Predicas Cristianas
Predicas Cristianas Prédica de Hoy: Dios te llama
Predicas Cristianas Texto Biblico:“Y vino Jehová y se paró, y llamó como las otras veces: ¡Samuel, Samuel! Entonces Samuel dijo: habla, porque tu siervo oye” 1 Samuel 3:10
Introducción
Escuchar la voz de Dios sin duda es algo extraordinario. Samuel antes de convertirse en profeta y escuchar la voz de Dios de diferentes maneras pudo escuchar la voz de Dios durante tres veces en su llamado.
En las sagradas escrituras leemos cómo Dios se comunicó con muchos profetas, por sueños, visiones o hablándoles audiblemente. Pero ¿a quienes hablaba Dios? ¿cómo era la vida de estas personas luego de escuchar la voz de Dios?.
Un encuentro con el Señor no es algo que pase desapercibido en la vida de ninguna persona. Dios transforma vidas y da vida a lo que estaba muerto.
I. La historia de Samuel (1 Samuel 1:1-28)
Es muy conocida la historia de cómo Dios le concedió a Ana un hijo, aun cuando ella era estéril. Ana se postró delante del Señor e hizo una promesa, si Dios le concedía un hijo ella lo entregaría para su servicio. Dios hace el milagro y ella entrega al niño al sacerdote para que ministrara.
Es importante notar como Ana cumple la promesa que le hizo a Dios, Esto le agrada a Él. También es importante notar cómo ella se desprende del niño y lo entrega para el servicio con el sacerdote. Ella sabía que el milagro fue hecho por Dios y a Él le pertenece.
Samuel entonces desde niño empieza a servir a Dios junto con los sacerdotes Elí y sus hijos. Pero los hijos de Elí hicieron lo malo delante de Dios le desagradaron en gran manera.
Dios entonces decide que castigara a Elí y sus hijos y envía un profeta a Elí con la palabra de Dios del castigo que le haría a sus hijos por los pecados cometidos. Pero Samuel, dice la biblia, iba creciendo y era acepto delante de Dios.
Encontramos pues por un lado a personas destinadas para un servicio pero que no hacen lo que es debido y no toman en cuenta a Dios y su palabra. También Elí conociendo el pecado de sus hijos no se los impide.
Por el otro lado está Samuel que de forma humilde servía al Señor. Dios entonces toma una decisión y castiga el pecado, porque Dios no lo puede soportar. Samuel encuentra gracia a los ojos de Dios y decide llamarlo para su servicio en lugar de los hijos de Elí.
II. El llamamiento (1 Samuel 3:1-19)
La biblia dice que no había visión con frecuencia en aquellos días y la palabra de Dios escaseaba. Estando Samuel durmiendo Dios llama a Samuel, este se despierta y acude al sacerdote Elí pensando que él le había llamado. Elí se extraña y le pide a Samuel que vuelva a dormir pues él no le había llamado. Así sucedió dos veces más.
A la tercera vez Elí comprendió que Dios estaba llamando a Samuel y le indico las palabras que debía responderle. Samuel no comprendió que era Dios quien le llamaba pues este tipo de situaciones no ocurrían con frecuencia en aquellos días como indica su palabra. Pero el sacerdote sí lo entendió y le da instrucciones a Samuel.
A la cuarta vez Dios llamó a Samuel y la respuesta que él le da a Dios cambio lo que había ocurrido las otras veces, las palabra de Samuel fueron: “Habla, porque tu siervo oye” (1 Samuel 3:10). Aquí notamos que Samuel muestra con sus palabras una disposición y aceptación de la palabra de Dios y una sumisión ante el Señor.
Dios entonces le da palabra profética a Samuel y manifiesta que hará con Elí y con sus hijos. Le declara estas palabras a Elí y las acepta pues es la voluntad de Dios castigarle por sus pecados y los de sus hijos.
Dios llama a las personas que Él quiere, no se necesita que sean funcionarios, reyes o cualquier otro alto puesto. Dios solo quiere a personas dispuestas a servirle. Jesús llamó pescadores, recaudadores de impuestos y gente común y corriente. Dios no ve lo que ve el hombre, Dios ve el corazón de cada uno.
III. Su crecimiento (1 Samuel 3:19-20)
La biblia dice que Samuel creció y Jehová estaba con él. Dios castigó a los antiguos sacerdotes por su pecado contra Él, en cambio estaba con Samuel, pues este se dispuso a servirle con humildad. Dios se desagrada del corazón altivo, pero ama a las personas humildes de corazón.
Esa es una de las principales características que Dios busca en las personas, que tengan un corazón dispuesto a servirle. No busca fortaleza física o cosas semejantes, primero ve el corazón. Samuel tenía ese corazón y esa voluntad dispuesta a ponerse al servicio de Dios.
También dice este texto que Samuel no dejaba caer a tierra ninguna de las palabras de Dios. Así como manifestó a Elí el castigo que Dios le enviaría, así cumplió con todos los mensajes que Dios le daba.
No importaba lo que Dios le pidiera a Samuel, él lo cumplía tal cual Dios se lo mandaba. Y todo el pueblo conocía a Samuel que era fiel profeta de Dios. No se corrompía ni le quitaba o agregaba a la palabra de Dios. Tal cual Dios decía así Samuel cumplía con su palabra.
IV. En quién se convirtió
Samuel, quien fue un milagro de Dios, se convirtió en el último de los jueces de Israel. El pueblo de Israel pidió un rey y Dios les dio lo que pedía, uno hombre que les gobernara. Las características de ese hombre no las eligió Dios sino el pueblo, ese rey fue Saúl y no reinó mucho tiempo.
En cambio luego Dios busco un rey para su pueblo con las características que Él quería, ese rey fue David y la biblia dice que fue un hombre conforme al corazón de Jehová. Samuel fue quien ungió a Saúl, quien fue puesto por Dios por voluntad del pueblo, pero luego ungió a David, aunque era solo un muchacho. Pero todo lo hizo Samuel por la palabra que Dios le daba. Aunque Saúl aún era rey Samuel ungió a David, no le importaba la autoridad del rey, solo la de Dios.
Todo lo que hacía Samuel era obedecer a Dios, en todo lo que le pedía. Cada palabra que Samuel profetizaba, por voluntad de Dios lo hablaba. Cada acción que hacía, por voluntad de Dios lo hacía.
Samuel fue sacerdote, juez y profeta, porque obedeció a Dios en todo. Y fue conocido, no como sus predecesores, sacerdotes corrompidos, sino como un hombre que obedecía a Dios y hacia lo recto delante de sus ojos.
V. Dios sigue llamando (Jeremías 1:5)
Como a samuel, Dios sigue llamando a personas a su servicio. Dios sigue llamando predicadores, maestros, evangelistas, personas que le sirvan de todo corazón como Samuel. Dios sigue hablando a través de su palabra y quiere que seamos sensibles a su voz. Dios quiere que le sirvamos con humildad y de todo corazón. Dios quiere que, como Samuel, no nos apartemos de su palabra ni de su voluntad ni un poco.
Como a Jeremías, Dios te ha elegido para un propósito especial. Tal vez alguna persona no se sienta especial, pero en las manos de Dios somos una herramienta especial para su gloria. Dios sigue llamando a personas dispuestas a escuchar esa voz de Dios que los impulsa a hacer su voluntad perfecta.
Antes de la fundación del mundo Dios te conoció y te preparó para este tiempo. Dios quiere revelarte su propósito especial en tu vida. Solo necesita que estemos dispuestos como Samuel y le digamos: Habla Señor, tu siervo escucha.
Naciste con un propósito especial. Tal vez Dios te envía a las naciones a predicar. Tal vez Dios te invita a que le alabes con tu canto. Tal vez Dios quiere que seas su profeta. En las manos de Dios no hay límites en lo que Él puede hacer con nuestra vida. No importan nuestros límites, en las manos de Dios no existen. Solo debemos estar dispuestos a servirle.
Hay una frase muy dura, pero tiene mucha verdad: quien no vive para servir, no sirve para vivir. Que nuestro servicio sea a Dios, que toda nuestra vida esté rendida a Él. Que seamos como Samuel totalmente entregados. Y no tengamos miedo de decir lo que Dios nos ha mandado.
No importa a quién sea, si es palabra de Dios debe ser dada, tal como Él la envía. No veamos las características físicas de las personas, ni veamos nuestras propias características. Veamos las características de Dios, Él es Todopoderoso, Omnipresente, Omnisciente, nuestro sanador, Dios fuerte, Padre Eterno. Él es nuestro Dios.
Conclusión
La voz de Dios no se ha apagado, Él sigue llamando. Llama a hombres valientes como Samuel. Dispuestos a hablar la verdad de Dios. Que sean guiados por el Maestro. Que no usen su visión para ver lo que el hombre ve, sino dispuestos a cerrar sus ojos y dejar que Dios los guía a donde Él desea.
La gran pregunta es si estamos dispuestos a escuchar esa voz. Si estamos dispuestos a obedecer a pesar de todo. Si estamos dispuestos a cerrar nuestros ojos y ver con los ojos espirituales que Dios nos de. Si estamos dispuestos a dar su palabra, a cantar sus alabanzas, a escribir sus historias, a lo que sea que Dios nos llame.
Ciertamente tienes un llamado del Señor. Por eso lees estas palabras, porque usa diferentes medios para hablarte. Escucha su voz, obedecele y te llevará a donde Él quiere que estés. Te mostrará su gloria y te llevará de victoria en victoria y de gloria en gloria. Dios cumplirá su propósito en ti.
© José R. Hernández. Todos los derechos reservados.