Joven: firmeza en medio de la presión | Reflexiones Cristianas
El ejemplo de Daniel
Introducción
Cuando pienso en el desafío que enfrentan los jóvenes hoy, recuerdo a Daniel. Este joven no estaba en su casa, no estaba con su familia. Sino que había sido llevado a un lugar desconocido, lleno de costumbres paganas y de lujos que podían fácilmente desviar su corazón.
A Daniel y sus amigos se les ofreció la mejor comida, la mejor educación y los mejores puestos en el reino de Babilonia. ¿Quién no quisiera eso? Sin embargo, la Biblia nos dice que Daniel tomó una decisión que cambiaría su vida para siempre.
En Daniel 1:8, leemos: “Y Daniel propuso en su corazón no contaminarse con la porción de la comida del rey, ni con el vino que él bebía…”. Y esta no fue una decisión ligera.
Daniel arriesgó su bienestar, su posición, y hasta su vida.
Daniel sabía que agradar a Dios era mucho más importante que agradar al mundo. De la misma manera, nosotros también estamos rodeados de presiones. Tal vez no nos ofrecen comida del rey, pero sí nos ofrecen ideologías, amistades y caminos que no agradan a Dios. Y cada joven cristiano enfrenta esta misma pregunta: ¿Me voy a contaminar o me voy a mantener firme?
En Romanos 12:2 el apóstol Pablo nos recuerda: “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento…”. Este llamado es claro: no debemos dejarnos moldear por las corrientes de este mundo.
Daniel no solo resistió, sino que prosperó.
Dios honró su fidelidad dándole sabiduría, gracia y favor delante de las autoridades. Como bien comenta Matthew Henry:
“This wonderful abstemiousness of these young men in the days of their youth contributed to the fitting of them, both for their eminent services in their generation and for their eminent sufferings.” (Matthew Henry, Commentary on Daniel 1)
Traducción:
“Esta maravillosa abstinencia de estos jóvenes en los días de su juventud contribuyó a prepararlos, tanto para sus eminentes servicios en su generación como para sus eminentes sufrimientos.”
Cuando nosotros decidimos serle fieles a Dios, aunque parezca difícil, Él también nos honra.
No se trata solo de decir “no” a lo malo.
Se trata de decir “sí” a algo mucho mejor: sí a la voluntad de Dios, sí a una vida limpia, sí a un futuro lleno de propósito.
Joven, has hoy como Daniel, decide en tu corazón honrar a Dios. No importa si estás rodeado de presión, tentaciones o burlas. Nunca olvides que Dios sigue siendo el mismo, ayer, hoy , y para siempre; recuerda que el mismo Dios que sostuvo a Daniel te sostiene a ti hoy.
Nunca se te olvides las palabras del apóstol Pablo al enfrentar desafíos, encontradas en Filipenses 4:13: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.” Con la fortaleza de nuestro Señor puedes vencer toda presión, tentación y desafío.
Conclusión
No estás solo, y o caminas en tus fuerzas. Cristo es tu fuerza, tu guía y tu victoria. Así que no temas, propón en tu corazón ser fiel, y verás cómo Dios abre caminos, da sabiduría y bendice tu vida más allá de lo que puedas imaginar.
© Susana Gomez. Todos los derechos reservados.