Rompamos el triángulo

Luis Alberto Coria

Updated on:

Rompamos el triángulo

Predicas Cristianas

Prédica Cristiana Predica de Hoy: Rompamos el triángulo

Introducción:

Rompamos el triángulo

Sabemos de la existencia de un mundo real, el mundo físico en el cual vivimos y que lo vemos y percibimos por medio de nuestros cinco sentidos.

Por otro lado, como hemos estudiado en la escuela bíblica, sabemos de la existencia de un mundo espiritual que coexiste con este mundo físico; se trata de un mundo que no percibimos a través de nuestros sentidos pero que tiene una existencia tan real como el otro y es allí donde habita Dios y sus ángeles, pero también allí encontramos a Satanás y sus demonios.

Ambos mundos coexisten e interactúan entre sí, es por esto que podemos hablar con el Señor para que interceda a nuestro favor, podemos pedirle al Padre, y contamos con la fuerza del Espíritu Santo para levantarnos en los momentos en que nuestras fuerzas físicas se agotan; también en esa ínter actuación es que el diablo y sus demonios llegan a afectarnos

Si analizamos la posibilidad de la intersección del mundo espiritual y de la vida real, nos hallaríamos frente a un triángulo isósceles, ¿Se recuerda cual es?, es aquel que tiene dos lados mas largos e iguales, y la base en mas pequeña; se trataría entonces de un triángulo en cuyo vértice superior, y dominando el escenario de la vida, se ubica “El amor de Dios”, mientras que en uno de los vértices inferiores, estaría ubicado “El corazón infiel del hombre”, y en el otro se encontraría “El atractivo engañoso del mundo”.

Leamos la Palabra de Dios

Rompamos el triángulo

Oseas 14:9 “¿Quién es sabio para que entienda esto, y prudente para que lo sepa? Porque los caminos de Jehová son rectos, y los justos andarán por ellos; mas los rebeldes caerán en ellos”.

Rompamos el triángulo

Sabemos que en la Biblia, el Señor, a través de los profetas, ha dejado escritas predicciones asombrosas y para todos los tiempos, pues “envió Jehová a vosotros todos sus siervos los profetas, enviándoles desde temprano y sin cesar; pero no oísteis, ni inclinasteis vuestro oído para escuchar cuando decían: Volveos ahora de vuestro mal camino y de la maldad de vuestras obras, y moraréis en la tierra que os dio Jehová a vosotros y a vuestros padres para siempre; y no vayáis en pos de dioses ajenos, sirviéndoles y adorándoles” Jeremías 25:4-6.

Una de ellas, y que encaja perfectamente con la historia de la vida personal de muchos hijos de Dios, la hallamos cuando Dios dice acerca del pueblo de Israel: “Porque muchos días estarán los hijos de Israel sin rey, sin príncipe, sin sacrificio, sin estatua, sin efod y sin serafines” Oseas 3:4; y la profecía se está cumpliendo en la actualidad.

Son aquellos hijos de Dios que un día, quizás en medio de la emoción o por una actitud puramente almática, se entregan al Señor, pero luego vivirán durante mucho tiempo sin rey, sin que exista un gobierno abierto y de manera reconocida de Cristo en su vida; a causa de la infidelidad de su corazón, han estado y continúan sin rey, sin que nadie más que ellos mismos disfruten del derecho de reinar sobre ellos, por lo que vivirán sin sacrificio.

Se dicen hijos de Dios, y son como los judíos que celebran la Pascua acordándose de la cena instituida en Egipto cuando Israel fue librado de la mano del faraón; Dios le había dicho que cada vez que comiesen la Pascua debían matar un cordero, pero durante dos mil diez años los judíos no han matado nunca a un cordero.

Se dicen cristianos, pero se han convertido en religiosos incapaces de realizar ningún sacrificio por vivir como el Señor nos manda vivir, pues lo que les gobierna la vida son sus propios ídolos, aquellos que ellos mismos han construido en sus corazones, como son el orgullo, la posición social, los bienes materiales, y tantas otras cosas; son éstos los que ocupan un vértice del triángulo a causa de la infidelidad de su corazón, pero cuando estos días lleguen a su fin, “volverán los hijos de Israel, y buscarán a Jehová su Dios, ……; y temerán a Jehová y a su bondad en el fin de los días” vers. 5.

Y encontramos otra profecía muy interesante, y similar a la anterior, y en la cual podríamos visualizar el otro vértice: “Andaré y volveré a mi lugar, hasta que reconozcan su pecado y busquen mi rostro. En su angustia me buscarán. Venid y volvamos a Jehová; porque él arrebató, y nos curará; hirió, y nos vendará. Nos dará vida después de dos días; en el tercer día nos resucitará, y viviremos delante de él. Y conoceremos, y proseguiremos en conocer a Jehová; como el alba está dispuesta su salida, y vendrá a nosotros como la lluvia, como la lluvia tardía y temprana a la tierra” Oseas 5:15-6:3.

Dijimos que el otro vértice estaba ocupado por aquellos que están sumergidos en el atractivo engañoso del mundo, aquél que convierte todo lo malo en bueno, el que hace normal el casamiento homosexual, y aquel que hace ver las cosas del mundo como deseables por sobre las cosas de Dios; se han alejado tanto del amor de Dios que han llegado a perder el contacto con la Palabra de Dios, y adoptado el peligroso principio de hacer lo que estaba bien en sus propios ojos, o lo que creían que estaba bien.

Son muchas las personas que hacen esto cuando saben que algo está mal a los ojos de Dios, algo que de por sí ya es malo, pero resulta igualmente peligroso juzgar por nosotros mismos lo que está bien, pues no tenemos la habilidad necesaria para juzgar como es debido y eso era lo que estaba sucediendo en Israel en el tiempo de Jeremías, y es a quienes se establecen allí para disfrutar de las cosas del mundo, a quienes el Señor les deja que vivan sus miserias personales hasta que reconozcan su pecado y vuelvan a buscar su rostro.

Estos vértices están muy próximos y ambos provienen del mundo material, son los que contienen todo el pecado de la humanidad sin Cristo, y de aquellos que aún siendo cristianos no se someten verdaderamente a su reinado; pero por sobre todo esto hallamos el amor de Dios, que esta siempre allí esperando que el hombre le busque y llene su corazón de él, un amor que sin límites y sin mirar lo que hayas hecho, le llama diciéndote: “Vuelve, …….., a Jehová tu Dios; porque por tu pecado has caído” Oseas 14:1.

La culpa de lo que le sucede a los rebeldes y a los que prefieren las cosas del mundo no la tiene Dios, pues permanece intentando conseguir que ellos comprendan la verdad y lo único que puede aliviar sus dolores es regresar a Él, Dios no nos puede bendecir ni restaurar hasta que no regresemos, y entonces dice:

“Yo los sanaré de su rebelión, los amaré de pura gracia, porque mi ira se apartó de ellos. Yo seré a Israel como rocío: él florecerá como lirio y hundirá sus raíces como el Líbano. Se extenderán sus ramas, su gloria será como la del olivo y perfumará como el Líbano. Volverán a sentarse a su sombra; serán vivificados como el trigo y florecerán como la vid; su olor será como de vino del Líbano” vers. 4-7RV95.

La Biblia nos habla del sufrimiento del hombre a causa de su rebeldía y distanciamiento de Dios, pero al mismo tiempo nos brinda la promesa del gozo del amor restaurado, pues “así dijo Jehová: Si te convirtieres, yo te restauraré, y delante de mí estarás; y si entresacares lo precioso de lo vil, serás como mi boca. Conviértanse ellos a ti, y tú no te conviertas a ellos” Jeremías 15:19.

¿Puede usted ver en esta historia todos los elementos del eterno triángulo?

Tenemos allí a un Dios de amor, “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” Juan 3:16.

Al corazón humano infiel, o “¿No tenemos todos un mismo padre? ¿No nos ha creado un mismo Dios? ¿Por qué, pues, nos portamos deslealmente el uno contra el otro, profanando el pacto de nuestros padres?… Guardaos, pues, en vuestro espíritu, y no seáis desleales” Malaquías 2:10, 16; y el engañoso atractivo del mundo, pero “Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie; sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido” Santiago 1:13-14.

Reconoce esta historia cerca suyo, ¿no es cierto?, en cuántas ocasiones intentamos satisfacernos a nosotros mismos con ídolos engañosos como la propia importancia, la riqueza de cualquier tipo, o el seguir pasándola bien, realmente la del hombre es una ceguera que no sabe distinguir entre la lujuria y el amor.

Intentamos tomar distancia de Dios y ahogar nuestras desgracias en los placeres vacíos del mundo, en la bebida, la droga, en el trabajo o en la vida social, pero tan pronto como creemos haber escapado y haber ido suficientemente lejos, Dios nos dan un golpecito con su amor y nos dice: “Hijo mío, mi nombre y mi naturaleza son amor y debo actuar de acuerdo a lo que soy”, por esto, “He aquí, yo estoy contigo, y te guardaré por dondequiera que fueres, y volveré a traerte a esta tierra; porque no te dejaré hasta que haya hecho lo que te he dicho” Génesis 28:15.

Esta es la historia que muchas veces se repite en la Biblia; Dios se introdujo en Belén en el mercado de esclavos del pecado, donde toda la raza humana estaba siendo vendida en una subasta, prostituyéndose a sí misma y sometiendo su humanidad a una vida inferior, muy lejana de aquella para la cual fue creada, y allí, el Señor Jesús pagó el precio en la cruz y el corazón de Dios mostró su amante deseo de convertir a su pueblo en las personas íntegras que siempre quiso que fuesen.

Conclusión

Dios ha puesto todo, desde el ángulo superior del triángulo ha derramado su amor para que éste sea destruido, y “Acontecerá en aquel tiempo que su carga será quitada de tu hombro, y su yugo de tu cerviz, y el yugo se pudrirá a causa de la unción” Isaías 10:27, pero eres tu quien debe tomar la decisión de dejar las cosas que te alejan del Señor y acercarte a Él.

Y ahora…….., “¿Quién es sabio para que entienda esto, y prudente para que lo sepa? Porque los caminos de Jehová son rectos, y los justos andarán por ellos; mas los rebeldes caerán en ellos”.

© Luis Alberto Coria. Todos los derechos reservados.

Predicas Bíblicas | Predicas Cristianas

Luis Alberto Coria
Autor
Luis Alberto Coria
Mi nombre es Luis Alberto Coria, soy un Pastor jubilado. Estoy casado con Nora Griselda Correa; tenemos cuatro hijos. Tuvimos una iglesia en Córdoba, Argentina, que formaba parte del ministerio El Nuevo Pacto. Somos fieles seguidores de la palabra de Dios.

2 comentarios en «Rompamos el triángulo»

  1. Aleluya aleluya aleluya a cuanto le agradecemos a Dios por usted pastor Coria, está predica también con poder e inspiración Divina: rompamos el triángulo, la verdad la escritura que usted tiene no es de este mundo sino que es una escritura que nos conecta al cielo que bendición es tenerlo

    Responder
  2. Excelente predica pastor Luis Coria la verdad estamos muy contentos con sus predicas tan inspiradas somos muchos los enseñados en sus predicas hemos encontrado el Reino de Dios que felicidad que gozo siga así por favor se lo pedimos

    Responder

Deja un comentario

×