Creer y Confiar en Dios

Ricardo Hernández

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Predicas Cristianas

Predicas Cristianas Predica de Hoy: Creer y Confiar en Dios

Introducción

Hay mucha gente que asegura creer en Dios, pero lo imaginan como un dios a su manera, o que es un dios que necesita ayuda y por eso tratan de enseñarle lo que debe hacer, y como no tienen la respuesta que esperan, o como directamente no les contesta, se enojan y abandonan el camino.

Si crees que Dios es uno, vas por buen camino, pero eso también lo sabe el diablo, para creer en lo que Él dice es necesario conocerlo leyendo la Biblia pidiéndole que te abra el entendimiento, seguirlo, y obedecerlo con humildad de corazón.

La Biblia nos enseña que creerle a Dios es una de las cosas que a Él más le agrada, si le creemos nos empieza a contar como amigos; creer en Dios es una cosa y creerle a Dios es otra cosa, porque significa que confiamos plenamente en Él, es una relación de confianza y amistad.

Hablando de  Abraham,  nos dice Génesis 15:6Y creyó  a Jehová, y le fue contado por justicia”, y aunque muchos entienden esto en el sentido de creyó en Dios, esto no es así ya que no son expresiones equivalentes; Abraham no estaba aceptando la existencia de Dios, sino que estaba hablando de una fe que cree lo que Dios dice.

Cuando Dios habló a Abraham acerca de su descendencia, Abraham le creyó, y aunque no tenía hijos, creyó que Dios le daría una descendencia; la fe que cree a Dios no se afirma en lo que el hombre es, sino en lo que Dios ha dicho, y que confía plenamente en Dios y se olvida de la impotencia del hombre.

Leamos la Palabra de Dios

Hebreos 13:5-8Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré; de manera que podemos decir confiadamente: El Señor es mi ayudador; no temeré Lo que me pueda hacer el hombre. Acordaos de vuestros pastores, que os hablaron la palabra de Dios; considerad cuál haya sido el resultado de su conducta, e imitad su fe. Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos”.

Creer en Dios

Podemos creer en Dios por las obras de Dios, por eso, como dijo el salmista: “Te alabaré, porque formidables y maravillosas son tus obras; estoy maravillado y mi alma lo sabe muy bienSalmos 139:14, y no necesitamos ir muy lejos para encontrar las obras de Dios, ya que nuestros cuerpos y nuestra vida son una evidencia de que existe un Dios que nos ama con amor eterno, pero a pesar  de  la revelación del Señor dada por medio de las cosas creadas, el Señor decidió entrar en una relación más personal e íntima con el hombre.

La humanidad es religiosa, por lo que todos, ateos o creyentes, hemos tenido alguna vez la idea de Dios, y así como para muchos es suficiente con tener un dios, cualquier dios o varios dioses, se trata de reconocer solo la existencia de un único y verdadero Dios, el Dios eterno, Padre, Hijo y Espíritu Santo, tres personas distintas pero un solo Dios verdadero.

No es suficiente creer en la existencia de Dios

Y no es suficiente creer en la existencia de Dios sino que es necesario creerle a Dios, “tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblanSantiago 2:19, “Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan. Por la fe Noé, cuando fue advertido por Dios acerca de cosas que aún no se veían, con temor preparó el arca en que su casa se salvase; y por esa fe condenó al mundo, y fue hecho heredero de la justicia que viene por la feHebreos 11:6-7, entonces, si vienes a Él debes creer que el Señor está ahí a tu lado, que te puede oír, que te puede perdonar y te puede ayudar, sin dudar aunque no lo puedas ver con tus ojos.

Creer a Dios no es aceptar que existe

Creer a Dios no es aceptar que existe sino aceptar que es la verdad y todo es verdad en Él; para la dignidad de Dios es mayor ofensa hacerle mentiroso no creyendo lo que dice, que ignorar su existencia; le ofenden más quienes dudan de Sus Palabras, que los ateos, pues la incredulidad es abominación para Dios, recuerden que el pueblo de Israel murió en el desierto por su incredulidad, “¿Y a quiénes juró que no entrarían en su reposo, sino a aquellos que desobedecieron? Y vemos que no pudieron entrar a causa de incredulidad” Hebreos 3:18-19.

Creerle a Dios comienza con tener una experiencia personal con ese único Dios pero la experiencia que puede venir solo a través de Jesucristo, ya que “aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdadJuan 1:14, y lo primero para creer en Él es recibirlo.

Lo segundo para creerle a Dios es salir con él del plano material al sobrenatural para recibir Su Palabra y creer que Él no miente, por lo que en este plano, Dios puede revelarte un plan que tenga para con tu vida y debes estar dispuesto a dar todo lo que te pida y creer aun lo que parezca imposible como condicionante para que se haga realidad.

Dios dijo algo a Abraham, y él creyó, lo mismo sucedió en el caso Noé, pues “Por la fe Noé, cuando fue advertido por Dios acerca de cosas que aún no se veían, con temor preparó el arca en que su casa se salvase; y por esa fe condenó al mundo, y fue hecho heredero de la justicia que viene por la feHebreos 11:7, ya que le estaba hablando de cosas que no se veían, y Noé acepto como verdad lo que Dios le dijo y preparó el arca.

Dios se agradó de Noé

Dios se agradó de Noé porque creyó sus palabras y actuó en consecuencia, pues creer no es solo aceptar que Dios dice verdad, sino moverse en la dirección de esa verdad que el Señor nos está marcando creerle a Dios es creer en su testimonio ya que ha dicho muchas cosas en las que espera ser creído, y el principal testimonio que Dios ha dado es el testimonio que ha dado respecto de su Hijo, y que por supuesto espera sea creído.

Así Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia. Sabed, por tanto, que los que son de fe, éstos son hijos de Abraham. Y la Escritura, previendo que Dios había de justificar por la fe a los gentiles, dio de antemano la buena nueva a Abraham, diciendo: En ti serán benditas todas las naciones. De modo que los de la fe son bendecidos con el creyente AbrahamGálatas 3:6-9, pero “¿No ves que la fe actuó juntamente con sus obras, y que la fe se perfeccionó por las obras? Y se cumplió la Escritura que dice: Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia, y fue llamado amigo de DiosSantiago 2:22-23

Es necesario actuar

Así que no es solo afirmar con la boca que se cree sino que es necesario actuar de acuerdo con lo que se cree, por difícil de creer que sea, esta debe ser una fe y un caminar sobrenatural, pero será sobrenatural cuando se crea y se obre, pues “el que creyere y fuere bautizado, será salvo; más el que no creyere, será condenado. Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán” Marcos 16:16-18.

Dios ha dicho refiriéndose a Jesús: “Mientras él aún hablaba, una nube de luz los cubrió; y he aquí una voz desde la nube, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia; a él oídMateo 17:5, también ha dicho que en él está la vida, que para tener vida eterna es necesario tenerlo a Él, “Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo. El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida1 Juan 5:11-12, “Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe. ¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?1 Juan 5:4-5, y el testimonio que Dios dio de su Hijo fue corroborado por los prodigios y milagros que hizo, por lo que no recibir este testimonio de Dios es tenerle por mentiroso ya que “el que no cree a Dios, le ha hecho mentiroso, porque no ha creído en el testimonio que Dios ha dado acerca de su Hijo1 Juan 5:10.

Creer a Dios es creer en su Hijo

Creer a Dios es creer en su Hijo, y creer en su Hijo es creer a Dios quien declara justos a los que creen este testimonio, “por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo JesúsRomanos 3:23-24; esta es la base, pero sin fe es imposible agradarle.

También creerle a Dios implica estar firme en obediencia y echar raíces. Pues como el Señor nos muestra en la parábola del sembrador, “los de sobre la piedra son los que habiendo oído, reciben la palabra con gozo; pero éstos no tienen raíces; creen por algún tiempo, y en el tiempo de la prueba se apartan” Lucas 8:13

Es decir, los que le creen a Dios no son aquellos que llegan a la iglesia unos pocos domingos y luego encuentran el pretexto justo para irse sin importarles nada de lo que Dios hizo por ellos, recuerdan cuando “le salieron al encuentro diez hombres leprosos, los cuales se pararon de lejos y alzaron la voz, diciendo: ¡Jesús, Maestro, ten misericordia de nosotros! Cuando él los vio, les dijo: Id, mostraos a los sacerdotes. Y aconteció que mientras iban, fueron limpiados. Entonces uno de ellos, viendo que había sido sanado, volvió, glorificando a Dios a gran voz, y se postró rostro en tierra a sus pies, dándole gracias” Lucas 17:12-16.

Conclusión

¿Has creído?, “la Escritura dice: Todo aquel que en él creyere, no será avergonzadoRomanos 10:11, por eso, no te canses a pesar de lo que vean tus ojos y lo que te rodee, “por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios. Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar. Porque aún no habéis resistido hasta la sangre, combatiendo contra el pecado; y habéis ya olvidado la exhortación que como a hijos se os dirige, diciendo: Hijo mío, no menosprecies la disciplina del Señor, Ni desmayes cuando eres reprendido por él; Porque el Señor al que ama, disciplina, Y azota a todo el que recibe por hijoHebreos 12:1-6.

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Ricardo Hernandez
Autor
Ricardo Hernández
Soy Ricardo Hernández, un apasionado estudiante de la Palabra que busca inspirar a otros a renovar su mente en Cristo. En un mundo que nos impulsa a conformarnos a sus valores, siento el llamado de guiar a mis hermanos y hermanas a una transformación profunda, basada en la verdad de Dios.

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