Cuando la Perseverancia Duele | Reflexiones Cristianas

Reflexiones Cristianas Lectura bíblica: “Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano.” 1 Corintios 15:58

Reflexión:

No siempre es fácil perseverar. Es más… hay días en los que uno solo quiere parar. No rendirse completamente, pero sí tomar un respiro. Respirar hondo y decir: “Ya hice todo lo que pude. Que alguien más siga.”

Porque la verdad es que la perseverancia cansa. Cansa orar por algo y no ver cambio. Cansa sembrar y sembrar, y el terreno sigue seco. Cansa hacer lo correcto sin ver resultados.

Yo sé que Dios es fiel. Lo creo con todo mi corazón. Pero hay momentos en las que me pregunto si Él ve el esfuerzo, si Él escucha, si Él recuerda las veces que seguí adelante cuando en realidad quería soltar todo.

Pablo, al escribir ese versículo, no estaba animando desde la distancia. Él también había sentido el peso. Y aun así, nos recuerda que el trabajo en el Señor no es en vano. Esa frase, sencilla pero poderosa, ha sostenido mi fe más veces de las que puedo contar.

Aplicación personal:

Tal vez tú estás atravesando por esos momentos ahora mismo. Estás haciendo lo que sabes que Dios te pidió, pero no ves fruto. No ves avances. Solo el peso del día a día. Y por dentro te preguntas si seguir vale la pena.

Te lo digo con el corazón en la mano: sí, vale la pena. La perseverancia tiene un costo, pero también una recompensa. Recuerda que Dios no mide el éxito como nosotros. Él no ignora los pasos que diste cuando nadie más te vio. Y cuando tú eliges perseverar, incluso con cansancio, incluso sin ganas… estás adorando. No estás solo. Y lo que estás construyendo hoy en silencio, un día hablará fuerte.

Oración de cierre:

Señor, tú conoces mi corazón. Sabes que estoy cansado, pero no quiero soltar tu mano. Dame fuerzas para seguir cuando no veo. Recuérdame que mi perseverancia tiene propósito. Y aunque hoy todo parezca detenido, confío en que tú estás obrando. Hazme constante. Firme. Fiel. Y que en medio del desgaste, yo siga creyendo. En el nombre de Jesús, amén.

Versículo para memorizar:

“Por lo tanto, mis amados hermanos, manténganse firmes e inconmovibles, progresando siempre en la obra del Señor, conscientes de que su trabajo no es en vano.” 1 Corintios 15:58 (NTV)

Si en este momento sientes que estás al límite, no lo niegues. Llévalo delante del Señor tal como estás, sin adornos. Él no necesita frases perfectas, solo un corazón que se atreva a seguir creyendo. Porque aunque no lo veas con claridad, Dios está obrando en ti, no solo a través de tu perseverancia… sino también en medio de ella. Y eso, a Su tiempo, traerá fruto. Uno real. Uno que no será en vano.

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