Predicas Cristianas
Predicas Cristianas Prédica de Hoy: Cumplamos sus propósitos
MENSAJE CENTRAL
Hoy Dios nos va a hablar en su palabra acerca de cómo entrar en la tierra prometida de sus propósitos para nosotros y nuestras generaciones.
INTRODUCCIÓN
Hoy vamos a leer el mismo pasaje con el que iniciamos el mensaje de la semana pasada para encontrarnos con dos perlas adicionales en estos versículos.
Acompáñeme a la Escritura:
(RVR60) Hebreos 3:18-19 “¿Y a quiénes juró que no entrarían en su reposo, sino a aquellos que desobedecieron? 19 Y vemos que no pudieron entrar (a la tierra prometida) a causa de incredulidad.”
Está hablando Pablo de los que iban a entrar a la tierra prometida, a la tierra a dónde Dios los llevaba para que cumplieran sus propósitos, y que no entraron por su incredulidad y tuvieron que vagar en el desierto por cuarenta años, hasta que murió la generación que dudaba de Dios.
Y sigue diciendo el apóstol Pablo:
(RVR60) Hebreos 4:1-3(a) “Temamos, pues, no sea que, permaneciendo aún la promesa de entrar en su reposo, alguno de vosotros parezca no haberlo alcanzado. 2 Porque también a nosotros se nos ha anunciado la buena nueva como a ellos; pero no les aprovechó el oír la palabra, por no ir acompañada de fe en los que la oyeron. 3 Pero los que hemos creído entramos en el reposo,”
La semana pasada nos enfocamos en entender la importancia de escuchar con fe el evangelio de la gracia.
Hoy veremos este otro ángulo de este pasaje: Que para entrar en la tierra de los propósitos de Dios para nuestras vidas son necesarias dos cosas: La fe y el reposo.
Así que, entendemos, que escuchar con fe el evangelio de la Gracia es una de las dos cosas que debemos hacer para entrar en la tierra prometida.
La segunda cosa es: Vivir en su reposo.
De aquí que el mensaje de hoy lleva por título: CUMPLAMOS SUS PROPÓSITOS. En el reposo de su tierra prometida.
I. LA TIERRA PROMETIDA DE SUS PROPÓSITOS
En esta primera parte quiero compartir la importancia de entender que nuestra tierra prometida es el lugar a donde vamos a poder cumplir el propósito de Dios para nuestras vidas.
Eres descendencia de Dios
Malaquías dice que el propósito de tener hijos que vivan para Él.
(NTV) Malaquías 2:15 “¿No te hizo uno el Señor con tu esposa? En cuerpo y espíritu ustedes son de él. ¿Y qué es lo que él quiere? De esa unión quiere hijos que vivan para Dios.”
Así que el matrimonio tiene un propósito que es el de darle hijos a Dios para que vivan para Él.
Esto no significa que quiere a todos metidos en un templo y todos sean pastores o evangelistas o profetas, ujieres, líderes, maestros, etc., claro que no quiere que todos nos dediquemos a servirle de esta manera.
Dios quiere que sean nuestras propias vidas las que le sirvan en todo tiempo y lugar, no importando a qué nos dediquemos.
En dónde estemos o a dónde vayamos siempre somos sus sacerdotes que le ministran en todo tiempo.
(RVR60) Apocalipsis 5:10 “y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra.”
La Escritura dice que Jesús nos hizo sacerdotes para nuestro Dios.
Todos somos sus sacerdotes y le ministramos y le servimos a Él en todo tiempo y lugar, hasta dormidos, pues le entregamos nuestro descanso y nuestros sueños a Él.
Jesús vino a darnos una vida plena
Jesús dijo:(NTV) Juan 10:10 “El propósito del ladrón es robar y matar y destruir; mi propósito es darles una vida plena y abundante.”
Su propósito es darte una vida plena y abundante, y tu propósito entonces debe ser vivir esa vida de manera plena y abundante para Él.
Esa vida plena y abundante Dios la ha puesto en tu corazón, sólo tú y Él saben, a ciencia cierta, de qué está conformada tu tierra prometida.
Malas enseñanzas
Hay predicadores que enseñan que interesarte en las otras áreas de la vida diferentes a servir a Dios en el edificio de la iglesia es contrario al sacrificio de Cristo.
Dicen que lo único que te debe interesar es la vida alrededor de la iglesia, y eso no es verdad.
Por esta razón, muchísimas familias cristianas no dan testimonio de que Jesús viva en sus hogares, ellos viven en la iglesia, pero Jesús no vive en sus hogares, y en vez de animar a la gente a venir a Cristo y aceptarlo como Señor y Salvador, los alejan, pues piensan: ¿Y eso es vivir a Cristo? No, mejor me quedo como estoy, estoy mejor sin Cristo que con Cristo.
Tu familia es tu iglesia
Nosotros creemos que se debe predicar con el testimonio de la familia. Tu primera iglesia eres tú, tu segunda iglesia es tu familia, y tu tercera iglesia es tu congregación, la familia de la fe.
Entonces, todas las áreas de nuestra vida son igual de importantes para Dios, pues en la suma de ellas está nuestro propósito.
Prediquemos el evangelio
Sin duda alguna, a Dios le interesa que prediquemos el evangelio y hagamos discípulos, pero sin que eso signifique que dejes de lado a tu familia por hacerlo, ni que dejes de predicar por tu familia.
Debe ser algo que sume y no que reste, que multiplique y no que divida, qué se unan esas partes de tu vida para dar lugar a una nueva vida en Cristo porque le predicamos con la boca y con el ejemplo.
II. EL CAMINO HACIA LA TIERRA PROMETIDA
En esta segunda parte quiero enseñar cuál es el camino más corto hacia esa tierra de sus promesas y propósitos en nuestra vida.
Quiero que regresemos al versículo central de este mensaje y del de la semana pasada. Hay algo ahí que me llamó mucho la atención, y quiero enseñárselos.
Ponga mucha atención y mucha fe en lo que va a escuchar: Recuerde que Pablo se está refiriendo al momento en que el pueblo de Israel tuvo la oportunidad de entrar en la tierra prometida y no entró porque no creyó, porque vio gigantes y ciudades fortificadas, y se estresó, se angustió, y sintió mucho temor:
(RVR60) Hebreos 3:18-19 y 4:3 “¿Y a quiénes juró que no entrarían en su reposo, sino a aquellos que desobedecieron? 19 Y vemos que no pudieron entrar a causa de incredulidad. 3 Pero los que hemos creído entramos en el reposo,”
¿Se da cuenta cómo le llamó Pablo a la tierra prometida? No dijo: “¿Y a quiénes juró que no entrarían en la tierra prometida?” No, dijo: “que no entrarían en su reposo.”
Tierra prometida y reposo: sinónimos
Para Dios, tu tierra prometida y su reposo son lo mismo, son sinónimos.
Esto quiere decir que el camino que conduce a la ejecución de sus propósitos en nuestra vida y la manera en que veremos sus promesas cumplirse una a una en nosotros y en nuestras generaciones es viviendo en su reposo.
(RVR60) Hebreos 4:11 “Procuremos, pues, entrar en aquel reposo, para que ninguno caiga en semejante ejemplo de desobediencia.”
Ejemplo de reposo
El mejor ejemplo de reposo lo explicó Jesús:
(NVI) Mateo 6:25, 31-34 “Por eso les digo: No se preocupen por su vida, qué comerán o beberán; ni por su cuerpo, cómo se vestirán. ¿No tiene la vida más valor que la comida y el cuerpo más que la ropa? 31 Así que no se preocupen diciendo: ‘¿Qué comeremos?’, o ‘¿Qué beberemos?’, o ‘¿Con qué nos vestiremos?’. 32 Los paganos andan tras todas estas cosas, pero su Padre celestial sabe que ustedes las necesitan. 33 Más bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, entonces todas estas cosas les serán añadidas. 34 Por lo tanto, no se preocupen por el mañana, el cual tendrá sus propios afanes. Cada día tiene ya sus problemas.”
Esta es la vida en reposo: trabaja, vive, pero no te preocupes o te afanes. Confía en que tu Padre ya sabe lo que necesitas y Él te lo va a proveer.
Enfócate en la palabra de su reino, que es la gracia y su justicia, y todo lo demás vendrá por añadidura.
Este es el camino más corto y directo para entrar y permanecer en la tierra de sus promesas.
Nuestra manera contraria
Pero, si vivimos una vida acelerada, llena de angustia y estrés, eso nos cierra los ojos a sus promesas y propósitos. Es como si no quisiéramos entrar a la tierra prometida y preferimos dar vueltas a los desiertos de la vida porque “nos gusta más hacerlo a nuestra manera que a la de Él.”
De hecho, esa manera de vivir no es nuestra; es del mundo. El mundo te dice: “Si no haces algo, nada va a suceder.”
El mundo y la sociedad nos han enseñado que lo debemos hacer por nuestra cuenta. Por eso es difícil entrar en el reposo del Señor, porque “nos gusta hacer algo,” “nos gusta recibir algo de gloria.”
Hemos comprado esa historia que dice que somos importantes en la medida que nuestras agendas están llenas de actividades. Pero es precisamente el llenar nuestras agendas de actividades lo que no nos deja entrar a la tierra de nuestras promesas y propósitos de Dios.
III. UN DÍA EN LA VIDA DE JESÚS
En esta última parte del mensaje quiero enseñar cómo podemos entrar en su reposo para vivir en nuestra tierra prometida.
Para explicarlo quiero que veamos el Libro de Marcos, capítulos 4 y 5, que nos relata cómo fue un día en la vida de Jesús mientras caminaba en Israel y sus alrededores. Lo compararemos con un día en nuestra vida para copiar su estilo de vida.
El ritmo de Jesús
Dice que después de predicar todo el día y terminar enseñando la parábola del sembrador, mandó a sus discípulos a pasar al otro lado del lago a la región de Gadara. Cuando se desató una tormenta terrible, Él iba durmiendo y sus discípulos estaban aterrados. Lo despertaron, y Él calmó la tormenta.
Cuando llegaron a la región de Gadara, salió a su encuentro un endemoniado, uno que tenía dos mil demonios adentro. Esto lo hacía gritar, desnudarse, y cortarse la piel, asustando a todos los que vivían alrededor.
Jesús les dijo a los demonios que salieran de él, y al instante salieron. El hombre fue liberado. Los demonios pidieron permiso a Jesús para meterse en unos cerdos que estaban pastando cerca de ahí. Dice la Escritura que los cerdos se lanzaron a un precipicio. (Humor: Este fue el primer jamón endiablado de la historia, jaja.)
Después Jesús mandó que regresaran a la otra orilla y ahí comenzó a predicar porque lo estaba esperando mucha gente. De pronto llegó Jairo, un principal de una sinagoga, a pedir que fuera a ver a su hija que estaba muy enferma.
Jesús y la mujer con flujo de sangre
Mientras iba a casa de Jairo, una mujer con flujo de sangre por doce años tocó el borde de su manto. Jesús se detuvo y preguntó quién lo había tocado. La mujer confesó que había sido ella y Jesús le dijo: “Mujer, tu fe te ha sanado,” y esa mujer fue sana al instante.
La hija de Jairo
En ese momento llegaron sirvientes de la casa de Jairo a decirle que ya no molestara más al Maestro porque su hija había muerto. Pero Jesús le dijo: “No temas, cree solamente.” Cuando llegaron, la gente estaba de duelo por la niña. Jesús los sacó a todos de la casa, entró con los padres y algunos discípulos, y le dijo a la niña: “¡Talita Cumi!,” que quiere decir: “¡Niña, levántate!”
Al instante, la niña se levantó y Jesús dijo que le dieran de comer.
Jesús: ritmo de la gracia
Todo eso pasó en un día. Ese era el día a día de Jesús. Él siempre trabajaba mucho, pero siempre vivía en reposo. Jesús no se estresaba; a todos les daba tiempo, a todos atendía, sabiendo que su Padre estaba en control de su día.
Ese es el ritmo de la gracia. A ese ritmo camina la gracia día con día.
El ritmo de la gracia es el reposo.
¿Cómo puedo vivir a ese ritmo?
(NVI) Juan 15:4-5 “Permanezcan en mí, y yo permaneceré en ustedes. Así como ninguna rama puede dar fruto por sí misma, sino que tiene que permanecer en la vid, así tampoco ustedes pueden dar fruto si no permanecen en mí. 5 Yo soy la vid y ustedes son las ramas. El que permanece en mí, como yo en él, dará mucho fruto; separados de mí no pueden ustedes hacer nada.”
Nuestra labor es descansar mientras confiamos en que Él lo hará y nos hará fluir lo que Él tiene para que demos frutos en esa área de la vida y en todas.
Por eso Filipenses dice:
(NVI) Filipenses 2:13 “pues Dios es quien produce en ustedes tanto el querer como el hacer para que se cumpla su buena voluntad.”
MINISTRACIÓN
Así que, a partir de hoy, usted se puede ver como una rama de esa hermosa y poderosa vid, y recibir todo el suministro divino que necesite en cada área de su vida y en cada ocasión. Viva en completo reposo, cumpliendo los propósitos que Jesús le ha puesto en el corazón. Amén.
© Luis David Meza. Todos los derechos reservados.