Predicas Cristianas
Prédica Cristiana Predica de Hoy: El control de la vida
Introducción:
El control de la vida
Durante siglos los hombres han estado buscando el principio alrededor del cual giran la la historia, y desde el amanecer de ella se ha intentado adivinar cuál es ese principio, los filósofos griegos se les ocurrió que la historia se mueve en círculos y hoy hay quien está de acuerdo con este concepto; Aristóteles, dijo que primero surgió un tirano que ejerce el control sobre una nación y gobierna hasta que termina la dinastía, entonces el control se transfiere a una familia de relevante que gobierna y su poder se deteriora hasta que el control pasa al pueblo y esto es lo que se conoce como democracia.
Pero una democracia también sufre un deterioro que produce el colapso del poder y a esto sigue la anarquía; y de la anarquía surge un tirano que de nuevo se apodera del control y así sigue el ciclo de la historia y hallamos que hay mucho de verdad en esta teoría.
Thomas Jefferson consideró que era político, y cuando escribió la Declaración de la Independencia incorporó la idea de que los gobiernos humanos reconocen que a los hombres les han sido concedidos ciertos derechos inalienables y que para conservar estos derechos, se han instituido los gobiernos entre los hombres; él sentía que las fuerzas que dan forma a la historia humana y forman las naciones de la tierra son de naturaleza política.
Marx metió su idea de que la fuerza controladora de la historia era la economía, que es la necesidad de suplir las exigencias materiales lo que da forma a la historia, y esta idea se ha apoderado de tal modo de las mentes de los hombres que por toda la tierra hay millones de personas que sienten que la economía es lo que controla la vida.
Otros han dicho que el principio es sociológico, y es así que un gran número de pensadores dijeron que la evolución da forma a la vida humana; en la actualidad se enseña muchas veces en la escuela que detrás todos los acontecimientos de la historia que dejan constancia los historiadores, hay un principio evolutivo que tiende a elevarse cada vez más, haciendo que la vida sea cada vez mejor.
Estos son algunos conceptos que hallamos en el mundo, pero lo que a nosotros debe importarnos es el concepto de Dios, pues para eso somos cristianos, lo somos porque hemos entendido que quien escribe nuestra historia es el Señor, por esto, leamos la Palabra de Dios.
Salmos 81:11-16 “Pero mi pueblo no oyó mi voz, E Israel no me quiso a mí. Los dejé, por tanto, a la dureza de su corazón; Caminaron en sus propios consejos.¡Oh, si me hubiera oído mi pueblo, Si en mis caminos hubiera andado Israel!. En un momento habría yo derribado a sus enemigos, Y vuelto mi mano contra sus adversarios. Los que aborrecen a Jehová se le habrían sometido, Y el tiempo de ellos sería para siempre. Les sustentaría Dios con lo mejor del trigo, Y con miel de la peña les saciaría”.
Efectivamente la Biblia dice que todos estos conceptos que vimos son equivocados, y muestra que detrás del curso de la historia humana está Dios; el punto fundamental sobre el cual gira la historia es espiritual, es el Espíritu de Dios quien obra a través de los hombres, y no se pueden entender los acontecimientos humanos si primero no reconocemos este hecho.
Una de las declaraciones más significativas que se han escrito en la Biblia y que han oído los hombres fue a lo que Dios le dijo a Noé: “No contenderá mi espíritu con el hombre para siempre” Génesis 6:3, y siempre que se ha hecho esa declaración ha significado que el juicio de Dios estaba cerca; esto es así porque el Espíritu de Dios contiende con el hombre pacientemente limitando el mal de manera que la vida humana continúe.
Dios retiene las fuerzas destructivas de los acontecimientos humanos, pero al final la paciencia de Dios se acaba y llega un momento en el que Dios le dice a una nación o a una persona: “No contenderá mi espíritu con el hombre para siempre”, y cuando Dios deja de lado a su Espíritu, que es la fuerza que controla la vida, todo colapsa y entonces es cuando tienen lugar las catástrofes y su juicio cae sobre la humanidad.
Cuando Joel dijo: “El campo está asolado, se enlutó la tierra; porque el trigo fue destruido, se secó el mosto, se perdió el aceite” Joel 1:10, estaba diciendo: Dios está detrás de este suceso. y luego dice: “Proclamad ayuno, convocad a asamblea; congregad a los ancianos y a todos los moradores de la tierra en la casa de Jehová vuestro Dios, y clamad a Jehová. ¡Ay del día! porque cercano está el día de Jehová, y vendrá como destrucción por el Todopoderoso” vs 14-15.
No fue algo que pasó por casualidad sino que Dios se hallaba detrás, no era un simple capricho de la naturaleza sino que sucedió en obediencia al mandato de Dios que obra por medio de las leyes naturales que gobiernan la vida humana y en esto hallamos una lección: Si aprendemos la lección ahora, nos ahorraremos todos los problemas que nos acontecerán cuando el Señor diga: “No contenderá mi espíritu con el hombre para siempre”, como señal del final de su paciencia y comienzo del juicio.
Joel estaba dejando muy claro que la mano de Dios está permitiendo que sucedan catástrofes como esta para que el pueblo sea consciente de que la vida tiene un fundamento espiritual y no es sencillamente un ciclo de dormir, comer, beber y conseguir el dinero para poder hacerlo ya que detrás de todas las cosas habituales de la vida se encuentra la mano controladora del Espíritu de Dios.
Es necesario que el hombre despierte y asuma el hecho de que Dios le está hablando, que tiene algo que decirle; Dios desea bendecir al hombre, a levantarlo y ponerlo en lo alto, pero el hombre no está dispuesto a escuchar y ese es el problema, y es por esto que Dios nos sacude con algo para obligarnos a escucharle.
¿Le ha hecho Dios algo, mientras estaba viviendo tranquilamente y todo le iba bien, cuando de repente tuvo que tomar conciencia que Dios quería hablarle?; tal vez fue algo terrible, pero necesario para que se diera cuenta de que las cosas no iban tan bien como le parecía, y recién entonces comenzó a prestar atención, dándose cuenta de que había algo que no estaba haciendo tan bien
Dios no se deleita en juzgar y no es eso lo que pretende, no goza nunca teniendo que juzgar a nadie sino que busca un corazón que esté dispuesto a escucharle, a prestarle atención y a abrir la puerta a las bendiciones que Dios desea derramar sobre esa vida; así, para conseguir que esa persona o nación escuche y se vuelva, Dios permite las situaciones difíciles que corrijan su camino de desobediencia, todo lo que el Señor busca es un corazón arrepentido, por eso nos dice: Desgarra tu corazón y no tu vestido, y “Si oyereis hoy su voz, No endurezcáis vuestros corazones” Hebreos 4:7.
Cuando nos damos cuenta de que Dios nos está tratando es fácil pensar: “Por lo menos exteriormente voy a obedecer”, y es increíble que muchos cristianos sean así aún sabiendo que el Señor “discierne los pensamientos y las intenciones del corazón. Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia” Hebreos 4:12-13; ¿Actuó así alguna vez?, se rasgó las vestiduras pero no se rasgó su corazón, sabiendo que Dios estaba diciendo: “No intentes engañarme con lo que haces exteriormente pues no me interesa, no te molestes con actitudes hipócritas pues lo que quiero es ver un corazón contrito y arrepentido”.
Esa es la cuestión, puede que engañemos a otros y hasta nos podemos engañar a nosotros mismos, pero al Señor no lo engañamos, y a menos que nuestro corazón se muestre realmente contrito ante Él, “Y Jehová, solícito por su tierra, perdonará a su pueblo” Joel 2:18; el rasgarse las vestiduras no sirve para nada sin arrepentimiento verdadero.
Cuando existe un verdadero corazón arrepentido y rendido a Él, Dios dice: “Tierra, no temas; alégrate y gózate, porque Jehová hará grandes cosas” Joel 2:21, describe la restauración de la tierra diciendo: “Las eras se llenarán de trigo, y los lagares rebosarán de vino y aceite” vs 24, y además promete: “Os restituiré los años que comió la oruga, el saltón, el revoltón y la langosta, mi gran ejército que envié contra vosotros” vs 25.
¿Sabe usted una cosa? Me convertí en cristiano y es algo maravilloso, pero cuando pienso en todo lo que me he perdido antes de serlo, en los años de mi vida que he derrochado, siento un profundo dolor al recordarlo.
El control de la vida no esta en el dinero
Si hubiera comprendido que el control de la vida no estaba en el dinero, ni en la posición, ni en ninguna otra cosa que en el Señor, hubiera dejado de hacer las cosas que hice y que le desagradaban.
Pero cuando me arrepentí y le entregué mi corazón me dijo: “Hijo, yo os restituiré los años que se comieron las orugas, el saltón, el revoltón y las langostas”, y esa es una promesa hecha por Dios, Él restituirá la improductividad de nuestras vidas cuando nos volvamos a él, y entonces “Comeréis hasta saciaros, y alabaréis el nombre de Jehová vuestro Dios, el cual hizo maravillas con vosotros; y nunca jamás será mi pueblo avergonzado” vs 26, eso fue lo que sucedió en Israel y lo que sucede en cada vida que comprende que el control es de Dios, se arrepiente y se entrega por completo a Él.
Si recordamos el pasaje donde Pedro, el día de Pentecostés, cuando un viento recio visitó a los cristianos que estaban reunidos en el templo y lenguas de fuego aparecieron sobre sus cabezas y empezaron a hablar en lenguas; cuando en ese momento Pedro se puso en pie y guiado por el Espíritu de Dios, les dijo: “Varones judíos, y todos los que habitáis en Jerusalén, esto os sea notorio, y oíd mis palabras. Porque estos no están ebrios, como vosotros suponéis, ……… esto es lo dicho por el profeta Joel” Hechos 2:14-16.
Conclusión
Vemos que el Señor lo dijo en el tiempo de Joel, lo repitió a través de Pedro en el Pentecostés, y hoy te leo Hebreos 4:7 “Si oyereis hoy su voz, No endurezcáis vuestros corazones”.
Pues el Señor te dice: Arrepiéntete, rasga tu corazón y no tus vestidos pues “No contenderá mi espíritu con el hombre para siempre”, “Os restituiré los años que comió la oruga, el saltón, el revoltón y la langosta”, “Las eras se llenarán de trigo, y los lagares rebosarán de vino y aceite” y “Comeréis hasta saciaros, y alabaréis el nombre de Jehová vuestro Dios, ….; y nunca jamás será mi pueblo avergonzado”.
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