Predicas Cristianas
Predicas Cristianas Prédica de Hoy: Siembra tu corazón (Parte II)
Introducción
Siembra tu corazón en el reino de Dios y el te multiplicará la siembra conforme dice la Palabra, al ciento por uno, tu corazón lo llenará de fruto, de ese fruto maravilloso e inigualable que es el amor de Dios, haciendo prosperar todos tus caminos.
Siembra tu corazón
Leamos hoy la Palabra de Dios en 2 Corintios 4:1-6 “Por lo cual, teniendo nosotros este ministerio según la misericordia que hemos recibido, no desmayamos. Antes bien renunciamos a lo oculto y vergonzoso, no andando con astucia, ni adulterando la Palabra de Dios, sino con la manifestación de la verdad recomendándonos a toda conciencia humana delante de Dios. Pero si nuestro evangelio está aún encubierto, entre los que se pierden está encubierto; en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios. Porque no nos predicamos a nosotros mismos, sino a Jesucristo como Señor, y a nosotros como vuestros siervos por amor de Jesús. Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo”.
¿Has conocido a alguien que estaba persiguiendo un ministerio o una posición en la iglesia?
En estos casos todo se convierte en instrumento para sus logros. Se transforma en un juego sin reglas y solo tratan de inflar o satisfacer su ego. Podríamos decir que son pajaritos cristianos que solo se posan en los eventos importantes y se aproximan a los hermanos adecuados para llevar adelante sus apetencias personales.
Nunca dan a menos que se les reconozca “Cuando, pues, des limosna, no hagas tocar trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser alabados por los hombres” (Mateo 6:2), y nunca comparten excepto para promocionarse, recuerda que “El hombre de verdad tendrá muchas bendiciones; mas el que se apresura a enriquecerse no será sin culpa” (Proverbios 28:20).
Hay una sola razón por la cual Dios deposita en nosotros un don, talento o ministerio, y esta razón es el capacitarnos para compartirlo y bendecir a otros a través del mismo, la verdadera riqueza espiritual esta en el don de dar, de compartir y no en el don, talento o ministerio mismo, Dios promete sus bendiciones a quienes comparten los mismos sin esperar nada a cambio, “De gracia recibisteis, dad de gracia” (Mateo 10:8), fundamentando sus vidas en servicio sin egoísmo.
Tener mas o menos talentos es parte de la provisión de Dios para el cristiano, pero la responsabilidad es mayor para quien mas tiene y mayor deberá ser la siembra del corazón que haga; “El que siembra escasamente, también escasamente segará. El que siembra generosamente, generosamente también segará” (2 Corintios 9:6), nos esta diciendo la Escritura que conforme a la siembra que hagas de tu corazón en Cristo, así será la siega del amor de Dios que recibirás.
Dios ha creado seres individuales, con mentes individuales, no hay dos personas que tengan los mismos propósitos en la voluntad de Dios aún cuando ellos se entrelacen para conformar los propósitos familiares, los propósitos son específicos y son éstos quienes deben regir nuestro caminar en Cristo como los propósitos familiares llevarán nuestra familia a la madurez espiritual.
Aquellos que no caminan en pos de los propósitos que Dios tiene para ellos, o aquellos que derrochan o rechazan lo que Dios tiene para ellos, están claramente fuera de la voluntad de Dios, y lógicamente sufren y no frutos en su vida cristiana (Proverbios 24:30-34).
Lógicamente, si el Señor te brinda un ministerio, don o talento y has entendido que te ha sido entregado en mayordomía a fin de compartirlo con tu prójimo, debes capacitarte para que su desarrollo sea pleno y para brindarlo en el nivel de excelencia que Dios desea; recuerda la Palabra: “Dad y se os dará” (Lucas 6:38a).
Debes hacer fluir lo que Dios ya te ha dado para que te entregue un mayor nivel, “Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré” (Mateo 25:21), debes ser un manantial desde donde fluya continuamente el agua transparente y no transformarte en un charco donde al agua se pudra y eche mal olor.
Si has fijado un estilo de vida conforme a la voluntad de Dios, este estilo de vida no cambiará a pesar de todo lo que Él te pudiera dar; si tu estilo de vida cambia, simplemente te estas saliendo de la voluntad de Dios, estas desechando la mayordomía de Dios para hacerte dueño, y seguramente que la caída será inminente.
Si crees conveniente acumular cargos o ministerios dentro de la congregación, deberías evaluar en dónde te encuentras en relación con Dios, que piensas que traerá el futuro para tu vida espiritual, si estás verdaderamente dispuesto a confiar en Dios totalmente y a aceptar su Palabra como verdadera, mira Eclesiastés 4:8-9 “Está un hombre solo y sin sucesor, que no tiene hijo ni hermano; pero nunca cesa de trabajar, ni sus ojos se sacian de sus riquezas, ni se pregunta: ¿Para quién trabajo yo, y defraudo mi alma del bien? También esto es vanidad, y duro trabajo. Mejores son dos que uno; porque tienen mejor paga de su trabajo”
Nos esta hablando de revisar la siembra que has hecho del corazón, nos está preguntando si parte de la semilla no está contaminada con vanidad, vanagloria y soberbia, nos está pidiendo una profunda revisión de las actitudes del corazón.
Es importante entender lo importante que considera Dios el compartir lo que Él nos da; para el cristiano que busca la voluntad de Dios, los principios establecidos por Él le dirigirán a la paz, la felicidad y la madurez espiritual porque es el mismo Señor quién administrará lo que depositó en nosotros.
Él nos guiará a través del Espíritu Santo que mora en nuestro corazón, en la semilla que sembramos en su reino; debe haber seguridad en nuestro corazón de que Él devolverá y multiplicará la siembra a quienes comparten libremente sin pensar en beneficios propios, Dios no está obligado a multiplicar nuestros dones o talentos, Él lo hace porque nos ama y quiere llenar nuestro corazón de su amor.
Cuando un creyente entiende que compartir sus dones o talentos es dar testimonio de la propiedad de Dios, esta abriendo la puerta a un nivel espiritual superior; Dios nos revela a otros que están en necesidad espiritual o aún física y debemos reconocer nuestra responsabilidad de compartir, por obediencia a la Palabra de Dios nuestros dones o talentos, siendo allí en donde obtendremos nuestra recompensa (Mateo 25:34).
En base a la Palabra de Dios, la siembra del corazón se evalúa de acuerdo a la actitud del mismo, aquellos que no renuncian a sus propios deseos por el Señor, aquellos que aún no han tomado su cruz para seguir al Señor (Lucas 9:23), han olvidado una parte muy importante, diría que la parte fundamental del plan de Dios para sus vidas pues en realidad están olvidando a Dios mismo.
Si tu siembras sincera e íntegramente tu corazón en Cristo, es decir si sacas, si arrancas de raíz de tu vida los malos hábitos, vicios y en general el pecado, permitiendo que el Espíritu Santo llene todo el vacío que lo malo deja con los buenos principios de Dios y con su Palabra, podrías decir la semilla ha caído en buena tierra, que la siembra ha germinado y esta pronta a ser segada la cosecha.
En este punto ya reconoces la soberanía de Dios sobre tu vida cada día, tienes en tu corazón la seguridad que las decisiones que tomas a diario están sometidas y guiadas por el Señor, estás reconociendo su autoridad divina sobre tu vida, “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a si mismo, tome su cruz cada día, y sígame” (Lucas 9:23) y estás aceptando su dirección a través del Espíritu Santo.
Cuando hemos sembrado nuestro corazón en la obra de Dios, cuando hemos comenzado una nueva vida conforme al plan y los propósitos de Dios, aplicando sus principios como fundamento de nuestras decisiones, evitaremos toda trampa que Satanás quiera tendernos para hacernos retroceder o que alejemos nuestras decisiones de Dios para volver a asumir nuestros propios criterios y deseos, volviendo de esta forma a la esclavitud en que nos tenía sometido cuando estábamos en el mundo.
Aplicando estos principios espirituales que Dios nos da para mejorar nuestras vidas podremos evitarlas pues el Señor nos ama, nos conoce y sabe lo que es mejor para nosotros; busca la sabiduría y la guía de Dios para lograr una dirección clara en todo a lo que haces en tu caminar cristiano y para la obra de Dios, no actúes por un sentir o por una corazonada pues no solo eres tu quien sufrirá las consecuencia de ese obrar apresurado sino que pondrás en juego la reputación del Señor si no apoya tus decisiones, y recuerda que “Jesús le dijo: Escrito está también: No tentarás al Señor tu Dios” (Mateo 4:7).
Recuerda que la mayoría de los engaños del enemigo están basados en una decisión rápida o apresurada, si alguien quiere venderte algo que no es bueno o su precio es exagerado, tratará de que efectúes la compra rápidamente sin darte tiempo a pensar en lo que estás haciendo.
Aprende a buscar la dirección de Dios en todas tus decisiones y llénate con la paciencia de Dios (2 Pedro 1:6) para considerar cada determinación que vayas a tomar, abandona el apresuramiento del mundo, comparte la oración con la familia de todo lo que les vaya a afectar, recuerda que hay un plan de Dios para tu vida pero que éste está entrelazado con los planes del resto de tu familia para conformar entre todos el plan de Dios para la familia.
Conclusión:
La información o el conocimiento sin aplicación es inútil y de nada sirve, puedes conocer la Palabra de Dios de tapa a tapa pero si no la pones por obra de nada servirá, “Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos” (Santiago 1:22).
Sería bueno que consideraras cada parte de lo expuesto, releyendo cuidadosamente ambas partes de éste mensaje y en oración, a fin de lograr que las bendiciones del Señor abunden en nuestra cosecha de amor, del perfecto amor de Dios que cubre multitud de faltas.
Resultaría también vital que comenzaras a planificar con tu familia, con un corazón abierto a la soberanía del Espíritu Santo, teniendo en cuenta que la familia es la primera sociedad o institución que estableciera Dios en la tierra desde el principio de la humanidad, y en nosotros está la responsabilidad de mantenerla y desarrollarla conformes a los principios y propósitos de Dios.
En primera instancia deben planificar cuales son sus objetivos personales y familiares en cuanto al Señor y su obra, recuerden que un resultado importante cuando se siembra el corazón en Cristo no solo es el permanecer juntos en familia integrados a la iglesia , sino el crecer espiritualmente juntos, en pleno conocimiento y entendiendo el lugar que ocupa cada miembro de la familia en los planes de Dios.
Un setenta por ciento de los problemas de un hogar cristiano están basados en la falta de comunicación o comunión con el Señor a fin de conocer perfectamente sus propósitos, y en la falta de planificación alrededor de los mismos; la comunión es el primer paso para encontrar la solución de Dios a nuestros problemas.
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