Este sermón para predicar te guía en el siguiente paso hacia la prosperidad que Dios ha prometido. Descubre cómo la fe, la obediencia y el esfuerzo te llevarán a alcanzar la tierra de bendición, donde la provisión divina no tiene límites.
Predicas Cristianas
Predicas Cristianas Prédica de Hoy: El paso siguiente
Predica Cristiana Lectura Bíblica: Josué 1:8-9
El domingo pasado comenzamos a transitar el camino de la prosperidad que nos lleva a la tierra que el Señor nos ha prometido. Esa tierra de bendición donde fluye leche y miel, y quienes no estuvieron en el servicio pueden leer el sermón luego y comenzar a caminar también pues la bendición de Dios no es solo para unos pocos sino para todos sus hijos.
Es bueno tomar los testimonios de otros como la imagen que nos aliente hacia nuestra propia prosperidad. Pero debemos tener en cuenta que en las iglesias hay muchos que se conforman con recibir el maná en el desierto. Aquello que les permite seguir viviendo en las mismas condiciones, en vez de aprovechar este alimento para continuar caminando hasta alcanzar la bendición prometida. Cuando el Señor envía el maná, lo hace para suplir la necesidad en la circunstancia, Éxodo 16:1-30, o como lo hiciera con el agua en Horeb, Éxodo 17:1-8. Pero no significa que esa sea la bendición prometida ya que ésta es mucho mayor, y por lo tanto más difícil de alcanzar.
Recuerda que has comenzado a caminar tras una meta, tras un sueño. Y que este debe permanecer siempre en tu mente y depositado sobre los primeros pasos que diste, recordando siempre que “sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan” Hebreos 11:6. Además que “Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve” Hebreos 11:1.
Leamos ahora la Palabra de Dios en Josué 1:8-9. “Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien. Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas”.
El paso siguiente
Los pasos siguientes en nuestro camino hacia la prosperidad están referidos al esfuerzo que debemos realizar para avanzar en nuestro camino. Y también sobre la manera en que debemos emplear y distribuir la provisión que el Señor nos entrega a fin de que la misma no se corte sino que sea ampliada, Éxodo 16:19-24, sabiendo que “poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra” 2 Corintios 9:8.
Puede que muchas veces te hayas preguntado qué es lo que Dios quiere de ti para entregarte sus bendiciones, y la respuesta la hallamos en Levíticos 26:3, donde leemos: “Si anduviereis en mis decretos y guardareis mis mandamientos, y los pusiereis por obra”.
Esto es lo que el Señor pide a sus hijos para poder entregarles sus bendiciones y que reciban la multiplicación al ciento por uno; como todo en las cosas de Dios, los frutos vienen por la obediencia, y la clave de una siembra buena y completa está dada no solo por el conocer lo que debemos hacer, cosa que cualquiera que lea la Biblia puede llegar a saber aunque su destino no sea el cielo precisamente, sino el ponerlo por obra, el cambiar la forma de vivir, pensar y actuar.
El dejar que el Espíritu Santo obre en nosotros a través de esa Escritura que entonces deja de ser un texto muerto, para cobrar vida que se transmite al lector, “porque la letra mata, mas el espíritu vivifica” 2 Corintios 3:6.
Puedo imaginar la alegría que sintieron los israelitas cuando Moisés les dijo que comenzaban a caminar en pos de la tierra prometida y en busca de esas bendiciones que Dios había prometido entregarles, pero luego, cuando se le comenzaron a presentar las dificultades, muchos corazones perdieron el gozo y el lugar que éste dejara fue ocupado por los cuestionamientos y la rebeldía.
Es en este punto donde muchos cristianos asumen que el maná es la bendición, es por esos cuestionamientos que hacen a Dios y su propia desobediencia que se auto engañan diciendo que viven bendecidos y prosperados cuando en realidad lo único que están recibiendo es la misericordia del Señor que desea alentarles para que continúen avanzando en su camino hacia la bendición. Se auto engañan creyendo que son los mejores y más obedientes siervos, merecedores de todo reconocimiento y bendición cuando en realidad no son más que rebeldes que desean hacen su propia voluntad.
Debemos entender que ese refrigerio económico que el Señor nos envía muchas veces frente a determinadas circunstancias, no es lo que marca nuestro ingreso a la tierra de bendición, sino que como al pueblo de Israel, ese maná es el que nos permitirá continuar avanzando hasta alcanzar los sueños o visiones que nos alientan cada día y nos marcan la meta que Dios nos propone alcanzar.
Pero la Escritura nos dice que “el maná cesó el día siguiente, desde que comenzaron a comer del fruto de la tierra; y los hijos de Israel nunca más tuvieron maná, sino que comieron de los frutos de la tierra de Canaán aquel año” Josué 5:12, con que podemos ver que cuando estamos en la tierra de bendición no dependemos de la provisión de emergencia sino que comemos del fruto de esa tierra.
Cuando ingresamos a la bendición tenemos el alimento continuo del Señor y es por esto la importancia de saber reinvertir dando a Dios lo que es de Dios, Marcos 12:17, y buscar su voluntad antes de emplear Su provisión divina.
El cuerpo humano para hacer cualquier esfuerzo, como sería el caminar, necesita quemar energía que extrae de los alimentos, y de igual manera para caminar en la senda de la prosperidad divina es necesario que los cristianos quememos energía, energía que por un lado debemos extraerla de la fe y del conocimiento de las promesas y condiciones establecidas en la Palabra de Dios para poder ser bendecidos.
Pero también una muy importante cantidad de esta energía se produce cuando vamos quemando nuestras rebeliones, nuestra autosuficiencia, nuestro egoísmo, nuestra falta de sometimiento al Señor al no dar a Dios lo que Él materialmente nos pide como son nuestras ofrendas, diezmos y primicias, Mateo 22:21, y de la eliminación de todas aquellas cosas que sabemos no resultan agradables a los ojos de Dios, “porque no son los oidores de la ley los justos ante Dios, sino los hacedores de la ley serán justificados” Romanos 2:13.
La duda no proviene de Dios
Sabemos que la duda no proviene de Dios sino del enemigo, y es éste quien se encarga de provocar confusión en el cristiano, una confusión que se torna cada vez mas grave mientras más se aleja el sueño o visión que les alienta, y van cayendo así en la ambigüedad entre Dios y el mundo.
Lo importante en este caso es tomar la decisión de seguir a Cristo a pesar de todo, dejando caer nuestras propias barreras y pensamientos, o las que el enemigo se encarga de sembrar en nosotros a fin de que no continuemos con el camino que el Señor nos ha marcado para llegar a la bendición, ese camino que se basa fundamentalmente en la fe, sujeción y obediencia.
Solamente tu puedes decidir sobre tu destino, solamente tu puedes decidirte por seguir a Cristo y lograr sus mas ricas bendiciones, pero para esto es necesario que te sometas a los mandamientos de Su Palabra sin que te importen los obstáculos que el enemigo o aquellos a quienes él use, te pongan por delante.
Debes saber que el mayor obstáculo para no seguir el camino hacia las bendiciones de Dios está dentro tuyo y es el que te impide amar al Señor por sobre todas las cosas, ya que “Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo” 1 Juan 2:15-16.
Es el que permite que abras tus oídos y sigas a quienes en vez de procurar tu bendición solamente tratan de involucrarte en su propia rebeldía como lo hizo el pueblo de Israel con Aarón, Éxodo 32:1, recuerda que “El hombre malo lisonjea a su prójimo, Y le hace andar por camino no bueno” Proverbios 16:29.
Es el que te acerca a la crítica, a la murmuración, división, burla, desobediencia, etc, y te hace participar de ellas en vez de guardarte del mal, “El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca” Lucas 6:45.
Por ser los últimos tiempos, es frecuente que los cristianos sean sometidos a pruebas que les ahogan sus sueños, entonces comienzan a creer que no es necesario poner el corazón en las cosas del Señor sino que con poner la cabeza es suficiente y es allí en donde pierden el rumbo al olvidar que el cristiano es un todo en cuyo corazón habita el Señor.
Piensa entonces que si no pones tu corazón en el camino de tu prosperidad, tampoco estás poniendo al Señor en ellos, podrás tener el maná para la circunstancia pero no alcanzarás la tierra de bendición permanente.
“Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno, y qué pide Jehová de ti: solamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios” Miqueas 6:8; para que nuestros sueños de prosperidad se hagan realidad es necesario apoyarlos en la fe y en el cumplimiento de todos los mandatos del Señor.
Si hasta ahora tu corazón, y el Señor, han estado ausentes en tus caminos hacia ese sueño de prosperidad, es necesario que te apresures a cambiar, es necesario que te apresures a someterte al Señor y sus mandamientos para que dejes ya de comer del maná para comenzar a disfrutar de las bendiciones que el Señor te ha prometido.
No debes temer que digan que solo eres un interesado materialista y eso te impida lograr tu prosperidad pues los que ingresaron en la tierra prometida fueron los que supieron ver con los ojos de la fe como Josué y Caleb, Números 13:30-33.
Hijos de Dios que supieron poner su corazón sobre la palabra que Dios había hablado para hacer realidad su sueño, y estaban dispuestos a cumplir con todo mandamiento, estaban dispuestos a hacer cualquier sacrificio para alcanzar la tierra prometida pues sabían que el Señor sería quien les respaldaría en la lucha.
Hoy has continuado tu camino hacia la prosperidad divina, has dado algunos pasos adelante y la bendición esta cada vez más cercana, pero también has aprendido que tienes algunas decisiones que tomar, y la primera de éstas depositar tu fe en el Señor creyendo que Él hará todo lo necesario, que te sostendrá en el desierto y te defenderá en la batalla; y la segunda en someter tu corazón a Él en obediencia a todos sus mandamientos y cumplimiento de sus leyes como muestra de sujeción a ese Dios Todopoderoso que te dice:
“Mira, yo he puesto delante de ti hoy la vida y el bien, la muerte y el mal; porque yo te mando hoy que ames a Jehová tu Dios, que andes en sus caminos, y guardes sus mandamientos, sus estatutos y sus decretos, para que vivas y seas multiplicado, y Jehová tu Dios te bendiga en la tierra a la cual entras para tomar posesión de ella” Deuteronomio 30:15-16.
© Luis Alberto Coria. Todos los derechos reservados.
Exelente predica pastor Coria aleluya aleluya de verdad que sus predicas tienen una unción Divina son poderosas nos enciende el espíritu nos llenan de fuego el corazon no deje de subir sus predicas las necesitamos el mundo las necesita, sus predicas son con autoridad Divina