El diablo es un ser vencido y derrotado, Jesucristo lo derroto públicamente en la cruz del Calvario, y nos dio la autoridad para cuando Satanás trate de levantarse en contra nuestra podamos recordarle su lugar. Jesús vino a destruir las obras del diablo (1 Juan 3:8).
Dios nos ha dado nos dejo armas con la cuales luchar en contra del enemigo: Su sangre que nos limpia y nos capacita para vivir una vida de victoria (Apocalipsis 12:10-11).
Nos dejo una armadura completa, la espada que es la palabra de Dios; proclamando su palabra podemos combatir al enemigo, Jesús mismo cuando fue tentado hizo uso de esta. La coraza, el cinto, el calzado y el yelmo también son partes muy importante de esta coraza para nuestra defensa.
Los resultados de participar en la guerra espiritual
Primero, obtenemos beneficios para nuestra vida cristiana, ya que aprendemos ha conocer mas el poder soberano de Dios, crecemos espiritualmente y por lo tanto seremos de bendición a otros. Aprendemos ha usar las armas que se nos ha dejado, nuestra fe aumenta, etc.
Segundo, el que podamos resistir las fuerzas del enemigo hace que el Reino de Dios vaya extendiéndose y penetrando en las áreas que son dominadas por el poder de las tinieblas. Trayendo con nosotros a esos lugares, la paz, el gozo, justicia, el amor, la salvación y la libertad que Jesús vino a traer.
Quiero reiterar una cosa, existen dos ejércitos, el ejército de Dios y el ejército de Satanás. Aunque no lo quieran reconocer, si no están con Dios, están automáticamente con Satanás (Lucas 11:23). Por favor entiendan esto bien claro, el no tomar una decisión en favor de Dios significa que has tomado el lado de Satanás.
Para concluir.
Si te encuentras que estas en el lado de Satanás, que este sintonizado a su frecuencia, es hora de que te pares de tu sillón, tomes el control y te pongas en sintonía con Dios.
La palabra de Dios no cambia, y la victoria final se acerca; de esto no existe duda (Apocalipsis 20:10). Como creyente Dios ha puesto todas las cosas debajo de nuestros pies (Efesios 2:6; 1:20-22).
Mantengámonos firmes, resistiendo, hagamos uso de la autoridad que se nos ha dado en el nombre de Jesús; sabiendo que somos mas que vencedores por medio de nuestro Señor Jesús (Romanos 8:37) sigamos en las filas que avanzan y resisten las fuerzas del enemigo. Conquistemos reinos, naciones, pueblos, barrios, y comunidades en el glorioso nombre de Jesús.
© Jose R. Hernandez. Todos los derechos reservados.
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