Jesús es el centro de mi vida | Predicas Cristianas
INTRODUCCIÓN
Desde finales del año pasado hemos estado predicando diversas series de mensajes que nos han ido edificando y preparando para avanzar a los nuevos niveles en que Dios nos quiere levantar, mensajes como el Poder de la oración, el Poder de la adoración, el Poder de una visión generacional, el poder de la siembra y la cosecha, el Poder de la boca, Conociendo mejor al Espíritu Santo y la que acabamos de terminar la semana pasada, acerca de como Conquistar nuestra tierra prometida, y como complemento los que el Señor nos ha dado los miércoles, acerca de la fe en los milagros y acerca del favor de Dios.
Hoy quiero comenzar una nueva serie de mensajes que el Señor puso en mi corazón desde varias semanas atrás y ha llegado el momento de predicarlos, acerca de conocer mejor a Nuestro Señor Jesucristo, por lo que le he pedido a Dios que sea Él con su Santo Espíritu quien me dé denuedo para poder compartirles esta serie de mensajes, que seguro estoy sale del corazón de Dios.
Acompáñeme a la Biblia por favor.
Colosenses 1:15-16 “Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación. 16 Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él.”
Lo que dice esta porción de la escritura es que Jesús es el centro de todo, porque en él, por medio de él y para él fueron creadas todas las cosas, visibles e invisibles, las que hay en los cielos y en la tierra, todo fue creado en él, por él y para él.
Entonces tenemos que entender que nuestra vida forma parte de ese todo, así que nuestra vida también fue creada en él, por él y para él.
Le explico mejor, la semana pasada terminamos de hablar acerca de cómo conquistar los sueños de Dios en nosotros, nuestra tierra prometida, nuestras promesas dadas por Dios en forma de sueños y colocados en nuestro corazón, hoy, a la luz de este versículo, debemos entender que todos esos sueños tienen un origen, tienen un medio para lograrlos y un destinatario final, y este debe ser nuestro Señor Jesucristo, para estar bien alineados con Dios, por cuanto dice que todo fue hecho en Jesús, por medio de Jesús y para Jesús.
De aquí que el mensaje de hoy lleva por título: Jesús es el centro de mi vida.
I. JESÚS RECUPERÓ NUESTRA POSICIÓN
Quiero enseñarle una de las mejores cosas que pasan cuando entendemos que Jesús debe ser el centro de nuestra vida.
Romanos 5:12 y 14 “Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron. … 14 No obstante, reinó la muerte desde Adán hasta Moisés, aun en los que no pecaron a la manera de la transgresión de Adán, el cual es figura del que había de venir.”
Adán era una sombra de Jesús, Dios le dio a Adán todo para reinar pero lo perdió, pero Jesús vendría para recuperar ese reinado. Jesús es el postrer Adán.
Romanos 5:17-19 “Pues si por la transgresión de uno solo reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia.18 Así que, como por la transgresión de uno vino la condenación a todos los hombres, de la misma manera por la justicia de uno vino a todos los hombres la justificación de vida. 19 Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos.”
Adán entregó la cima.
Por la desobediencia de Adán el pecado entró en el hombre y por tanto su condenación. Adán le entregó la cima al diablo, desde donde el diablo atacaría al hombre, a la creación de Dios, dándole así al diablo la ventaja sobre el hombre. Porque de igual manera que dos ejércitos en guerra, ambos buscarán la cima del monte para atacar, porque es más fácil vencer desde la cima que desde abajo, en Adán perdimos la cima.
Jesús la recuperó.
Pero la historia no acabó ahí, ese fue solo el comienzo.
Juan 19:30 “Cuando Jesús hubo tomado el vinagre, dijo: Consumado es. Y habiendo inclinado la cabeza, entregó el espíritu.”
La Versión Internacional dice:
Juan 19:30(a) “Al probar Jesús el vinagre, dijo: —Todo se ha cumplido.” (NVI)
Cuando la Escritura dice que todo fue consumado o todo fue cumplido, lo que está diciendo es que en la cruz del Calvario, Jesús recuperó para nosotros la cima y echó al diablo y a sus huestes abajo, teniendo ahora nosotros la ventaja para poderlo vencer.
Colosenses 2:13-15 “Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados, 14 anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz, 15 y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz.”
El diablo fue bajado de la cima que le arrebató a Adán por su desobediencia a Dios, pero Jesús siendo obediente hasta la muerte y muerte de cruz, la recuperó para nosotros, por eso el, pecado y la tentación no tienen manera de vencerte más.
Orando desde la cima.
Debemos aprender a orar desde la cima y no desde abajo, hoy todavía hay cristianos que siguen orando contra la tentación y el pecado como si el diablo fuera mayor y no es así, Jesús lo venció y junto con él, venció al pecado y a la muerte, así que en vez de estar pensando y diciéndonos: “No debo cometer ese pecado”, debemos ocupar la posición que Jesús ya ganó para nosotros y decir: “Ese pecado ya fue vencido en la cruz”, en vez de orar diciendo “Señor, rompe esta maldición generacional”, debemos orar diciendo “Gracias Señor, porque esta maldición generacional ha sido quitada en la cruz”.
En vez de decir: Señor, santifícame, decimos: Señor, gracias por haberme santificado en Cristo Jesús, en lugar de decir: Líbrame de toda maldad, decimos: Señor, gracias por haberme librado de toda maldad en la cruz del Calvario.
Jesús recuperó nuestra posición de estar en la cima y desde ahí, desde la cima, usted puede defenderse mejor de los ataques de sus enemigos, como lo son, el diablo, la carne y el mundo.
II. DESPIERTE A JESÚS EN SU VIDA
Lucas 8:22-25 “Aconteció un día, que entró en una barca con sus discípulos, y les dijo: Pasemos al otro lado del lago. Y partieron. 23 Pero mientras navegaban, él se durmió. Y se desencadenó una tempestad de viento en el lago; y se anegaban y peligraban. 24 Y vinieron a él y le despertaron, diciendo: ¡Maestro, Maestro, que perecemos! Despertando él, reprendió al viento y a las olas; y cesaron, y se hizo bonanza. 25 Y les dijo: ¿Dónde está vuestra fe? Y atemorizados, se maravillaban, y se decían unos a otros: ¿Quién es éste, que aun a los vientos y a las aguas manda, y le obedecen?”
Nosotros sabemos que Jesucristo vive en nosotros, pues hasta lo declaramos en nuestro aliento de entrada de cada prédica, pero debemos asegurarnos que no esté solo durmiendo.
Este pasaje nos enseña que sin Jesús las circunstancias de la vida se vuelven muy complicadas, si nos alejamos de Jesús o lo tenemos en nosotros pero solo durmiendo, recostado, porque no confiamos en él, no hablamos con él, porque no dependemos de él, nuestra vida será muy difícil, cualquier tempestad va a hundir nuestra barca, nos anegará y nos llenará de temor.
Debemos despertar a Jesús en nosotros, para que sea en él, en quien recarguemos nuestra vida, así las olas y las tempestades de nuestra vida serán calmadas.
La gente tiende a voltear a Jesús hasta que se está ahogando en sus propias fuerzas, talentos, habilidades o relaciones personales.
No se distraiga, ocúpese de Jesús.
Lucas 10:38-42 “Aconteció que yendo de camino, entró en una aldea; y una mujer llamada Marta le recibió en su casa. 39 Esta tenía una hermana que se llamaba María, la cual, sentándose a los pies de Jesús, oía su palabra. 40 Pero Marta se preocupaba con muchos quehaceres, y acercándose, dijo: Señor, ¿no te da cuidado que mi hermana me deje servir sola? Dile, pues, que me ayude. 41 Respondiendo Jesús, le dijo: Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas. 42Pero sólo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada.”
Marta representa a la gente que no tiene tiempo para Jesús, que Jesús no es el centro de su vida, sino solo una parte, tienen a Jesús en su casa, en su vida, si, pero lo tienen dormido o lo tienen sentado en un sillón sin atenderlo mientras viven su apresurada vida ellos solos.
María representa lo que Jesús anhela que suceda en cada casa, en cada vida, en cada iglesia, que él sea el centro de nuestras vidas, que la persona más importante de nuestra vida sea Jesús, que nos deleitemos en hablar con él y en especial en oírlo, antes que en nuestras tareas diarias.
III. COMO HACER DE JESÚS EL CENTRO DE NUESTRA VIDA
Le diré dos formas prácticas de hacer de Jesús el centro de su vida.
a. Lea la palabra de Dios.
Juan 1:1-3 “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. 2 Este era en el principio con Dios. 3 Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho”.
Jesús es el Verbo de Dios. La palabra griega para Verbo es Logos que significa: Palabra, mensaje y enseñanza. Jesús entonces es la Palabra, el mensaje y la enseñanza de Dios, y esa es la Biblia.
Pasa tiempo leyendo su Palabra, porque su Palabra es Jesús. Has de la Biblia tu libro de cabecera, que sea el libro más importante en tu casa, porque cada palabra, cada mensaje y cada enseñanza que recibas en ella, estarás recibiendo a Jesús en tu vida, despierto no dormido en la barca de tu vida.
b. Adore al que está sentado.
Apocalipsis 5:13 “Y a todo lo creado que está en el cielo, y sobre la tierra, y debajo de la tierra, y en el mar, y a todas las cosas que en ellos hay, oí decir: Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos.”
Adore al Padre y al Hijo, al que está sentado en el trono y al Cordero, porque él está sentado a la diestra del trono y merece toda alabanza y honra. Mire, la gloria y el poder ya la tienen y la merecen, pero la alabanza y la honra es una oportunidad para ti y para mí, para alabarle, para adorarle.
Si tú lees su palabra y le adoras de continuo, Jesús se irá haciendo el centro de tu vida y te profetizo algo, tu vida no volverá a ser la misma.
© Luis David Meza. Todos los derechos reservados.
Plenitud en Cristo, Centro Formación, A,C.