En esta inspiradora predica cristiana, descubre cómo prepararte para la conquista espiritual según la Biblia. Aprende a luchar por las bendiciones que Dios ha prometido, uniendo oración y obediencia en la batalla por tu tierra de bendición. ¡Este mensaje te equipará para avanzar con fe y lograr la victoria en Cristo!
Predicas Cristianas
Predicas Cristianas Prédica de Hoy: Te estas preparando
Predica Cristiana Lectura Bíblica: Lucas 12:35-40
Introducción
Te estas preparando para conquistar la tierra de bendición, aquella tierra donde fluye leche y miel que el Señor te ha prometido; hasta ahora quizás solamente seguiste una señal de Dios, pero este es el tiempo en que pongas tu parte para la conquista.
Leamos la Palabra de Dios en Lucas 12:35-40 “Estén ceñidos vuestros lomos, y vuestras lámparas encendidas;. . . . . . . .”.
Como cristiano, debemos saber, debemos conocer al enemigo de nuestras almas; como creyentes sabemos que de la mano de Dios somos mas que vencedores, Romanos 8:37, hemos aprendido a confiar en Dios y estamos muy seguros de que Él nos ayudará en los momentos difíciles; aún así, no se nos exime de la necesidad de conocer las artimañas que Satanás desarrolla en nuestra contra y la necesidad de estar alerta en todo momento “Porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar” (1 Pedro 5:8), y hay muchos cristianos que caen en sus garras cuando usa para destruir sus vidas armas carnales como la concupiscencia, la duda, la desobediencia, el orgullo, el desaliento o la negligencia, entre tantas otras armas de destrucción.
Dios sacó al pueblo de Israel de Egipto pero nunca les exigió que fuesen ellos los que tomaran la iniciativa de llegar a la tierra prometida, eran miles de personas que simplemente se habían dejado guiar por la columna de humo; cuantos creyentes pasan la vida siguiendo la columna de humo con que Dios les marca el camino pero no tienen iniciativas propias, es esta la simplicidad de obedecer haciendo solo lo justo y necesario, siguen la guía de Dios en obediencia pero haciendo el mínimo esfuerzo; bien seguido deberíamos preguntarnos, si solo seguimos la columna de humo o estamos poniendo verdaderamente todo nuestro esfuerzo para alcanzar los propósitos que Dios tiene para nuestras vidas.
Puede que, como el pueblo de Israel, solamente has venido siguiendo una columna de humo que marcaba la presencia de Dios en tu vida, pero ahora has cruzado el Jordán y te encuentras frente a tu tierra de bendición; allí, al alcance de tus manos están todas las bendiciones que el Señor te ha prometido, pero para conquistarla es necesario que pongas tu parte, es imprescindible que tomes la decisión de expulsar al enemigo de esas bendiciones.
Dios te ha guiado hasta acá, pero ahora es el tiempo de que tu trabajes, sabes que el enemigo se desespera ante la presencia del Señor, Lucas 8:27-31, sabes que eres vencedor en Cristo, pero aun así debes pelear la buena batalla de la fe para sacar de tu vida todo aquello que estorbe a tu bendición; conforme a como uno sigue el liderazgo del Señor es como se experimente su poder y su gloria, si dejas que verdaderamente guíe Él tu vida podrás ver satisfechos todos tus anhelos.
Quizás has dispuesto tu voluntad para ganar la batalla y tomar en posesión la tierra de bendición, pero esto no es suficiente, debes preparar ahora tu espíritu; hay una lucha espiritual desatada y que deberás llevar a cabo para poseer las bendiciones, el principal elemento, el arma determinante en esta batalla es el cumplimiento de la Palabra de Dios pues esto es lo que establece la relación con el Señor, y esta relación se hace mas íntima y estrecha cuanto mas cumplimos con su Palabra.
Por cuarenta años vagó el pueblo de Israel por el desierto y por este tiempo quedo fuera del pacto, no les sería posible entrar en Canaán; ¿Y tu, por cuanto tiempo has transitado un desierto? Ahora Jesús ya pagó el precio, el precio de sangre ha sido pagado por Él para que nosotros podamos tomar esa bendición; Josué circuncidó a los hijos de Israel como señal del pacto que Dios había hecho con ellos, Josué 5:2-9, y esta señal esta dada cuando cortamos el prepucio de nuestro corazón para quitar de él todo cuanto desagrada a Dios.
Estando en Egipto, Éxodo 12:1-20, la sangre del cordero sacrificado y aplicada a los postes y dinteles hicieron que esas casas fueran libradas de la visita del ángel de la muerte, era señal de esperanza; en Cristo se ha consumado el sacrificio perfecto y eterno, el cordero de Dios que quita el pecado del mundo a sido sacrificado, a través de su sangre tienes liberación de todos tus pecados a fin de restablecer la relación con Dios; ya no hay barreras, hoy puedes entrar confiadamente en su presencia y con la esperanza de vida eterna en Cristo Jesús.
Jesús derramó su sangre por ti, ahora debes derramar tus lágrimas y tu corazón ente su presencia para entrar en la bendición, debes clamar por esa bendición que estás esperanzo, por esa bendición que has venido a buscar, “Clama a mi, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tu no conoces” (Jeremías 33:3); no dudes que el Señor esta escuchando tu clamor pues la relación con Dios ha sido restaurada y la señal del pacto esta en tu corazón.
Durante mucho tiempo, quizás sin saberlo, has estado recibiendo bendiciones de manera sobrenatural; así como al pueblo de Israel le llovía maná del cielo para que se alimentara, así te sustentó el Señor, te fortaleció y sacó triunfante de luchas y dificultades por amor a su nombre, aún sin merecerlo, aún siendo un rebelde desobediente como el pueblo de Israel te ha sostenido; ahora cortaste el prepucio de tu corazón y recibiste a Jesús, estás en la tierra de bendición y es tiempo de comenzar a disfrutar de esas bendiciones.
El pueblo de Israel recibió maná hasta las pascuas, “Al otro día de la pascua comieron de los frutos de la tierra, los panes sin levadura, y en el mismo día espigas nuevas tostadas” (Josué 5:11); hoy es ese “otro día” para ti, es el tiempo de que comiences a comer del fruto de la buena tierra “que fluye leche y miel”, y si verdaderamente crees que hoy es ese “otro Día”, pídele al Señor esa bendición que estás necesitando, pídele un anticipo de todas las bendiciones que en el futuro tiene para ti; pídele, pero pídele sin dudar en tu corazón, “De cierto os digo, que si tuviereis fe, y no dudareis, no solo haréis esto…, sino que si a un monte dijereis: Quítate y échate en el mar, será hecho. Y todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis” (Mateo 21:21-22).
Si tu, como cristiano deseas vivir la vida de bendición que el Señor ha preparado para ti, si quieres establecerte en esa tierra donde fluye leche y miel, debes dejar que muera tu ser interior para que Cristo viva en ti, “Ya no vivo yo, mas vive Cristo en mi” (Gálatas 2:20), allí es cuando comienzas la conquista de tu tierra, es allí cuando verdaderamente tomas la decisión de expulsar de tu vida a los enemigos de tu alma; “Ahora, Jericó estaba cerrada. . . ., nadie entraba ni salía” (Josué 6:1), así es como tienes al enemigo encerrado para que no vengan otros nuevos ni salga alguno para luego volver a hacer daño, el propósito de Dios es claro, Él quiere que esos espíritus inmundos que te causan problemas para recibir las bendiciones sean destruidos totalmente, sean exterminados de tu vida.
El método dado por Dios para tomar Jericó les resultaba bastante extraño al pueblo de Israel, debían marchar en lugar de luchar; para nosotros este método también es válido, también nosotros debemos marchar según los planes de Dios para conquistar la tierra y no tratar de luchar con nuestras propias fuerzas, marchando es cuando demostramos nuestra obediencia incondicional al Señor, marchando demostramos nuestra fe y nuestra confianza en ese Dios vivo que alabamos y glorificamos; la marcha por la victoria es nuestra lectura diaria de la Palabra de Dios, es nuestro tiempo de oración en comunión íntima con el Señor, es el congregarnos, es el hacer lo que el Señor quiere y no lo que humanamente pensamos.
Al cabo de siete días se cumplió el tiempo de dios para derrotar al enemigo, siempre hay un tiempo desde que te pones en las manos del Señor y hasta lograr la bendición, es el tiempo en que debes demostrar tu obediencia y tu perseverancia, debes saber que en este tiempo de marcha hasta lograr la victoria, sucederán muchas cosas; en el tiempo de Dios para lograr la victoria sobre Jericó, el pueblo de Israel tuvo momentos de silencio y momentos de gritos, debieron unirse y ordenarse en esta marcha pues no era como cuando caminaban por el desierto y simplemente seguían la columna de humo que se veía desde lejos.
Así serán tus tiempos, momentos de silencio en busca del rostro y la voz de Dios, silencios ante la presencia amenazadora de la prueba; momentos de gritos de gozo, de alegría por una palabra de bendición, por una muestra del amor y de la misericordia de Dios; es tiempo de unidad espiritual, de unidad de tu familia por esa bendición que están esperando, unidad con la congregación por los propósitos comunes e individuales, es el tiempo de la unidad del pueblo de Dios para lograr la conquista del mundo entero para Cristo.
Para el pueblo de Israel, a clave de la conquista era la obediencia, para nosotros sigue siendo la misma, si el Señor te dice que debes marchar para triunfar, si Él te dice que debes exterminar todos los enemigos de tu tierra, no puedes hacer otra cosa que obedecerle si quieres alcanzar la bendición; la desobediencia de Acán trajo derrota a todo el pueblo, el hecho de guardar parte del anatema convirtió todo en anatema, Dios dijo al pueblo que debía destruir todo cuanto tenia que ver con el enemigo pues de lo contrario quedarían en manos del enemigo; hoy, el Señor te dice que debes destruir todo aquello que conservas aún de tu vieja vida pues aunque lo ocultes a los hombres, Él lo esta viendo, si tu guardas del anatema estas poniendo en riesgo no solo a ti mismo sino a tu casa y a toda la congregación.
El Señor permanece en medio de su pueblo como lo hacía con el pueblo de Israel, Josué 6:7-9, Él siempre esta presente para defender a sus hijos en cada batalla, en cada lucha que tenemos Él esta presente con su espada desenvainada pues “No es nuestra guerra sino la de Dios”, pero debemos entender que para Dios no hay términos medios, Dios prometió a los israelitas la totalidad de la tierra de Canaán; Dios castigó a la totalidad de los desobedientes en el desierto; Dios les advirtió que debían guardar toda la ley; en Jericó, todo el pueblo debía gritar para que la totalidad de la ciudad fuese destruida, y todas las tribus debían ayudar en la conquista de la tierra.
Veamos estos dos últimos puntos, “todo el pueblo gritó para destruir todo el enemigo”, nos esta diciendo el Señor de la necesidad de que todos aquellos que conocen a Cristo en un hogar deben unirse para juntos elevar las peticiones, juntos deben batallar para que sean destruidos todos los enemigos; no dijo Dios los jefes, los cabezas de familias, dijo todos, si hay problemas económicos en tu casa, no es responsabilidad del varón o de la mujer el derrotar al enemigos, el Señor dice que todos deben gritar, todos deben orar; por cada problema del hogar es necesario que todos griten pues así serán destruidas todas las fortalezas que el enemigo ha levantado en tu tierra.
Dijimos también que todas las tribus debían participar en la lucha, aún los que tenían heredad del otro lado del Jordán debían luchar; si queremos conquistar esta tierra para Cristo es necesario que todos participemos de la guerra, sin importar dónde vivimos, pues el triunfo será del Señor, toda la tierra será de Cristo; si no participamos estamos desobedeciendo la orden del Señor, y recuerda que cuando Acán desobedeció, Dios le dijo al pueblo de Israel que no podrían hacer frente al enemigo ni estaría mas con ellos, Josué 7:12.
Conclusión
Ya estás pisando la tierra, al alcance de tu mano tienes la bendición, pero es tiempo de poner en marcha tu iniciativa y luchar por la conquista, obedeciendo los mandatos y la guía que el Señor te entrega, unidos en oración por los problemas y necesidades de la casa pero juntos batallando por la conquista de la tierra para Cristo; si nos unimos verdaderamente para luchar, derrotaremos todos los enemigos de la mano de Jesús, y podremos luego también decir: “Y aconteció. . . . ., cada uno derecho hacia delante, y la tomaron” (Josué 6:20).
© Luis Alberto Coria. Todos los derechos reservados.
Excelente pastor Coria excelente predica muy poderosa le animamos a qué siga así compartiendo sus predicas poderosas lo animas yo y dos IGLEISAS en el estado de Nayarit México usted es nuestro pastor