El verdadero creyente

Luis Alberto Coria

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Estudios Biblicos... La adoracion que agrada a Dios

Predicas Cristianas

A lo largo del ministerio vemos que la retroalimentación es fundamental para corregirnos, para aprender, y crecer en cualquier área de la vida, pero para que esto sea efectivo es necesario hallar en nosotros mismos una alimentación que sea objetiva, y no subjetiva, a fin de que nos proporcione un verdadero diagnóstico de la vida espiritual, pues si nos enfocamos en la subjetividad del pensamiento que tenemos, ya sea de la iglesia, de los pastores, o de algún hermano, el diagnóstico será incorrecto y fruto de nuestro propio estado espiritual.

Es por esto que no hay una alimentación más objetiva y de mayor beneficio para nosotros que la que nos proporciona nuestra propia vida, y el que aprende a alimentarse correctamente para hacer un diagnóstico de su propio estado.

Es decir, el que oye lo que el Espíritu le dice de su propia condición, el que recibe la enseñanza, y actúa en consecuencia con el mensaje del Señor, terminará siendo sabio, pues:

el oído que escucha las amonestaciones de la vida, Entre los sabios morará. El que tiene en poco la disciplina menosprecia su alma; Mas el que escucha la corrección tiene entendimientoProverbios 15:31-32.

Leamos ahora la Palabra de Dios en:

 Proverbios 10:17-21Camino a la vida es guardar la instrucción; Pero quien desecha la reprensión, yerra. El que encubre el odio es de labios mentirosos; Y el que propaga calumnia es necio. En las muchas palabras no falta pecado; Mas el que refrena sus labios es prudente. Plata escogida es la lengua del justo; Mas el corazón de los impíos es como nada. Los labios del justo apacientan a muchos, Mas los necios mueren por falta de entendimiento”.

Cuando vemos lo que le acontece a algunos cristianos nos damos cuenta de que la misma vida nos exhorta por nuestra forma errada de vivir; cuando vemos que unos reciben una rápida respuesta a sus peticiones, que crecen espiritualmente, que son prosperados, mientras que a otros parece que se les hubieran cerrado los cielos, que están a punto de recibir una bendición que finalmente no les llega, o reciben una bendición y se les escurre entre los dedos, nos damos cuenta que indudablemente se trata de un llamado de atención de parte del Señor para que presten oído a Su voz y obedezcan sus mandatos.

Ahora, cuando algo de esto sucede en nuestra vida podemos tener dos tipos de actitudes: Oír o no oír la amonestación del Señor, es decir, prestar atención o ignorar el llamado de atención que Dios nos hace a fin de que corrijamos nuestra manera de actuar y de vivir.

Nos damos cuenta entonces que un error puede convertirnos en sabios o en necios, pues si escuchamos el llamado de atención y aprendemos de él, conforme a la Palabra.

Nos convertiremos en sabios, pero si no escuchamos lo que el Señor nos dice, y seguimos haciendo lo que nosotros queremos, como queremos, y continuamos desobedeciendo los mandatos de Dios, nos convertiremos en necios.

Pero también debemos saber que un error no nos condena eternamente, sino que el verdadero problema se presenta con el error es tu forma de actuar frente a ese error, el problema está en la reacción que tienes cuando el error se pone de manifiesto al confrontarte con la Palabra, y el problema se pone grave cuando no recapacitas y corriges lo que es necesario para hacer las cosas como Dios lo ha dejado establecido, dejando de lado tus propios conceptos.

Es por esto que una gran parte de tu futuro estará determinado por el haber oído o no las exhortaciones que la vida te hizo, o te está haciendo en este momento, para que corrijas el rumbo de tu vida cristiana, al haberte apartado de Dios no has aprendido de tu rebelión, o has perdido bendiciones porque no aprendiste de tu negligencia al no cumplir con Dios en lo material.

Si hemos entendido que nuestro presente es consecuencia de nuestro pasado, y que nuestro futuro será fruto de nuestro presente, necesitamos alejar de nuestra vida estos dos comportamientos negativos y evitar sus consecuencias:

porque dos males ha hecho mi pueblo: me dejaron a mí, fuente de agua viva, y cavaron para sí cisternas, cisternas rotas que no retienen aguaJeremías 2:13.

La primera es apartarse de Dios, pues automáticamente estaríamos apartándonos de la fuente, por lo que comenzaríamos a experimentar sequía en todas las áreas; y en esto hay que tener cuidado ya que muchos viven confiados en el agua que creen tener y se olvidan de la fuente; se olvidan que teniendo la fuente, siempre tendrán el agua.

Con esto estamos diciendo que muchos se confían en las bendiciones tomándolas como propias, y se olvidan del que bendice

La realidad es que las bendiciones son de Dios y mientras estando en obediencia siempre seremos bendecidos; de manera que si dejamos de congregarnos nos vendrá el enfriamiento espiritual, el desobedecer su Palabra hará que nos compliquemos la vida, y el dejar de diezmar y ofrendar nos traerá empobrecimiento.

Y lo segundo sería sembrar en una tierra que no es productiva, o cavar cisternas rotas, ya que la cosecha tampoco será productiva; el trabajo de cavar es el mismo, pero la recompensa de hacer la cisterna como corresponde no lo es, por esto debemos ser inteligentes cuando nos toca actuar o decidir en la vida.

Luis Alberto Coria
Autor
Luis Alberto Coria
Mi nombre es Luis Alberto Coria, soy un Pastor jubilado. Estoy casado con Nora Griselda Correa; tenemos cuatro hijos. Tuvimos una iglesia en Córdoba, Argentina, que formaba parte del ministerio El Nuevo Pacto. Somos fieles seguidores de la palabra de Dios.

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