Ser el ejemplo

Raimundo Linares

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Ser el ejemplo

Predicas Cristianas

Prédica de hoy: Ser el ejemplo

Predicas Cristianas Lectura Bíblica: 1 Pedro 2:21

Introducción

Desde qué comenzamos a construir nuestra identidad tenemos referencias cerca las cuales nos sirven de influencia. Aprendemos de ellas y para bien ó para mal, tomamos lo qué nos gusta para hacerlo parte de lo qué somos.

Es probable que cómo primer ejemplo hayamos tenido a nuestros padres y profesores. A medida qué crecemos esto va cambiando , pues empezamos a ser mas críticos en la construcción de nuestro carácter. Comenzamos a identificar lo qué nos gusta del otro y a hacerlo propio.

¿Podemos recordar quién fue esa persona qué cambió nuestra vida por completo? ¿Alguien qué haya significado un antes y un después? Para todo cristiano la respuesta debería ser Jesús. Conocerlo implica aprender a vivir bajo los preceptos de Dios, crecer espiritualmente y sanar heridas del pasado. ¿Existe alguien comparable para tener de referencia sobre quiénes somos?

El sacrificio de el hijo de Dios sirvió de ejemplo para todos los qué hemos pisado la tierra. Sí uno quiere saber la manera correcta de agradar a al Padre, solo basta con dejarse influenciar por su presencia, y entregarse a él mediante la fe.

I. Ser el ejemplo – Imitadores de Jesús (1 Corintios 11:1)

La palabra de Dios cuenta con distintos profetas y personajes cuyas personalidades fueron inspiradas directamente por Jehová. A través de ellos podemos hacernos una muy buena imagen sobre el tipo de persona qué él desea qué seamos; siguiendo el ejemplo de aquellos qué le creyeron y formaron parte fundamental de su obra.

Actualmente quién mejor contempla todas estas características es Jesús. De hecho, la Biblia nos incita ser imitadores suyos, hacerlo nuestra máxima referencia y ese amigo del cual jamás paramos de aprender.

Jesús reúne esas cualidades qué Dios quiere de sus hijos. Era apasionado, entregado a un objetivo, con corazón benigno y honesto, demostrando obediencia y siguiendo las leyes del Padre con humildad. A pesar de ser el hijo del Rey jamás entró en soberbia ó avaricia, y esto dispuesto a morir para salvar el mundo.

Sí nosotros mismos deseamos ser el ejemplo de alguien mas, debemos estar influenciados por Jesús, dejando qué el Evangelio haya hecho su huella en nosotros y sea piedra angular de nuestra identidad.

a. No todo ejemplo es un buen ejemplo (1 Corintios 8:9)

Debemos ser cuidadosos respecto a quién tomamos cómo ejemplo. El mundo tiende a proponer personalidades a seguir, bastante diferentes a lo qué Jesús hubiese preferido. Por ello debemos estar alertas respecto a qué prestamos nuestra atención, ya qué todo tiene un impacto en nuestro carácter, incluso sin qué nos hayamos percatado.

Por ejemplo, actualmente las redes sociales se usan para decir muchas cosas. Son demasiadas las personas que tras el nombre de influencers tienen un gran alcance para decir lo que quieran. ¿Cuántos de ellos están usando ese poder de manera adecuada? ¿realmente todos están capacitados para influenciar masivamente a la parte más joven de la sociedad?

De nuevo, para poder entender lo qué es un ejemplo a seguir, tenemos Jesús como mayor referencia. Él siempre tuvo un propósito de valor, un mensaje claro y la manera precisa para hacerlo llegar. No existían redes sociales, pero en cada viaje qué hacía el construía un sistema perfecto donde era escuchado, pues sus palabras estaban llenas de gran valor.

b. El ejemplo edifica (Romanos 14:19)

Para reconocer un ejemplo agradable a Dios, debemos evaluar cuanto edifica y sí su influencia es positiva o negativa en nosotros. ¿Nos ayuda a construir? Esto es muy importante pues somos piezas de la obra del Padre, debemos estar firmes para no desviarnos y mantener siempre nuestra fe abundante.

Nada qué nos aleje de la presencia del Padre es un buen ejemplo, ni debe permanecer cerca porque contamina. Sino qué debemos tender a buscar aquello en lo qué Jesús se hubiese envolucrado para crecer. Esto significa edificar.

Lo vemos reflejado desde las amistades hasta en productos culturales y de consumo cotidiano. ¿Qué dice la música qué escuchamos? ¿De qué hablamos con nuestros amigos? Todo tiene repercusión en nuestra relación con Dios, así qué debemos guardarnos del pecado.

Nosotros mismos también debemos procurar ser un ejemplo qué edifique a quiénes nos escuchan, llevando a ellos palabra de bendición.

II. Ser el ejemplo – Ejemplos para expandir el Evangelio

a. Ser el ejemplo – El buen ejemplo ilumina (Mateo 5:14-16)

En el Evangelio Jesús enseñó qué somos la luz del mundo, capaces de alumbrar una ciudad a fin de qué la gloria de Dios pueda ser vista a través de nosotros. De esto se trata una buena influencia, con un objetivo preciso y cuyo fundamento es mas fuerte qué cualquier otra cosa en el mundo.

Debemos ser esa vela qué se enciende en la oscuridad y enseña qué hay un camino y no todo está perdido. El Evangelio representa la llama flameante qué nos mantiene encendidos, es aquello qué permite qué por medio de nosotros brille el amor del Padre y sus mandamientos. Siendo notable para qué todos la vean y puedan acercarse a ella.

Un mal ejemplo, en cambio, es mas tinieblas para la oscuridad. Puede disfrazarse de falsa luz, pero quiénes la siguen terminan perdidos y sin saber cómo llegar. Es decir, qué un mal ejemplo se convierte en pecado qué lleva a la perdición.

¡Debemos mirar por dónde caminamos! ¿Somos luz ó preferimos estar perdidos en la oscuridad?

b. Ser el ejemplo – Un buen ejemplo da frutos (Deuteronomio 5:33)

Ser un ejemplo en el que sea Jesús manifestándose a través nuestro, tiene las mejores consecuencias qué alguien podría desear en su vida. Toda nuestra vida se convierte en un antes y después, el pasado un recuerdo lejano y las cosas hechas nuevas.

Esto no es casualidad, la Biblia explica qué seguir el camino de Dios está lleno de bendiciones. A esto llamamos frutos buenos, aquellos qué vienen del Espíritu Santo y se expresan a través de nuestro carácter en las circunstancias qué atravesamos.

Seguir un ejemplo cómo el de Jesús nos transforma. Cuando llevamos a alguien a la presencia de Dios, nosotros mismos no podemos transformarla, pero sí servir de instrumento para qué esa persona permite qué la obra también sea reflejada en ella.

Conclusión

Jesús es el mejor ejemplo qué podemos seguir, pues nos edifica y ayuda a ser también ejemplos de bien para quiénes tenemos cerca. Solo a través de él podemos adquirir ese conocimiento qué nos lleva a la vida eterna, pero debemos abrir la puerta de nuestros corazones para qué nos habite por completo.

Para imitar a Jesús debemos considerar qué no solo se trata de “ser buenos”. Es un ejercicio de honestidad qué transforma nuestras vidas. Seguir su ejemplo es volver a nacer y soltar el pasado, sabiendo qué no necesitamos pecado en nuestras vidas

Jesús sintió dolor, sufrió tentación y conoce esas sensaciones qué experimentamos diariamente; pero su conexión con Dios fue mas fuerte qué la debilidad de la carne. Debemos aspirar a vencer la carne y qué los frutos del Espíritu Santo actúen a través de nosotros.

Quién lleva la luz de Dios destaca a metros de distancia. Es cómo un día de verano en medio de una tormenta, él nos hace diferentes, para qué su gloria pueda ser vista desde muy lejos, usándonos cómo instrumentos. Éste es nuestro mayor privilegio.

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Autor
Raimundo Linares
Siervo de Jesucristo y amante de la palabra de Dios. Me gusta redactar prédicas cristianas para la gloria de Dios. Saludos y bendiciones desde Caracas, Venezuela.

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