Predicas Cristianas
Predicas cristianas predica de hoy: Lo que siembras cosechas
Predicas cristianas lectura bíblica de hoy: “Y les habló muchas cosas por parábolas, diciendo: He aquí, el sembrador salió a sembrar. Y mientras sembraba, parte de la semilla cayó junto al camino , y vinieron las aves y la comieron. Parte cayó en pedregales, donde no había mucha tierra; y brotó pronto, porque no había profundidad de tierra; pero salió el sol y se quemó; y porque no tenía raíz, se secó. Y parte cayó entre espinos, y los espinos crecieron, y la ahogaron. Pero parte cayó en buena tierra, y dio fruto, cual a ciento, cual a sesenta, y cual a treinta por uno. El que tiene oídos para oír oiga”. Mateo 13:3-9
Siembra generosidad y segarás prosperidad
Para sembrar en generosidad debemos conocer el terreno en el cual sembraremos ya que muchos terrenos son estériles y otros fértiles. Muchas veces nos equivocamos porque no trabajamos en buscar la guía de Dios para conocer cuál es su voluntad, y cual es el terreno fértil donde quiere que sembremos nuestras semillas, y cosechemos nuestras ricas bendiciones.
2 Timoteo 2:6 “El labrador, para participar de los frutos, debe trabajar primero”.
Es muy importante trabajar primero para encontrar el terreno indicado en la voluntad y guía de Dios. Debemos buscarlo, conocerlo, investigarlo, probarlo y obtener todos los datos necesarios sobre el terreno a sembrar. Cuando nuestra siembra es en terreno fértil, todo lo que cosechemos será fructífero, dará gran producción, abundancia, bendición, riquezas y prosperidad.
Mientras que si sembramos en terreno pobre, insuficiente y estéril lo único que vamos a cosechar es escasez, miseria, dolor, sufrimiento, pobreza y fraude.
Todo esto nos puede suceder por no haber trabajado correctamente en la búsqueda del terreno a sembrar, y muchos son los dolores y sufrimientos que recibimos por no sembrar en un terreno apto y fructífero para nuestra siembra.
Al sembrar nuestra semilla en el terreno indicado por el Señor, debemos descansar en esa siembra y luego veremos los resultados.
Marcos 4:26-27 “Decía además: así es el reino de Dios, como cuando un hombre hecha semilla en la tierra; y duerme y se levanta, de noche, y de día, y la semilla brota y crece sin que él sepa como”
Entre la siembra y la cosecha existe un tiempo de espera que puede ser horas, días, meses o años según sea la voluntad de Dios. Las predicas cristianas nos enseñan que Dios, en su tiempo, nos volverá la recompensa de nuestro trabajo (1 Corintios 15:58).
Debido a nuestro esfuerzo, y sobre todo nuestra fe y la confianza que hemos puesto al creer en la palabra, Él nos guía a la tierra a sembrar que esta en optimas condiciones de productividad. Las predicas cristianas nos enseñan que con seguridad veremos los frutos abundantes de nuestra cosecha, porque la tierra es buena y provechosa.
Eclesiastés 11:1 “Hecha tu pan sobre las aguas; porque después de muchos días lo hallarás”.
Siembra en buena tierra
Cuando nuestra siembra cayó en buena tierra, tierra de bendición, el sembrado tiene un proceso de bendición y milagro, de prosperidad y multiplicación, la cual disfrutaremos en el tiempo de la cosecha. A través de predicas cristianas aprendemos que nuestra siembra es en el cielo, en el reino de Dios. Cada semilla que sembramos debemos hacerlo en fe sino, no recibiremos las bendiciones.
Cada semilla que sembramos debe morir para dar fruto, cuando la ponemos en las manos de Dios debe inmediatamente morir en nuestro corazón, o sea debemos descansar en la siembra y no desesperarnos en la espera de la bendición.
Esperar en el tiempo de Dios
Esperar en el tiempo de Dios no debe dolernos. No debe dolernos la entrega de las siembra, ni entristecernos. Al contrario, debemos alegrarnos y gozarnos porque nuestra siembra la hemos depositado y está muy bien asegurada en el banco de Dios.
Nuestra siembra está depositada en el cielo, y debemos regarla con nuestras oraciones y acción de gracias. Debemos regar la tierra sembrada hasta el mismo momento de cosecha.
1 Tesalonicenses 5:16-18 “Estad siempre gozosos, Orad sin cesar. Dad gracias a Dios en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús”.
Las predicas cristianas nos enseñan que Dios mismo es quién se encarga de hacer crecer la semilla, y multiplicarla para la cosecha.
Lucas 6:38 “Dad y se pos dará, medida buena, apretada, remecida y rebozando darán en vuestro regazo”.
Conociendo a Dios
Conociendo a Dios, su poder y su grandeza sabemos que sus riquezas son incalculables. Él no usa una máquina de calcular para sacar el interés correspondiente. Dios derrama todas sus bendiciones hasta que sobre y abunde. Dios no es escaso en derramar sus bendiciones ni se tarda en recompensar aquellos que en Él ponen su confianza.
Amados, a Dios no lo podemos burlar, según nuestra siembra así será nuestra cosecha. Muchos quieren cosechar sin sembrar, sin trabajar, sin perseverar, sin esforzarse. Muchos quieren cosechar abundantemente y sin límite, pero cuando se siembra con un corazón mezquino y egoísta, difícilmente se cosechará en la abundancia que Dios quiere bendecir.
2 Corintios 9: 6-8 “Pero esto digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará. Cada uno de cómo propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre”.
La semilla para la próxima siembra
Por último, en nuestra abundante cosecha no debemos olvidar dejar la semilla para la próxima siembra, si queremos seguir cosechando en bendiciones y prosperidad. Tenemos que cuidar que el enemigo no nos engañe, y se coma la cosecha siguiente. Ya que si permitimos ser engañados, y en vez de ir progresando y prosperando en todas nuestras cosechas, iremos de escasez a quiebra, y de fracaso a miseria. Esto no pertenece a los hijos sabios del reino de Dios, o por lo menos no debería serlo.
2 Corintios 9:10 “Y el que da semilla al que siembra, y pan al que come, proveerá y multiplicará vuestra sementera, y aumentará los frutos de vuestra justicia”.
No hay mejor tierra para nuestra siembra, ni mayor cosecha que podamos recibir si no es en el reino de Dios. Es allí donde debemos poner nuestra fe y escoger la mejor parte de la semilla cosechada, para invertir en el reino de los cielos, en el evangelio de hoy, nuestro Señor Jesucristo.
Bendito sea Dios quién nos guía a toda fuente de verdad, muchos son los hombres y mujeres que están siendo guiados para sembrar su dinero, su generosidad, su esfuerzo, su trabajo, su tiempo, su servicio o ministerio en una tierra fértil de gran productividad, riquezas y prosperidad.
Los cielos serán abiertos para ellos, y serán grandemente recompensados por su fe y su confianza en la tierra de bendición que Dios le guía a sembrar, y sus bendiciones y riquezas no tendrán límite.
Amado que Dios Todopoderoso le guíe para que sus finanzas sean sembrada en la mejor tierra fértil de bendición, tierra que fluye aceite, leche y miel, tierra donde nuestro Dios a puesto sus ojos para bendecir.
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