Predicas Cristianas
Predicas Cristianas.. Lectura Biblica: Deuteronomio 28:1 dice: “Acontecerá que si oyes atentamente la voz de Jehová, tu Dios, para guardar y poner por obra todos sus mandamientos que yo te prescribo hoy, también Jehová tu Dios, te exaltará sobre todas las naciones de la Tierra”. Y allí tenemos la clave para recibir las bendiciones que el Señor dejara establecidas en Su palabra.
Introducción
A todos los cristianos nos gustan las bendiciones y deseamos ser bendecidos. Mientras que quienes no creen en Jesús, explicarían la palabra “bendición” como condecoraciones o logros en sus vidas, y esto hace que las personas tengan gran deseo de las bendiciones.
Pero la mayoría de las personas, creyentes o no, son engañadas por Satanás y conocen las bendiciones solo teóricamente. Entonces quieren obtener las bendiciones que desean pero no entienden el verdadero significado que Dios quiere darle a ellas.
Predicas Cristianas… Lectura Biblica Principal: Salmos 34:11-15 “Venid, hijos, oídme; El temor de Jehová os enseñaré. ¿Quién es el hombre que desea vida, Que desea muchos días para ver el bien? Guarda tu lengua del mal, Y tus labios de hablar engaño. Apártate del mal, y haz el bien; Busca la paz, y síguela. Los ojos de Jehová están sobre los justos, Y atentos sus oídos al clamor de ellos”.
Veamos cuál es nuestra bendición
Dios dijo a Abraham: “Haré de ti una nación grande, bendeciré a los que te bendigan, y a los que te maldigan maldeciré, y serán benditas en ti, todas las familias de la tierra” Génesis 12:3.
Vemos allí que la bendición que Dios prometió a Abraham, no es de salud, ni es económica, sino de que todas las personas de la tierra serían bendecidas a través de su simiente. Es decir, a través de Jesucristo quien es la bendición personificada, que nacería de la descendencia de Abraham, y entonces todas las personas de la tierra, serían bendecidas a través de Jesús.
Ser bendecidos
Pensamos que ser bendecidos es ser ricos, tener salud y éxitos, o que nuestros hijos crezcan bien. Por lo tanto, la mayor bendición que recibimos como cristianos es cuando Jesucristo, quien es la fuente de toda bendición, viene a morar en nuestros corazones.
“Como también David habla de la bienaventuranza del hombre a quien Dios atribuye justicia sin obras, diciendo: Bienaventurados aquellos cuyas iniquidades son perdonadas, Y cuyos pecados son cubiertos. Bienaventurado el varón a quien el Señor no inculpa de pecado” Romanos 4:6-8. Es decir que benditos son aquellos a quienes las iniquidades les son perdonadas, y cuyos pecados son cubiertos por el sacrificio de Cristo, ya que a éstos el Señor no imputa pecado.
Creer en Jesús es suficiente para ser salvo
Muchos han aprendido que con creer en Jesús es suficiente para ser salvo, que asistir a la iglesia y orar a Dios, es creer en Jesús, por esto se consideran a sí mismos salvos. Pero tienen pecados en sus mentes, y sus conciencias no les permiten lograr la paz de Cristo. Y esto es una contradicción que se ocasiona al no tener pleno conocimiento de la Palabra. Por eso no comprenden que percibir la salvación, y ser lavados de nuestros pecados es otra cosa.
Así mismo, para éstos, la salvación es restablecerse de una enfermedad, o ser liberado de prisión, o ser rescatado de las aguas profundas, entonces dicen ser salvos, mientras que todavía está cayendo en el pecado, es como sentirse rescatado del agua mientras todavía se está flotando en ella.
Muchos piensan que son salvos porque son miembros de la Iglesia
Pero hay una gran diferencia entre creer en Jesús y ser miembro de una iglesia. Creer en Jesús significa recibir a Jesucristo en el corazón, y para permitir eso debemos reconocer que estamos en pecado, y que ese pecado debe ser destruido, arrepentirnos, y entonces seremos lavados por la sangre que el Señor vertió en la cruz.
Creyentes son aquellos cuyas iniquidades y pecados son cubiertos por la sangre preciosa del Cordero, a quienes el Señor ya no les imputa pecado. Por lo que, si queremos recibir a Jesucristo, la fuente de bendición en nuestro corazón, el más pequeño de los pecado no debe permanecer en nuestro corazón. Pues la limpieza es total, no parcial. Y todo puede ser cumplido en nuestro corazón solamente por la obra de Jesús, por lo que muchos conocen esto, pero solamente unos pocos se vuelven justos.
Las personas dicen: “Yo soy justo”, “Yo soy lavado de mis pecado”, “Yo creo en Jesús”. Pero cuando escuchamos, o vemos, lo que está en sus corazones, nos damos cuenta de que todavía están agonizando por el pecado.
Debemos saber que liberarnos del pecado era la más importante misión de Jesucristo, cuando vino a ésta tierra. Esto significa guiarnos del pecado a un lugar donde no haya ninguna relación con él, por eso es que Dios le dijo a José: “Dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados” Mateo 1:21. Cuando un niño que estaba ahogándose es rescatado, es separado del peligro de la muerte moviéndolo del agua a la tierra, y de la misma manera, la salvación es separarnos del pecado.
Limpiados de nuestro pecado
Cuando somos limpiados de nuestro pecado, Jesucristo viene a morar en nuestro corazón, por lo que nos dice: “Yo reprendo y castigo a todos los que amo; sé, pues, celoso, y arrepiéntete. He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo” Apocalipsis 3:19-20. Hoy está tocando la puerta de algunos corazones, pero hay quienes no pueden abrir la puerta debido al pecado que no quieren reconocer que está en ellos.
De manera que la única alternativa para él, es permanecer afuera, pues solamente cuando todos nuestros pecados son quitados, podemos abrir la puerta de nuestro corazón, y Jesús entra, ya que Dios y Jesús son Santos. Jesús no puede permanecer en el corazón con pecado, pues si la casa está sucia Él también se ensuciaría. Pero el Señor fue, es, y será Santo, y nunca puede entrar a un corazón hasta que se vuelva tan limpio como Él.
Las bendiciones
Entonces, cuando Jesucristo viene a nuestro corazón, podemos disfrutar todas las bendiciones a través de Él, y en la Biblia podemos ver que hay muchas bendiciones.
Las bendiciones son aquellas que podemos disfrutar cuando nuestras iniquidades son perdonadas y nuestros pecados son cubiertos por la sangre derramada en la cruz. Y son las que establecen las actitudes que debemos tener, para que Jesucristo habite en nuestro corazón y experimentemos el perdón de nuestros pecados.
Si nosotros somos pobres en espíritu y aceptamos la Palabra de Dios, podemos ir al cielo, ya que son “Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos” Mateo 5:3.
Pero, hoy las mentes están tan llenas con sus propios pensamientos, y tienen ilusiones de que sus pensamientos son justos y rectos, que no prestan atención a la Palabra de Dios, no leen la Biblia cuidadosamente, y no tratan de encontrar lo que Dios les dice.
Algunos sufren por sus pecados
Algunos sufren por sus pecados, pero no son mansos sino soberbios y obstinados. No escuchan que necesitan ser limpios de sus pecados. Entonces insisten en sus propias opiniones y no aceptan la verdad en vez de ser dócil y manso ante la Palabra de Dios. Sabiendo que son “Bienaventurados los mansos, porque recibirán la tierra por heredad” Mateo 5:5.
El limpio corazón puede ver y escuchar a Dios pues experimenta el perdón a través de Jesucristo, pero muchos se sientan en las iglesias y escuchan el mismo evangelio, pero solamente algunos experimentan el perdón porque los otros entienden con su cerebro, y no con sus corazones, pero la Biblia dice que son “Bienaventurados los limpios de corazón porque verán a Dios” Mateo 5:8.
Conclusión
La paz de Dios es la que nos brinda el remover el muro de pecado, haciendo la paz con Él, entonces no podemos reconciliarnos con Dios, mientras tengamos pecado en nuestro corazón, y son “Bienaventurados los pacificadores porque serán llamados hijos de Dios” Mateo 5:9.
Vemos entonces que la fuente de bendición es Cristo, y las bendiciones más importantes que Jesús nos da, de cómo volvernos justos por experimentar el perdón de pecados, y cómo responder a las condiciones que ha dejado establecidas en Su Palabra; como también nos enseña cuales son las condiciones necesarias para aceptar las bendiciones.
© Ricardo Hernández. Todos los derechos reservados.