Predicas Cristianas

Predicas Cristianas Prédica de Hoy: Hasta donde llegue tu fe

Introducción

En la última reunión hablamos sobre el proyecto original de Dios. Hablamos de finanzas, algunos quizás recibieron el mensaje con un corazón fértil y pronto veremos el fruto produciendo al ciento por uno.

Otros lo recibieron con un corazón semidesértico, pero veremos un fruto al treinta o sesenta por uno según lo rieguen con oración. Y habrá otros que dijeron: Esto no es para mí, yo no creo que ese sea el plan de Dios para mi vida pues yo se manejar mi economía.

Pero en esta mañana quiero decirte que en cualquier área de tu vida, sea la económica, salud, familia, o cualquier otra, llegarás hasta donde llega tu fe.

Dios prueba la fe de sus hijos

Dios prueba la fe de sus hijos para prepararnos para el oportuno socorro. Recuerden Lucas 8:22-25 “Aconteció un día, que entró en una barca con sus discípulos, y les dijo: Pasemos al otro lado del lago. Y partieron. Pero mientras navegaban, él se durmió. Y se desencadenó una tempestad de viento en el lago; y se anegaban y peligraban. Vinieron a él y le despertaron, diciendo: ¡Maestro, Maestro, que perecemos! Despertando él, reprendió al viento y a las olas; y cesaron, y se hizo bonanza. Y les dijo: ¿Dónde está vuestra fe?”.

Esa fe simple y sencilla que no solo cree que Dios existe, sino que también es galardonador de los que le buscan es el ingrediente principal para ser exitosos en la obra del Señor y en todas las áreas de nuestra vida.

Esa fue la razón por la cual Dios mantuvo el pueblo de Israel cuarenta años en el desierto, pues en el desierto aprendemos a depender de Dios, y no de los hombres, y es por eso que algunos pasamos por experiencias duras, ya que ahí Dios prueba la fe de sus hijos, y nos prepara para el oportuno socorro.

Leamos la Palabra de Dios

Santiago 2:14-22 “Hermanos míos, ¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarle? Y si un hermano o una hermana están desnudos, y tienen necesidad del mantenimiento de cada día, y alguno de vosotros les dice: Id en paz, calentaos y saciaos, pero no les dais las cosas que son necesarias para el cuerpo, ¿de qué aprovecha? Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma. Pero alguno dirá: Tú tienes fe, y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras. Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan. ¿Más quieres saber, hombre vano, que la fe sin obras es muerta? ¿No fue justificado por las obras Abraham nuestro padre, cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar? ¿No ves que la fe actuó juntamente con sus obras, y que la fe se perfeccionó por las obras?”.

Un fe falsa

Para no equivocarnos, lo primero que debemos saber es que una fe falsa es la que está basada en las cosas que se ven y se tocan, como el informe que dieron los diez espías enviados a Canaán. O la que tuvieron los israelitas cuando salieron de Egipto.

Esto sucede porque los hombres limitan a Dios dejando que su imaginación, y no la Palabra de Dios, sea su guía. Naaman tenía un concepto propio de Dios, pero la sanidad vino solamente cuando obedeció la Palabra entregada por medio del profeta.

Limitamos a Dios

Muchas veces somos nosotros quienes limitamos a Dios. Limitamos a Dios en nuestra oraciones. Limitamos a Dios cuando pedimos cosas que no necesitamos, y dejamos de pedir lo que el Espíritu nos indica pedir, y que Dios está listo para darnos.

Hay veces que nuestra visión de Dios es tan limitada y nuestro plan tan escaso, que nos olvidamos que el propósito de Dios para con nosotros es más alto de lo que nos podemos imaginar.

“porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová” Isaías 55:8

Nos olvidamos que limitar a Dios significa no dejar que Dios haga por nosotros lo que está listo para hacer si nuestra incredulidad y falta de fe no se lo impidieran. Si Israel hubiese dejado que Dios obrara, hubiesen entrado a la tierra prometida en 40 días y no en 40 años.

Nosotros limitamos a Dios cuando no escuchamos sus consejos cuando nos dice: Éste es el camino no el que estás transitando.

En Mateo 14 leemos cuando Jesús enviando a Sus discípulos a cruzar el mar y Él, después de orar, caminó sobre las aguas para reunirse con ellos. Pero como había tormenta los discípulos tuvieron miedo. Jesús los calmó y Pedro le pidió como prueba que lo llevara hasta Él caminando sobre el agua.

¿Todo iba bien hasta cuándo?

Hasta que tuvo miedo y comenzó a hundirse. El Señor lo rescató, pero lo reprendió porque permitió que su fe se debilitara. Nunca olvides que la fe es lo que necesitas para avanzar en las finanzas, en la familia, el matrimonio, la salud, y en cada área de tu vida.

Pedro obedeció y avanzó, demostró su disposición por salir de la barca y aventurarse a lo desconocido, riesgo que los otros discípulos no se atrevieron a tomar. Como hijos de Dios no debemos permitir que la duda y el miedo nos detengan el avanzar hacia cosas nuevas, desaprovechando las oportunidades que Dios nos da a través de un paso de fe.

Nuestra fe

A los cristianos nos pasa igual, escuchamos la guía e iniciamos algo con fe. Estamos seguros que Dios nos respaldará porque nuestra fe se ha activado, y hemos puesto el nuevo emprendimiento en las manos del Señor. Pero en el camino hay cosas que se oponen y sentimos que nos hundimos. Hay cosas que atacan nuestra fe, y hacen que lo que Dios dijo y te impulsó, caiga en manos del diablo y te arrebate la bendición.

Hoy te pregunto: ¿Dónde está tu fe? Está basada en las promesas de Dios o en tu propio concepto de Dios como Naamán. ¿Estás viviendo a la luz de la Palabra de Dios?  O, ¿Estás haciendo lo que tú quieres? ¿Estará esa fe durante el tiempo de prueba? O ¿te sobrevendrá la angustia igual que a los que viajaban en el barco con Jesús?

Tenemos que orar

Pídele al Señor que te ayude a proteger la Palabra que te dio, y a cuidar la fe que te sostiene en medio del temor. Solamente tú fe en Su Palabra y promesas te llevaran a una mejor vida en esta tierra. El Señor quiere guiarte, quiere ayudarte, y prosperarte. Pero no lo limites, déjate llevar para que puedas disfrutar todo lo que te prometió.

Los discípulos debían llegar al otro lado, a donde había gente necesitada de Dios. Y tú debes tener en cuenta que el plan de Dios no tiene que ver sólo contigo, sino con todos los que ha planeado que bendigas y ayudes.

Cuidar tu fe

Cuidar la fe y la Palabra tiene que ver con tu familia, con tu economía, con tus hermanos, y con todos aquellos que Dios quiere alcanzar a través tuyo. No puedes ver la bendición de manera egoísta, toma un tiempo para escuchar al Señor y lo que desea para tu vida. En ese deseo Él te sostendrá y te llevará al otro lado.

Dios no considera tus emociones, pero sí cuando dejas que las emociones te dominen, “porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra. No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor. El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos” Santiago 1:6-8

Es por esto que en Cristo debemos aprender a manejar nuestros sentimientos y hacer que nuestra fe prevalezca. Pedro dudó por miedo y Jesús le dijo: “Hombre de poca fe, ¿por qué dudasteis?” No le preguntó por qué tuvo miedo, sino por qué permitió que su fe decayera.

Tu fe y Palabra, son la llave

La fe y Palabra, son la llave que le abre las puertas de bendiciones y actúan en conjunto creando el alimento que nos ayuda a crecer espiritualmente para ser prosperado. De manera que para llegar para y recibir las bendiciones que Dios nos ha preparado, debemos cuidar que la fe y la Palabra no se ahoguen en el mar de la duda, o en la cizaña que el enemigo haga crecer en medio de ellas.

Recuerdan la parábola sobre la semilla que cae junto al camino y fue comida para las aves, y otra que cayó entre espinos que la ahogaron, Mateo 13:3-9. Está diciendo que quienes reciben Palabra y no dan fruto es porque no la entendieron a causa de que tienen la mente entenebrecida por la dureza de su corazón y el orgullo.

A Dios debemos acercarnos con el corazón abierto, y dispuesto a entender el mensaje que quiere darnos. No dejando que aquellos que nos rodean ahoguen la Palabra con sus dudas y comentarios que no edifican sino que destruyen.

Hay personas que asisten a la iglesia y dicen: “Gloria a Dios y amén”, pero al preguntarles sobre qué tema predicó el Pastor, no tienen ni idea. Y si quieres llegar a lo que el Señor ha preparado para ti, evita ser esas personas que no dan fruto de fe.

Nuestro Dios es real

Nuestro Dios es real, y todos lo necesitamos, necesitamos sus obras. Abraham tenía una promesa y cuando la obtuvo Dios se la pidió, pero su fe se activó al ser obediente.

Ester sabía respetar la autoridad, trabajo mucho, y cuando activó su fe el Señor la respaldó, y ese es el propósito por el cual hoy Dios nos da esta palabra esperando que actives tu fe.

Conclusión

Ha llegado el tiempo en que superes tus límites activando tu fe, ya que “la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma” Santiago 2:17

Además, el Salmo 2:8 dice: “Pídeme, y te daré por herencia las naciones, Y como posesión tuya los confines de la tierra”.

Si Dios dice que tú serás bendecido, eso hace que esta nación, que tu familia sea bendecida.

Pero la Fe se tiene que demostrar produciendo obras, no estando cómodos solo con congregarnos sino produciendo obras que demuestren nuestra fidelidad a Dios si quieres que el Señor te muestre las obras que hace para ti.

Hoy Dios quiere accionar tu fe, y llenarte de sus bendiciones.

© Ricardo Hernandez. Todos los derechos reservados.

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