Predicas Cristianas
Predicas Cristianas Prédica de Hoy: La fe de Abraham
Lectura Bíblica Inicial: “Porque ¿qué dice la Escritura? Creyó Abraham a Dios, y le fue contado por justicia.” Romanos 4:3
Introducción
Ahora meditaremos en: “La fe de Abraham” El propósito del Padre es que todos sus hijos puedan llegar a moverse en este nivel espiritual, para cumplir el propósito que Él tiene en sus vidas; esta fe es la que genera Dios en algún momento y circunstancia de la vida en las cuales Dios se quiere manifestar a los hombres, a la iglesia, a las naciones; y usa a sus hijos de fe para glorificarse a través de ellos.
La fe de Abraham era una fe inquebrantable, fuerte, firme, que no se deja mover por nada; sino que está viva en el corazón de aquellos hijos de Dios que han sido llamado con propósitos divinos, para cumplir la misión que ha sido por Dios encomendada para ser cumplida aquí en la tierra.
Leamos la palabra de Dios
Hebreos 11:1-3 “Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. Porque por ella alcanzaron buen testimonio los antiguos. Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía”.
Hombres y mujeres de fe
Muchos fueron los grandes hombres y mujeres de fe que prepararon nuestro camino para que anduviéramos en ello; hombres que le dijeron ¡¡Si Señor!! Así caminaron ellos en este camino de salvación, obedeciendo y cumpliendo los mandatos de Dios; muchos de ellos marcan nuestra vida espiritual, por su fe en Dios, por sus experiencias, nos dejan ejemplo con su obediencia y adoración al único Dios vivo, sublime, eterno y glorioso por los siglos de los siglos.
Los hombres y mujeres que tienen un fuerte llamado de Dios, se fortalecen en su palabra, se apoyan en sus promesas, no importando lo que tengan que pasar, esperar, o sufrir, saben que el que les llamó para su servicio les ayudará y los empujará a cumplirlo, le obedecerán y llevarán a El toda la gloria y la alabanza a Su nombre.
Lo concreto de ser usados por Dios con esta clase de fe, es que ha sido engendrada por Dios mismo en los corazones; estos hijos de la fe, mantienen firme y segura las promesas de Dios, esta seguridad es la que hará ver las cosas que no son como si fueran, es mantener presentes las promesas que se esperan, con la convicción que en los cielos fueron establecidas y se concretará aquí en la tierra. 2 Timoteo 1:12 “Por lo cual así mismo padezco esto; pero no me avergüenzo, porque yo sé a quién he creído, y estoy seguro que es poderoso para guardar mi depósito para aquél día”.
Al creer en Dios, en sus promesas, es Dios mismo firmando y sellando un compromiso con sus hijos, lo que Él ha hablado y revelado al corazón, fue engendrado primeramente en Su corazón y desde la eternidad, Marcos 13:31 “El Cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán”.
La fe de Abraham
La fe de Abraham, es la fe que se afirma en el corazón y perdura hasta el cumplimiento de la voluntad de Dios, es la fe verdadera que no duda jamás en las promesas de Dios, Abraham se fortaleció en la espera, el creyó en esperanza contra esperanza; es decir fortalecido en las promesas caminó sin desmayar, mirando aún de lejos la promesa, pero sin dudar que en el tiempo perfecto de Dios la cumpliría.
Los hijos de la fe no ponen su mirada en las circunstancias, saben esperar en Dios, resisten a todos los ataques del enemigo, resisten a las adversidades, a los contratiempos, confían mas allá de lo que pueden ver sus ojos naturales, no le intimida el hombre, los demonios, las circunstancias, ni los problemas, porque su mirada no está puesta en lo que sus ojos ven, sino en lo que en los cielos está preparado para que ellos cumplan, que solo sus ojos espirituales son los que ven la obra completa que Dios les ha revelado para sus vidas; .
Romanos 4:20-22 “Tampoco dudó, por incredulidad, de la promesa de Dios, sino que se fortaleció en la fe, dando gloria a Dios, plenamente convencido de que era también poderoso para hacer todo lo que le había prometido; por lo cual también su fe le fue contada por justicia”.
La paciencia debe hacer su obra completa para el cumplimiento de las promesas de Dios “La paciencia se perfecciona en la espera”
Esperar en Dios y ejercitar la paciencia hasta la concreción de las promesas, no siempre es fácil; la espera, que muchas veces pareciera una eternidad, las luchas, las aflicciones, las pruebas, las burlas que se recibe por decir que Dios se les reveló y les habló y que les dio promesas, hace caer muchas veces la fe, pero Dios les vuelve a levantar con nuevas fuerzas en el poder del Espíritu; afirmando sus promesas en sus corazones, Juan 15:15-16 “Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su Señor; pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os la he dado a conocer. No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y que vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé”.
El tiempo y muchas situaciones contrarias actúan en contra de la fe, en contra de las promesas y el propósito de Dios para estas vidas. Los verdaderos hijos de Abraham, hijos de la fe, se mantienen firmes en lo que Dios ha sellado en la mente y en el corazón de ellos, luchan por la fe, perseveran y esperan en él que les dio las promesas, saben que es fiel para cumplirlas; que ni los vientos, ni lluvias, ni tormentas apagarán la antorcha de la fe ardiendo en sus corazones; Romanos 5: 3-5 “Y no solo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia, , y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza; y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado” .
Hijos de fe como Abraham
Si tu eres un hijo de fe como Abraham, estará mirando con los ojos de la fe el cumplimiento de las promesas de Dios, sabiendo con certeza en el corazón que Dios es eternamente verdadero, que el no cambia, y si permanece fiel a Dios, y a sus promesa de seguro que obtendrá usted la recompensa de su esperanza, puestos los ojos en Jesús (Hebreos 12:1-2); y no bajar los ojos como hizo Pedro al caminar sobre las aguas.
Pedro por dejar de mirar al Señor se hundió, Mateo 14:28-31 “Entonces le respondió Pedro, y dijo: Señor, si eres tu, manda que yo vaya a ti sobre las aguas. Y él dijo: Ven y descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir a Jesús. Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo: ¡Señor, sálvame! Al momento Jesús extendió su mano, asió de él, y le dijo: ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?”
Pedro se asustó al ver la tormenta, comenzó atemorizarse y hundirse; es en esos momentos donde la fe flaquea, se debilita, cuando pareciera que la tormenta les está quitando la paz, el gozo, los sueños de Dios, su palabra, sus promesas.
Así como Pedro clamó pidiendo auxilio al Señor Jesús, y él vino en su pronto auxilio, así vendrá a su vida en los tiempos de pruebas y luchas y extenderá su mano de poder y la sacará en victoria, solo el Señor dice: Jeremías 33:3 “Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tu no conoces”
Tenga fe en el Señor y sus promesas, no tema, no tendrá pérdidas, ni destrucción
Jesús vendrá en su pronto auxilio y lo sacará triunfante de lo más profundo del mar de las aflicciones, Jesús la hará emerger de las aguas, juntamente con las promesas por Dios entregadas. Dios quiere que cada uno de sus hijos le conozcan tal como Él es, Todopoderoso, para Dios no hay nada imposible, Él tiene en lo cielos guardados todos los tesoros para ser derramado sobre sus hijos amados.
Dios, el que rescató a su pueblo del enemigo, de la esclavitud, del pecado y de la muerte, ¿No le podrá rescatar a usted de todas sus aflicciones y tormentos, darle salud a su cuerpo enfermo, no le podrá dar paz en la tormenta, prosperidad en su economía quebrada, fuerzas en la debilidad, no podrá cambiar su tristeza en gozo? ¡Amén, que Si! .
El Padre Santo lo hará, Él busca el bien para todos sus hijos, busca que sus hijos se deleiten y se gocen en el gozo eterno de la salvación. Los estudios biblicos y predicas cristianas nos enseñan que Dios tiene el pleno control de todas las cosas que le acontecen, los planes de Dios son eternos, y el gozo del Padre es revelarse y mostrarle cada día su presencia y su providencia sobre su vida, Isaías 50:7 “Porque el Señor me ayudará, por tanto no me avergoncé; por eso puse mi rostro como pedernal, y sé que no seré avergonzado”.

Busque conocer la mente y el corazón del Padre en intimidad, para que haga conforme a su perfecta voluntad, el Espíritu Santo es quién le revelará todo los misterios de Dios y se lo dará a conocer para que usted cumpla el propósito que Dios tiene con sus vida 1 Corintios 2:9-10 “Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó. Ni han subido al corazón del hombre. Son las que Dios ha preparado para los que les aman. Pero Dios nos la reveló a nosotros por el Espíritu, porque el Espíritu todo lo escudriña, aún lo profundo de Dios”.
Cuando Dios posó su mirada sobre su vida, no vio a una mujer inútil, quebrada, desvalida, sin fuerzas, Dios miró el propósito que Él tiene con su vida, Él se miró así mismo en usted, Él decidió usar su vida para su gloria, Él se comprometió a si mismo en cumplir Su propósito, no por su fuerza, ni obras, no por su capacidad, ni por su inteligencia, ni sus habilidades.
Usted fue escogido, porque Dios sabe lo que él ha depositado en su interior, sabe como Él lo usará y será para Su gloria eterna, su libro de la vida está escrito desde la eternidad, Su Padre Celestial conoce su principio y su final; llegó el tiempo para el cumplimiento de la promesa, ¿Está usted preparado? Esperando con gozo, paz alegría, con cánticos de alabanza, adoración y acción de gracia en su corazón, para cumplir el propósito que el Padre tiene con su vida.
Reciba por el ejemplo de la fe de Abraham, “Una fe verdadera”; las promesas del Padre y cumpla con diligencia, inteligencia, entendimiento y sabiduría del Espíritu todo lo que Su Padre le haya encomendado, Dios es fiel para recompensar su amor, su fe inquebrantable y su fidelidad a Él.
Gloria a Dios, amén.
Reciba en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, todas y las más ricas bendiciones que están preparadas para su vida, su familia, su ministerio, y sobre todo, para sus generaciones venideras, es el anhelo de mi corazón en Cristo Jesús.
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