identidad de hijos y herederos para ejercer nuestros derechos y también para cumplir con nuestras obligaciones, y de ninguna manera actuar en forma incoherente, diciendo ser un hijo/a de Dios que espera abrir los depósitos de Dios pero que continúa con la vieja vida plena de pecados y rebeldías; si te ves como un hijo de Dios, nacido en Cristo y con derechos, debes actuar en consecuencia y ser obediente a sus mandamientos para entonces comenzar a vivir en la victoria que Cristo te da y gozar de sus bendiciones, pudiendo entonces decir como el salmista: “Me acordé en la noche de tu nombre, oh Jehová, Y guardé tu ley. Estas bendiciones tuve Porque guardé tus mandamientosSalmo 119:55-56.

El diablo tratará siempre y de muchas maneras de desvirtuar tu nueva identidad, “Porque muchos engañadores han salido por el mundo, que no confiesan que Jesucristo ha venido en carne. Quien esto hace es el engañador y el anticristo. Mirad por vosotros mismos, para que no perdáis el fruto de vuestro trabajo, sino que recibáis galardón completo2 Juan :7-8, y por esto es que debemos perseverar en la sana doctrina de Cristo, pues “el que persevera en la doctrina de Cristo, ése sí tiene al Padre y al Hijo. Si alguno viene a vosotros, y no trae esta doctrina, no lo recibáis en casa, ni le digáis: ¡Bienvenido! Porque el que le dice: ¡Bienvenido! participa en sus malas obras2 Juan :9-11, y si tienes al Padre y al Hijo también tienes el derecho de abrir los depósitos de Dios y recibir sus bendiciones.

Desde el mismo momento en que depositaste tu fe en Dios y recibiste a Jesús en tu corazón como Señor y Salvador, Él te justificó, “Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo; por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de DiosRomanos 5:1-2, y te transformó en esa nueva criatura que eres como hijo de Dios, lavado de pecados por Su sangre, y con la obligación de anular en tu vida toda acción o influjo de la carne que te llevaba a funcionar independiente de Dios y mirando tus propios intereses, “Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden; y los que viven según la carne no pueden agradar a DiosRomanos 8:7-8,

Así que, hermanos, deudores somos, no a la carne, para que vivamos conforme a la carne; porque si vivís conforme a la carne, moriréis; mas si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréisRomanos 8:12-13.

La realidad es que los cristianos fuimos escogidos para ser poderosos motores del evangelio en la tierra, máquinas poderosas en Cristo para destruir las maquinaciones que el diablo lleva adelante para impedir que la humanidad reciba las bendiciones de Dios, “Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne; porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo, y estando prontos para castigar toda desobediencia, cuando vuestra obediencia sea perfecta2 Corintios 10:3-6, pero también es una realidad el hecho de que para llevar a cabo nuestra tarea es necesario contar con la fuerza necesaria de Cristo en nuestra vida, y para esto es que debemos llegar a los depósitos de Dios, abrirlos, alimentarnos y recibir sus bendiciones.

Dios escogió un remanente al cual pertenecemos tu, yo y todos los que verdaderamente le aman y emplean cada día la llave de sus riquezas, que es la obediencia a su voz y mandamientos; éstos son saciados de la abundancia de los depósitos de Dios, son los que viven en una plena vida espiritual, cumplen con el propósito de Dios para sus vidas y luchan por sus bendiciones; la obediencia y la humildad de corazón son la llave para liberar esas bendiciones, “Por tanto, pondréis estas mis palabras en vuestro corazón y en vuestra alma, y las ataréis como señal en vuestra mano, y serán por frontales entre vuestros ojos. Y las enseñaréis a vuestros hijosDeuteronomio 11:18.

Moisés entregaba a su pueblo esta llave, la misma que hoy nos entrega el Señor a cada uno de nosotros acompañada de las instrucciones para que abramos sus depósitos y nos aseguremos que nuestro corazón esté verdaderamente lleno de la Palabra de Dios, lo cual hará que el cumplir con ella no nos resulte una carga sino el gozo del deber cumplido y la seguridad de lo que esperamos; el corazón lleno de la Palabra nos hace hacedores de la misma, Santiago 1:22-25, y nos llena de fe, Hebreos 11:1; oremos para que nuestra mirada permanezca siempre en el Señor, Hebreos 12:1-2, y en la Palabra de Dios a fin de tener siempre presente todos sus mandamientos; y que ese pequeño órgano que es la lengua, Santiago 3:9-10, sea empleado para hablar del Señor y sus maravillas, para predicar la Santa Palabra de Dios, y no para criticar, juzgar, murmurar o producir divisiones en el Cuerpo de Cristo; pero dominar la lengua es una obligación que solamente la podremos cumplir cuando nuestro corazón esté lleno del amor y la Palabra de Dios, “Porque de la abundancia del corazón habla la boca. El hombre bueno, del buen tesoro del corazón saca buenas cosas; y el hombre malo, del mal tesoro saca malas cosasMateo 12:34-35.

Seguramente que muchos están imaginando un tremendo depósito en el tercer cielo custodiado por ángeles y arcángeles, en cuya puerta hay una cerradura enorme que hace que no se pueda abrir con facilidad ya que en principio no es fácil acceder a las bendiciones el Señor; déjame decirte que puede que esto sea así, y digo puede porque no lo podemos asegurar, o al menos yo no puedo hacerlo, pero lo que si puedo decirte es que el Señor ha puesto en tus manos acá en la tierra sesenta y seis pequeños pero tremendo depósitos llenos de alimento espiritual y bendiciones.

Éstos depósitos que están a tu disposición, que puedes ver su contenido, pero que para abrirlos y recibir lo que en ellos hay debes accionar la llave de la obediencia y humildad, son los sesenta y seis libros de la Biblia que esta en tus manos y que muchos consideran como un libro más; abre los depósitos de Dios y verás cuantas bendiciones y maravillas encuentras en ellos, ¡¡Y SON PARA TI¡¡, porque tu eres un hijo de Dios y merecedor de sus promesas, “Solamente esfuérzate y sé muy valiente, para cuidar de hacer conforme a toda la ley que mi siervo Moisés te mandó; no te apartes de ella ni a diestra ni a siniestra, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendas. Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien” Josué 1:7-8.

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Luis Alberto Coria
Autor
Luis Alberto Coria
Mi nombre es Luis Alberto Coria, soy un Pastor jubilado. Estoy casado con Nora Griselda Correa; tenemos cuatro hijos. Tuvimos una iglesia en Córdoba, Argentina, que formaba parte del ministerio El Nuevo Pacto. Somos fieles seguidores de la palabra de Dios.

1 comentario en «Depósitos de bendiciones de Dios»

  1. Pastor Coria pero que sabiduría tiene usted, de verdad que su sabiduría es de inspiración Divina, cada vez que sube sus temas no podemos menos que alabar a Dios gozarnos y nuestro corazón se vuelve a Dios con todas las fuerzas, usted es un elegido de Dios y sus predicas nos llenan de luz

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