Buscar a Dios

Luis Alberto Coria

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Buscar a Dios desde temprano en la vida

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Prédica Cristiana Predica de Hoy: Buscar a Dios desde temprano en la vida

Introducción:

Buscar a Dios desde temprano en la vida

Estamos próximos a comenzar un año nuevo, y pensando en esto viene a mi mente un dicho muy común para los fines de año: “Año nuevo, vida nueva”; si bien es un dicho del mundo, son demasiados los cristianos que lo repiten y pretenden llevar a cabo cada nuevo año, sin tener en cuenta que estando en Cristo la nueva vida comenzó al recibirle en nuestro corazón como Señor y Salvador, entonces “las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. Y todo esto proviene de Dios” 2 Corintios 5:17-18.

El tema es que hay muchos cristianos que pretenden aplicar la gran excusa de las dietas, del dejar de fumar o beber: El lunes empiezo, solo que en el caso de estos cristianos dicen: Este año que comienza me convierto de verdad y comienzo a servir al Señor, me transformaré en esa nueva criatura que Dios quiere que sea, año nuevo vida nueva; y como en la dieta, en el dejar de fumar o beber, parece que nunca llega el momento de tomar la decisión.

Leamos la Palabra de Dios: Buscar a Dios

Eclesiastés 8:1-9 “¿Quién como el sabio? ¿y quién como el que sabe la declaración de las cosas? La sabiduría del hombre ilumina su rostro, y la tosquedad de su semblante se mudará. Te aconsejo que guardes el mandamiento del rey y la palabra del juramento de Dios. No te apresures a irte de su presencia, ni en cosa mala persistas; porque él hará todo lo que quiere. Pues la palabra del rey es con potestad, ¿y quién le dirá: ¿Qué haces? El que guarda el mandamiento no experimentará mal; y el corazón del sabio discierne el tiempo y el juicio. Porque para todo lo que quisieres hay tiempo y juicio; porque el mal del hombre es grande sobre él; pues no sabe lo que ha de ser; y el cuándo haya de ser, ¿quién se lo enseñará? No hay hombre que tenga potestad sobre el espíritu para retener el espíritu, ni potestad sobre el día de la muerte; y no valen armas en tal guerra, ni la impiedad librará al que la posee. Todo esto he visto, y he puesto mi corazón en todo lo que debajo del sol se hace; hay tiempo en que el hombre se enseñorea del hombre para mal suyo”.

Buscar a Dios

Si examinamos un poco lo que podríamos llamar la sabiduría del mundo, o un enfoque de sentido común de la vida humana, como cristianos seríamos exhortados a dominar las estructuras del poder del mundo en el que vivimos; esa filosofía nos dice que intentemos entender quién es una autoridad y quién no lo es, y entonces hagamos lo correcto para estar en el lado indicado y en el momento oportuno.

Esa es la filosofía del mundo, y es algo que cada uno de nosotros podemos reconocer, ¿no es cierto?, pero también podríamos hallar una conclusión del Señor al respecto: “He visto todas las obras de Dios, que el hombre no puede alcanzar la obra que debajo del sol se hace; por mucho que trabaje el hombre buscándola, no la hallará; aunque diga el sabio que la conoce, no por eso podrá alcanzarla” Eclesiastés 8:17.

El mundo no nos ofrece demasiada esperanza siguiendo su línea de acción, pero si se coloca en el lado indicado y se granjea la simpatía de los poderes que gobiernan, por lo menos le irá bastante bien, aunque no encontrará ninguna de las respuestas sobre la vida y todo le será inútil, ¿no se da usted cuenta?.

Los juicios de valor del mundo no son evidentemente los de los cristianos, y Benjamín Franklin quería significar algo similar al decir que:

“El acostarse temprano y levantarse temprano, hace al hombre rico, sano y sabio, además que un penique ahorrado es un penique ganado”, vemos así que todos llegan a lo mismo mientras que el Señor dice: “Me volví y vi debajo del sol, que ni es de los ligeros la carrera, ni la guerra de los fuertes, ni aun de los sabios el pan, ni de los prudentes las riquezas, ni de los elocuentes el favor; sino que tiempo y ocasión acontecen a todos. Porque el hombre tampoco conoce su tiempo” Eclesiastés 9:11-12.

Estas palabras que provienen de ilustres del mundo tienen una cuota de sabiduría, pero la verdad es que no funcionan ya que cada uno de nosotros hemos visto que en ocasiones que la carrera no la ganaba el más rápido, ni obtenía la victoria en la batalla el más fuerte, ni el pan iba a parar a manos de los sabios o las riquezas en manos de los inteligentes; esto no siempre funciona pues los valores y juicios mundanos no son exactos y acaban también en la muerte:

“Porque el hombre tampoco conoce su tiempo; como los peces que son presos en la mala red, y como las aves que se enredan en lazo, así son enlazados los hijos de los hombres en el tiempo malo, cuando cae de repente sobre ellos” Eclesiastés 9:12.

Deberíamos preguntarnos qué valor tienen entonces los valores humanos, pues el Señor nos exhorta a mantener la discreción en la vida, llenándonos de amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza, pues los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos, Gálatas 5:21-24, saliendo adelante con las indicaciones que Él nos brinda desde Su Palabra; mientras que el mundo nos dice que tratemos de salir delante de la manera que podamos, y esto no es más que una expresión clara del egoísmo imperante en el mundo y que es el motivo fundamental de todo en el.

Mientras que en el mundo dice que el éxito es sencillamente una cuestión de rapidez, sin importar cuantos resultan dañados en ese afán de llegar primero, el Señor nos dice que para poder conseguir algo provechoso en la vida, es necesario trabajar y esforzarnos, entonces, “Por la mañana siembra tu semilla, y a la tarde no dejes reposar tu mano; porque no sabes cuál es lo mejor, si esto o aquello, o si lo uno y lo otro es igualmente bueno” Eclesiastés 11:6.

¿Se da usted cuenta que siempre nos encontramos con lo mismo?

Que la vida, si la vivimos apartados de Dios nos lleva siempre al mismo sitio, a la muerte espiritual; es por esto que debemos buscar a Dios temprano en la vida y no estar esperando que comience un nuevo año para tomar nuestra decisión con seriedad pues no se trata de una dieta, de dejar de fumar o beber sino que se trata de comenzar a vivir realmente como el Señor desea que lo hagamos.

Al llegar a Cristo se debe producir un cambio del punto de vista, debemos reconocer que la vida tiene sentido e importancia cuando Dios ocupa el trono en nuestra vida; esta es la conclusión a la que llega Salomón después de aplicar la sabiduría de Dios y nos dice que debemos marcar el comienzo diciendo: “Alégrate, joven, en tu juventud, y tome placer tu corazón en los días de tu adolescencia; y anda en los caminos de tu corazón y en la vista de tus ojos; pero sabe, que sobre todas estas cosas te juzgará Dios” Eclesiastés 11:9.

No se está refiriendo a ningún castigo que hemos de recibir, sino a un examen que necesitamos hacernos; Dios nos hará pasar por un examen de nuestra vida, pues lo único que tiene que decir el hombre que enfoca la vida sin una verdadera entrega a Dios es esto: “Come, bebe y alégrate porque mañana moriremos y nada nos llevaremos”, es así que “Por el placer se hace el banquete, y el vino alegra a los vivos; y el dinero sirve para todo” Eclesiastés 10:19.

Es práctico ¿verdad?, y además endiablado, ¿entiende?; cuando oímos a la gente hablar de este modo, cuando vemos al hombre materialista pensando y actuando sobre la base “comamos, bebamos, divirtámonos, porque mañana moriremos” no le culpemos porque esta es la conclusión inevitable de cualquier enfoque que elimine a Dios de la vida.

No hay nada más descriptivo del pesimismo ciego del mundo en estas palabras que niegan la gloria de la humanidad y de la existencia, reduciendo al hombre al mismo nivel que un animal y es la declaración más clara de la falta de esperanza que se puede hacer.

Con este concepto, ¿Qué es la vida? Absolutamente nada, algo completamente insignificante, carente de sentido y totalmente inútil, entonces, todo lo que podemos hacer es sacarle el mejor provecho posible, y lo único es comer, beber y divertirse ya que la vida se esfuma como la llama de una vela al llegar al final; el pesimismo total domina la vida de aquellos que viven sin contar con Dios, por lo tanto, tu que eres cristiano:

“Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud, antes que vengan los días malos, y lleguen los años de los cuales digas: No tengo en ellos contentamiento” Eclesiastés 12:1. No dejes pasar los días, no digas el año que comienza buscaré a Dios.

¿Cuál es su consejo final?, “El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre” Eclesiastés 12:13, pero temer a Dios no significa tenerle miedo, sino tenerle un amor respetuoso y obedecerle, “porque esto es el todo del hombre”.

Esto es lo que hace que el hombre esté sano y completo, el secreto esta en entronizar a Dios en los días de la juventud, en comenzar realmente con esa nueva vida que pregonamos. Si quieres hallar el secreto para que el corazón se sienta satisfecho y el espíritu enriquecido, si quieres realizar tu vida conforme a la voluntad que Dios tiene contigo, entonces:

“Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud, antes que vengan los días malos, y lleguen los años de los cuales digas: No tengo en ellos contentamiento” Eclesiastés 12:1

Coloque a Dios en el trono, en el centro de su vida, y descubrirá todo lo que Dios quiere que sea su vida y podrá entonces regocijarse, como dice la Palabra en Proverbios: “Fíate de Jehová de todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, Y él enderezará tus veredas” Proverbios 3:5-6.

Conclusión

La vida nos permite sentirnos realizados solamente cuando entronizamos a Dios en el trono central de nuestra vida y obedecemos a Su gobierno; pero la filosofía comienza, existe y termina en el polvo, y luego para justificarse dice que el polvo es todo, que es lo que se pretendía que fuese la vida, pero todo lo que hallamos es la vanidad y la absoluta insensatez humana, vemos entonces que efectivamente todo es vanidad de hombre a menos que coloquemos a Dios en el centro de nuestra vida.

© Luis Alberto Coria. Todos los derechos reservados.

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Luis Alberto Coria
Autor
Luis Alberto Coria
Mi nombre es Luis Alberto Coria, soy un Pastor jubilado. Estoy casado con Nora Griselda Correa; tenemos cuatro hijos. Tuvimos una iglesia en Córdoba, Argentina, que formaba parte del ministerio El Nuevo Pacto. Somos fieles seguidores de la palabra de Dios.

1 comentario en «Buscar a Dios»

  1. Aleluya aleluya aleluya pastor Coria la verdad que usted tiene una unción muy grande usted es un elegido por Dios para hacer que le gente se vuelva a Dios de las tinieblas a la luz y sabemos que sus predicas van a durar hasta la venida de Nuestro Señor Jesucristo, enseñando a muchas generaciones

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