Predicas Cristianas
Prédica Cristiana Predica de Hoy: La solución
Introducción
Recuerda el pasaje en Malaquías cuando Dios les dice: “¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? En vuestros diezmos y ofrendas”; el Señor les estaba diciendo que toda la nación le está robando y esta usando el dinero con que les ha bendecido para sus propios fines; entonces les daba una solución: “Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto”.
Con frecuencia se toma este versículo del Antiguo Testamento y se usa para establecer una norma legalista en las ofrendas de la iglesia, pero lo cierto es que no siempre el Señor lo toma en este sentido; este versículo fue dirigido a Israel, dentro de los límites del sistema bajo el cual vivía Israel en los tiempos del Antiguo Testamento, pero aún con todo eso el principio sigue siendo justo ya que no debemos nunca tomar todo aquello con lo que Dios nos ha bendecido y usarlo para mejorar nuestra vida sino que lo justo es que al Señor le entreguemos la parte que a Él le corresponde.
Leamos la Palabra de Dios
Éxodo 23:20-26 “He aquí yo envío mi Angel delante de ti para que te guarde en el camino, y te introduzca en el lugar que yo he preparado. Guárdate delante de él, y oye su voz; no le seas rebelde; porque él no perdonará vuestra rebelión, porque mi nombre está en él. Pero si en verdad oyeres su voz e hicieres todo lo que yo te dijere, seré enemigo de tus enemigos, y afligiré a los que te afligieren. Porque mi Angel irá delante de ti, y te llevará a la tierra del amorreo, del heteo, del ferezeo, del cananeo, del heveo y del jebuseo, a los cuales yo haré destruir. No te inclinarás a sus dioses, ni los servirás, ni harás como ellos hacen; antes los destruirás del todo, y quebrarás totalmente sus estatuas. Mas a Jehová vuestro Dios serviréis, y él bendecirá tu pan y tus aguas; y yo quitaré toda enfermedad de en medio de ti. No habrá mujer que aborte, ni estéril en tu tierra; y yo completaré el número de tus días”.
La solución
Y en este día, Dios dice: “Cuando hacéis eso, cuando usas todo con lo que te bendigo para tus cosas, me estáis robando”; me estás robando el derecho a usarlo para avanzar en mi obra ya que para eso es para lo que está el hombre.
Es posible que todos nosotros, como cristianos, seamos muy superficiales en cumplir con nuestras obligaciones religiosas en la iglesia y, sin embargo, podemos llevar una vida en la que lo único que hacemos es ocuparnos de nuestras propias cosas de manera egoísta; y hasta es posible que convirtamos en realidad nuestros propios proyectos y que lleguemos a la cima, pero un día tendremos que estar ante la presencia de aquel que dice: “Durante toda vuestra vida me habéis robado de mi derecho a ser yo mismo en vosotros”.
Esta es la causa del llamamiento del Nuevo Testamento a presentar nuestros cuerpos como sacrificio vivo ante Dios, “Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta” Romanos 12:1-2; para eso es que estamos aquí, para eso hemos sido llamados y cualquier otra cosa que hagamos es robarle a El de su herencia para los santos.
Y el Señor sigue diciéndoles: “…Dijisteis: ¿Qué hemos hablado contra ti? Habéis dicho: Por demás es servir a Dios. ¿Qué aprovecha que guardemos su ley, y que andemos afligidos en presencia de Jehová de los ejércitos?” Malaquías 3:13-14; suena como una frase conocida, parecida a: “Yo he estado intentando servir al Señor, pero hace diez años que soy cristiano y aún no le he sacado ningún provecho”, y esto afianza la filosofía de que Dios existe para el hombre y no el hombre para Dios, lo cual es una blasfemia.
Pero no todos son así pues hay un remanente que vive complaciendo a Dios, y demos gracias a Dios que siempre hay un pequeño grupo de fieles al Señor y que el ojo de Dios siempre les mira, “Entonces los que temían a Jehová hablaron cada uno a su compañero; y Jehová escuchó y oyó, y fue escrito libro de memoria delante de él para los que temen a Jehová, y para los que piensan en su nombre”.
Es a este grupo al que debemos procurar pertenecer ya que es a ellos a quienes les dice: “Serán para mí especial tesoro, ha dicho Jehová de los ejércitos, en el día en que yo actúe; y los perdonaré, como el hombre que perdona a su hijo que le sirve. Entonces os volveréis, y discerniréis la diferencia entre el justo y el malo, entre el que sirve a Dios y el que no le sirve”. (Malaquías 3:13).
Estamos viviendo el tiempo de la apostasía, y fíjese bien las dos cosas que prometen a los que son fieles en el tiempo de la apostasía; cada uno hablaba con su compañero y esto no quiere decir solo que hablaran uno con otro, sino que lo hacían con transparencia y sinceridad, compartiendo el uno con el otro, animándose unos a otros, confesando sus puntos débiles y orando el uno por el otro, permitiendo que los demás vieran exactamente cómo eran.
Ah, eso era a nivel horizontal, es decir, entre los creyentes, pero también estaba el nivel vertical, es decir, pensaban en su nombre que es siempre el gran recurso del pueblo de Dios.
El nombre de Dios representa todo lo que él es, de la misma manera que el nombre de cada uno de nosotros representa lo que somos, y aquellos hombres pensaban en el nombre de Dios; algunos hablan de lo que está mal en la iglesia, analizan sus debilidades y presentan los métodos que servirán para eliminar de la vida cristiana la sangre, el sudor y las lágrimas, llenando todo con soluciones a los problemas de la debilidad de la iglesia que no son en realidad soluciones.
Aquí está la respuesta a la debilidad de la iglesia: “Pensar en su nombre y echar mano de los recursos de Dios”. Podemos eliminar de la iglesia todos sus pilares, sus edificios, sus ayudas, sus programas y todo lo demás, pero si tenemos a un pueblo que se ha acostumbrado a echar mano a los recursos y a apoyarse en el nombre de Dios, no habremos perdido nada y eso es precisamente lo que necesita escuchar una vez más este momento.
Muchas veces se sugiere que lo que necesitamos hacer es usar música popular o rock para ganar las almas de los jóvenes, y seguramente que son muchos los que estarán de acuerdo con esto porque dicen que necesitamos captar el espíritu de la época en la que vivimos y movernos con ella; dicen que necesitamos ser más modernos porque es el elemento que falta, pero no es así, el elemento que falta es Dios, el pensar en su nombre y contar con su poder; la iglesia nunca es más fuerte que cuando en su debilidad depende de los recursos de Dios y avanza dependiendo de Él.
Es necesario que en este tiempo de apostasía aprendamos a pronunciar su nombre y depender de Él:
“Porque he aquí, viene el día ardiente como un horno, y todos los soberbios y todos los que hacen maldad serán estopa; aquel día que vendrá los abrasará, ha dicho Jehová de los ejércitos, y no les dejará ni raíz ni rama. Mas a vosotros los que teméis mi nombre, nacerá el Sol de justicia, y en sus alas traerá salvación; y saldréis, y saltaréis como becerros de la manada” Malaquías 4:1-2, y esa es una causa que tiene dos efectos, saldrá el sol de justicia, que es Cristo, y los que le rechazan serán quemados, pero para aquellos que le reciben, habrá salvación.
Conclusión
Recuerdan versículo el que causó problemas a los discípulos y le dijeron al Señor: “¿Por qué, pues, dicen los escribas que es necesario que Elías venga primero?” Mateo 17:10, y el Señor les responde: “Os digo que Elías ya vino, y no le conocieron”, les dijo claramente que fue Juan el Bautista el que vino “con el espíritu y el poder de Elías, para hacer volver los corazones de los padres a los hijos, y de los rebeldes a la prudencia de los justos, para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto” Lucas 1:17.
Fíjense bien, es significativo que al final de los escritos del Antiguo Testamento, la última palabra sea “maldición”, aunque no es una profecía exacta, sino de una advertencia que comienza diciendo: “Yo os he amado, dice Jehová” Malaquías 1:2, y termina con la advertencia de que si no se recibe el mensaje de amor, el resultado será la destrucción, mientras que el Nuevo Testamento, dejando a un lado el saludo final, termina con el nombre de Jesús, “Amén; sí, ven, Señor Jesús” Apocalipsis 22:20.
Esa es la solución de Dios a la destrucción, es Su solución a la maldición de la ley. Él nos ha redimido de la maldición de la ley haciéndose maldición por causa nuestra, por lo tanto, la solución de Dios es la gracia y el amor que se derrama en y desde nosotros, produciendo aún más bendición, trayéndonos y atrayendo a otros a la luz del conocimiento de Cristo.
Toda la bendición que representa ese nombre, “un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre” Filipenses 2:9-11, ha de ser nuestra y por eso es que la tarea del cristiano es aprender a pensar en su nombre.
© Luis Alberto Coria. Todos los derechos reservados.